ʀᴇʟᴀᴄɪóɴ ᴄᴏɴꜰᴜꜱᴀ

Capítulo 17

Incluso si cambiaba mi aspecto, la esencia no cambiaba. Además, ni siquiera podía compararme con ella porque éramos completamente diferentes.

Incluso si cambiaba las cosas superficiales, nunca podría ser otra persona, e incluso si estaba con Kyle, no estaba con él.

Observé su mano, sin una sola cicatriz a la vista. Era diferente de mis manos ásperas y llenas de cicatrices.

—¿Puedo visitar el ducado la próxima vez?

Hari me miró a los ojos y me preguntó. Era para comprobar si mi corazón no estaba herido. Apreté los puños y asentí.

—Sí, lo pensaré.

Fue una palabra lanzada a propósito.

Le prometo que no necesitará mi permiso para visitar el Ducado de Hereace.

* * *

Pensé en Hari mientras oía el sonido de las herraduras dentro del carruaje.

Era risueña y amable. Su piel era blanca a la vez que suave, y era comunicativa pero encantadora. Sobre todo, sus manos eran hermosas. Me miré las manos. Desde que era joven, tenía muchas cicatrices ásperas y rugosas.

—Laura, creo que mis manos son feas comparadas con las de la Condesa Harden.

Laura no obtuvo ninguna respuesta a las palabras lanzadas de improviso. Fue porque se dio cuenta de que estaba hablando consigo misma.

Preferiría no ver a Hari ni llegar a conocerla. Al final, no tuve más remedio que admitir ese hecho, incluso si no quería admitir por qué Kyle amaba a Hari. El feo complejo de inferioridad y los celos estallaron en mí como un volcán.

'Le dije que viniera con su esposa, ¿será que no le gusta el sol?'

Kyle sabe que me gusta caminar bajo el sol. Me gusta la luz deslumbrante que ilumina la superficie del agua.

Cuando dijo eso, pensé que debería dejar de gustarme. Sentí que tenía que hacer eso para probar las palabras de Kyle. Podría argumentar que nadie me conocía tan bien como él. Era más fácil cambiarme que hacérselo saber.

Curvé los labios y fruncí el ceño al ver que el sol me molestaba en los párpados.

—Laura, ¿quieres cerrar las cortinas?

Laura corrió las cortinas del vagón sin decir una palabra, como si hubiera entendido mis intenciones.

* * *

Kyle escuchó el breve informe de Ael antes de enviarla a su habitación. Parecía algo perdida y necesitaba un descanso.

Laura hizo el resto del informe en su nombre. Kyle miró por la ventana del despacho e hizo una pregunta.

—¿Qué tipo de conversación mantuvieron?

—Hablaron del pañuelo que ella le regaló y de su día a día. Y...

Cuando Laura dudó en responder, Kyle la miró con aburrimiento. No fue una insistencia de Kyle, pero Laura se impacientó y tragó saliva.

—Dijo que las manos de la condesa son hermosas.

—¿Manos?

Cuando apareció una palabra que no se ajustaba a la situación, Kyle enarcó una ceja. Laura abrió los ojos para ver la reacción de Kyle. Kyle se mostró escéptico, pero no respondió.

Laura recordó los ojos lamentables de Ael y cerró lentamente los ojos. Sus ojos, siempre empapados de angustia y depresión, daban pena y lástima.

Laura pensó que tal vez Ael podría llenar el corazón vacío de Kyle. Pero fue su propio error. Estar con Kyle le estaba consumiendo la mente. Laura inclinó la cabeza con una expresión sombría en su rostro.