ᴇɪɢʜᴛᴇᴇɴ

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El sonido del fondo junto a la luz proyectada por una película que seguía reproduciéndose en el televisor de la sala le dieron la suficiente visión a Monoma para obligarlo a detenerse. 

Casi como si fuera magia, Kendo mecía al pequeño demonio rubio de un lado al otro tarareando algo que no llegó a entender, la calma expresada en su compañera hizo detener su camino y quedarse apoyado en una pared en silencio mientras la observaba. No es como que no lo hubiera notado antes, pero ahora Kendo lucía muy diferente a su actual yo, se veía casi como que el televisor blanco la llevara al mundo de fantasía que estaba detrás de ella. 

Se veía hermosamente mágica. 

Sin querer sonrió al ver como Kendo apoyaba su mejilla en la frente desnuda del pequeño ya que llevaba un moñito que retiraba todo el cabello de su frente haciéndolo lucir gracioso, quizás Uraraka se lo había enseñado porque se veían bastante parecidas al cuidarlo, casi como unas madres. 

Quizás Kendo, a pesar de su carácter si sería una buena madre. 

Esperaba que sus hijos tuvieran algún poder para protegerse de ella y sus golpes bestiales. 

Sin querer rió al imaginarla mientras corría por toda una casa persiguiendo a un par de diablitos que se burlaban de ella al sacarle la lengua y buscar protección en el que fuera el papá, porque estaba seguro que buscaría a alguien que le sacara de nervios para vivir una vida entretenida. 

Los tarareos de Kendo seguían escuchándose de fondo con una música algo medieval haciéndole eco, era casi como que si cantara la canción de unos ancestros muy antiguos de los que tenía conciencia de existencia. 

Por algún motivo Kendo levantó la mirada directo a él dejandolo al descubierto. 

La vergüenza se apoderó de su cuerpo sin saber dónde esconderse, porque era imposible fingir que sólo pasaba por ahí ya que aún seguía apoyado contra la pared. 

ー¡Justo a tiempo Monoma!ー 

Kendo lo saludó mientras se acercaba a un trote lento a él. 

ー¿Podrías ir a la cocina y traerme una mamadera con leche para Bakugo?, se le ha enfriado la suya y no logra dormirse sin ella ー 

Monoma sólo asintió antes de alejarse de la pared y alejarse en dirección a la cocina. Al parecer no había sido descubierto. 

Babysitting Where stories live. Discover now