ʀᴇʟᴀᴄɪóɴ ᴄᴏɴꜰᴜꜱᴀ

Capítulo 20

—Ummm.

Frotándose los ojos con las manos, parpadeó y miró alrededor con la mirada. Sus ojos estaban fijos en un lugar, como si estuvieran fijados.

—Su Excelencia.

Ensanchó los ojos y se levantó. Era porque él, que siempre había sido pulcro y ordenado, estaba sentado en esta silla con un aspecto desordenado. En mi dormitorio, donde parecía que no iba a poner los pies en el resto de mi vida.

Había una botella de vino sobre la mesa y la ropa de Kyle colgada en la silla. Kyle, que bebía con aliento somnoliento, parecía algo decadente e incluso atrincherado.

—Su Excelencia. Cómo has llegado hasta aquí...

Cuando Kyle inclinó la cara, la luz de la luna iluminó su rostro. En la oscuridad, sus ojos brillaban.

—Sólo tengo curiosidad.

Una voz profunda se quebró. Kyle deslizó su mirada desenfocada hacia sus pies.

—¿Te sientes bien? ¿O te da pena regalar la mano que tenías?

—Su Excelencia.

—Está bien ser estúpido. Ni siquiera yo puedo creerlo.

Kyle inclinó su vaso y sonrió cohibido. Al final, fue rechazado.

Pensé que sería feliz si Kyle viniera a mí porque fue rechazado, pero no fue así. En cambio, me sentí inestable, como una tormenta que ruge con emociones.

Después de ver a Kyle luciendo tan lamentable y triste, odié a Hari e incluso la envidié. El hecho de que ella era quien podía arruinarlo tanto.

Me levanté de la cama y me acerqué a él. Entonces, los ojos de Kyle vagando por el aire me tocaron y me sacudieron.

—¿Por qué estás...

—......

—¿Estás llorando?

Kyle arrugó una de sus cejas y expresó sus dudas. Sacudió ligeramente la cabeza y bajó la mirada.

—No lo sé, sólo lloro.

Aunque sabía el significado detrás de las lágrimas que humedecen mis pies mejor que nadie, evité responder. Porque te amo. Y no me gusta la persona en la que me he convertido, que deseaba desesperadamente esta situación.

Aunque lo diga cien veces, no podrás entender mi corazón que ni siquiera yo conozco.

Tragándose la respuesta, se arrodilló ante Kyle. Mi rostro llorando se reflejó en sus ojos grises.

—Su Excelencia... ... ..

Fue doloroso verlo devastado porque sentí que había lastimado a Kyle. Puse mi mano en su regazo y lo froté suavemente. ¿Había alguna forma de quitarle el dolor?

En ese momento, su voz, como el agua, se filtró en mi mente.

'No me importa. Seas quien seas.'

Lo miré fijamente.

—¿Todavía sigue sin importar quién sea?

No soy nadie.

Una chispa brilló en los ojos de Kyle antes de atenuarse una vez más. Dejó su bebida y me miró fijamente como si entendiera mis verdaderas intenciones. ¿Cuánto tiempo había pasado? Sus ojos se deslizaron hasta mis labios.

Dejó su bebida y me miró fijamente como si entendiera mis verdaderas intenciones. Sus ojos se deslizaron hacia sus labios con aburrimiento.

—No importa, sea quien sea.