A Short Pennis〚Hyunlix〛

❃ 05 ❃

Hyunjin miró la hora en su celular y puso en blanco los ojos, hace ya treinta minutos y cinco segundos que su amiga se estaba riendo de lo que había ocurrido en la boda de Hwang So-Hyun, y ya estaba más que harto, no entendía como podía reírse tanto de algo, hasta a él le pareció gracioso pero ya no, dejo de causar gracia.

Él y Jeonjin habían decidido no contarle en la fiesta para que no se preocupara (o no se riera en su cara como lo estaba haciendo ahora). Hyunjin estaba pensando que ellos nunca debieron de decirle.

Rodó los ojos escuchando de nuevo a su amiga.

—¿Esto es en serio? ¿Te largaste a llorar porque Jackson la tiene chica?— preguntó en un tono más alto de lo normal y Hyunjin casi se le tira arriba para callarla por la vergüenza que pasaba. Ryunjin al ver cómo se puso su amigo, volvió a reír efusivamente, tirándose sobre la mesa y haciendo todo más exagerado.

El menor se acomodó nuevamente en su asiento y apoyando los codos en la mesa tapó su cara con el interior de sus manos, él no podía más con esto, iba a desayunar seguido al lugar y sus amigos no dejaban de humillarlo, de seguro era algo así como una broma entre los empleados.

[...]

—¿Jeongin?—un chico pelinegro que se había parado frente a la mesa donde estaban sentados, frunció el ceño en señal de confusión, pero a los segundos cambió su expresión a una más alegre, por una amplía sonrisa, al reconocer que era Jeongin. —Hola ¿Cómo estás? —El de ojos negros caminó hasta donde estaba el pelirrojo para poder estrechar una mano con él, y saludarlo correctamente. —Hace mucho que no te veía.

El menor levantó la cabeza inmediatamente, descubriendo su rostro, al escuchar esa linda voz grave y se encontró con un precioso rubio de ojos cafés, éste estaba atento a su amigo de cabellera castaña, pero gracias a ello él pudo apreciarlo mejor sin que el otro lo notara.

El chico llevaba puesto un pantalón ajustado negro, que remarcaban sus piernas, una playera blanca y encima una chamarra de cuero, la cual se deformó un poco cuando el mayor se inclinó sobre la mesa para acercarse más a Jeongin.

—¡Hey, Felix! Justo esta tarde iba a llamarte Hyunjin, —Jeongin indicó con un movimiento de cabeza que se refería al menor que estaba sentado al lado suyo. —Mi amigo, necesita de tus servicios. —Jeongin levantó ambas cejas y rió suave.

Felix luego de escucharlo, desvió su mirada del castaño al de cabello pelirrojo y hasta ese momento se dió cuenta que el otro chico lo estaba mirando fijamente, le guiño un ojo divertido y le sonrió. Hyunjin se ruborizó un poco.

—¡Diablos! Sí que necesito de tus servicios. —Murmuró el menor más alto de lo que habría querido.

Jeongin, quien estaba tomando su licuado cuando habló, se ahogó con su bebida y comenzó a toser.

El rubio elevó ambas cejas, sonriendo ampliamente. —¿Cómo?

Aunque rara vez pasaba, él estaba ahora sonrojándose y de nuevo, el color en sus mejillas aumentó cuando Ryunjin habló:

—Pero tienes el pene grande ¿cierto? —elevó ambas cejas cuestionándole también con su expresión. —Así le gustan a Hyunjin, de lo contrario tus servicios serían inútiles, como los de su novio actual.

Ryunjin comenzó a reír nuevamente a carcajadas y al pelirrojo se le borró la sonrisa, le había gustado el chico y había pensado que quizás tenía alguna oportunidad con él, pero al parecer no sería así porque el chico tenía novio.

Hyunjin al escucharla abrió los ojos como platos y tirando su cabeza hacía delante, golpeó su cabeza contra la mesa, totalmente irritado por el empeño que le ponía su amiga a querer humillarlo.

—¡No ese tipo de servicio, por Dios, Ryujin! Es psicólogo. —Aclaró enojado Jeongin y todos demostraron que escucharon al reír por aquello menos Hyunjin, quien seguía golpeando sin sentido su cabeza contra la mesa del lugar.

—Mejor dedícate a lo que creí que te dedicabas, intentar reparar la mente atrofiada de Hyunjin es una misión imposible. —Bromeó su amiga, volviendo a reír, esta vez también rieron los otro dos, acompañando a su ahora no mejor amiga.

Hyunjin volvió a golpear su cabeza contra la mesa, rindiéndose a todo. Él no volvería a salir con su amiga.