(En proceso)
Lastimada, con muchas inseguridades creadas por una relacion tóxica y sumida en una gran tristeza, Emma no cree volver a enamorarse.
Todo se complica cuando se rencuentra con el amor de su infancia, el cual nunca supero.
Alex esta de nu...
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Pov's Emma
Luego de los orgasmos de anoche, Alex me ayudó a cambiar la sábanas de la cama, ya que las había manchado con un poco de sangre. Y luego caímos dormidos sobre esta, estando lo suficientemente cansados como para, aunque sea darnos un baño, ese mismo cansancio me ayudó a dormir plácidamente sin un solo dolor por mi menstruación.
La luz que atravesaba las ventanas era tenue, pero me indicaban que al menos había amanecido. Mi castaño se encuentra detrás de mí, rodeando mi cintura, su cuerpo es como una gran estufa que me protege contra el frío de la noche, una que desearía tener todos los días cuando vuelva de la universidad.
—¿Estás despierto? —Preguntó cuando restriega su nariz por mi cuello. Murmura un pequeño sí y sonrió.
—Estas muy pensativa —Murmura apretandome más contra él. —¿Qué sucede? —Pregunta.
—Solo pensaba en que eres muy calentito y en que voy a pasar mucho frío cuando regrese a la universidad. —Me giro entre sus brazos para hundir mi rostro en su pecho descubierto.
—¿Cuándo debes empezar? —Siento sus dedos hundirse en mi cabello, acomodandolo hacia atrás.
—El lunes —Murmuró con disgusto, solo me quedaba libre el día de hoy. —Odio que las vacaciones de invierno duren tan poco —Me quejo. — Espera ¿Cómo llegaste aquí anoche? —Esa pregunta se me había pasado por alto anoche, ya saben por qué. Me separa de su pecho para mirarle intrigada.
—Es confuso saber cual ventana pertenece a cada habitación sabes... más cuando hay tantas ventanas en tu casa —Parece divertido mientras me mira desde arriba, yo solo puedo abrir los ojos espantada, suponiendo el final de la historia. —Trepe la primera que vi y terminé entrando a la habitación de Liam, él me indicó que enfrente estaba la tuya —Explica tranquilamente.
—¡¿Liam te vio?! —No puedo evitar exaltarme, me separo de su cuerpo para sentarme en la cama, mirándolo, mientras mis manos sujetan las sábanas contra mi pecho. Cubro mi boca esperando que nadie me haya oído.
—Em si... él estaba en su computador —Trata de esconder una sonrisa seguramente por la vergüenza que debe reflejar mi cara y mis mejillas ya rojas, por supuesto. —Tranquila no pareció tomárselo a mal —Estira su mano para acariciar mi mejilla de forma tranquilizadora.
—Al menos no entraste a la habitación de mis padres —Suspiro tratando de ver el lado positivo. Liam no diría nada, al menos no mis padres, pero si me molestará mucho con el tema y me pedirá que le cuente todo.
—¿A qué hora despiertan ellos? —Pregunta frunciendo el entrecejo y yo también lo hago.
—No estoy segura... —Me estiro hacia la mesa auxiliar, donde había dejado mi teléfono ayer —Pero deberías irte antes de que lo hicieran —Suelto tomando mi teléfono. Lo prendo notando que son las cinco y media de la mañana, no sé cómo ni por qué nos despertamos a esta hora.
