Capítulo 1

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0. Prólogo

Era la primera vez que veía a un hombre llorar tan lastimosamente.

El hombre, que se arrodilló de espaldas al sol y se puso la mano en el pecho, apretó los dientes y se tragó un grito como si no le importara la dignidad de los aristócratas.

Lloraba la muerte del difunto más que nadie, hasta el punto de que otros lo confundirían con un lugareño.

A juzgar por la fría mirada de alguien, podría decirse que la aparición en el funeral de un amigo cercano es excesiva, pero había una razón justificada para su aparición. Era por un amigo que perdió la vida tratando de protegerlo en la guerra.

Un rostro distorsionado, ropa desaliñada y un cabello oscuro deslumbrante a la luz del sol. Me di cuenta en el momento en que las lágrimas cayeron de sus ojos perfilados de sangre y mojaron el prado. Contiene cosas que no deberías ver.

Ah, viviré mi vida dependiendo de esa persona por el resto de mi vida.

Me hizo intuir que las emociones que sentía por primera vez en mi vida no eran por un momento, sino por la eternidad.

Incluso si el corazón de esa persona está dirigido a otra persona.

Desear y soportar un corazón inútil es un acto cruel para sí mismo. Tontamente, fui muy cruel conmigo misma. Cuidar de mí era la segunda opción, y lo mejor era pensar en él.

Anhelando y ansiando el amor, esperé y esperé, sin darme cuenta de lo inútil que era el amor que imploraba, vivía con la esperanza de que su corazón se volviera hacia mí.

Si lo piensas, fue realmente estúpido. ¿Tengo que seguir con este amor hasta perderme? Era mucha responsabilidad para la valentía que surgió de la ilusión y la ignorancia.

Kyle Hereace. El hombre con el que me casé y el héroe de guerra. A una edad temprana, un hombre que levantó una familia con sólo un título de la familia imperial.

No puedo olvidar el día en que vi a Kyle por primera vez hace dos años. Todavía.

Como una forma de bienvenida.

—Ael.

Ante la gentil llamada de Kyle, finalmente salí de la ilusión. No lo sabía, pero parecía que estaba llorando de repente.

La mano de Kyle apareció donde sin querer se desvió la mirada, y se limpió con la toalla las lágrimas que habían caído en el dorso de su mano. Si no lo hacía, creía que se llevaría las manos a la boca.

Al apartar la cara de la mano de Kyle, su mano perdió el sentido y se alejó.

Eso es ridículo. Fui engañada por su inconstante amabilidad y albergaba vanas esperanzas.

—Sir.

Cuando el nombre que revelaba un sentido de distancia salió de mi boca, Kyle abrió mucho los ojos, sorprendido. Por un momento, los ojos de Kyle se agitaron, apretó los puños y torció la cara. La emoción que rozó sus ojos grises fue irónicamente un sentimiento de culpa.

¿Por qué? Ahora me doy cuenta de mi situación y trato de vivir una nueva vida. Le clavé sus pretenciosas pupilas con mis ojos indiferentes.

—Ael, ese día... ... .

—No me expliques.

—... ... .

—No tengo curiosidad.

Kyle, que nunca había perdido la compostura, rara vez tenía la cara destrozada. Tú también puedes tener esa cara gracias a mí. No se arrepentía de nada, pero era un poco refrescante.

ʀᴇʟᴀᴄɪóɴ ᴄᴏɴꜰᴜꜱᴀWhere stories live. Discover now