𝔡 𝔦 𝔢 𝔠 𝔦 𝔰 𝔢 𝔦 𝔰

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Gritos, gritos, gritos y maldiciones, era lo único que salía de la boca de Leah, quien no diría ni una palabra sobre el ataque a Tony, el moreno ya estaba perdiendo la paciencia y les aseguraba a los demás que si esa perra no hablaba, él la haría hablar a como diera lugar. Los demás, o solamente Steve, aún conservaba su paciencia hacia esa mujer.

Exasperado, el moreno cuestionó — ¿No piensas hablar? porque todos aquí más o menos sabemos a qué te dedicas.

— Si tanto lo saben, ¿por qué no lo deducen ustedes mismo? Digo, creo que tienen cerebros, ¿o están más vacíos cada vez?. —contraatacó la chica—

El ex asesino, que hasta ese momento estuvo en silencio, comentó. — Creo que estamos perdiendo el tiempo, ya me cansaron sus malditas respuestas —se giró a sus compañeros y después se volteó a la mujer— si no hablas con ellos, habla conmigo, ya que somos de HYDRA los dos.

Bucky obligó a Tony y Steve a salir del pequeño cuarto para sólo quedarse con ella y hacerla hablar.
Pasaron 20, 40 minutos, una hora y aún no sabían nada de Bucky, sólo se oían gritos, maldiciones, más gritos y más maldiciones.
Bucky, después de una hora treinta y tres minutos, salió, sudado, cansado, adolorido de la garganta pero muy, muy informado.

—La maldita perra, me dijo que fueron instrucciones, no sabe quién es el que lidera todo eso, sólo le dijeron que lo hiciera, y así fue.

— ¿Es todo? Vaya, esperaba más ya que dio muchísimo trabajo agarrarla.

— No quede muy convencido con su respuesta —añadió Steve— pero ya que dio esa información según ustedes, ¿qué pasará con ella?

— Dejarla, yo que sé —el moreno señaló a Bucky— ¡Tú!, te encargaré de ella, gracias Buck.

— Ajá, de nada Stark —y se retiró para ir por Leah, y llevársela a saber Dios donde—

Se retiraron todos, cerraron bien el lugar; Tony y Steve se fueron juntos al departamento de Steve, donde hablaron de cosas sin la más mínima importancia.

No, te necesito||SuperhusbandsKde žijí příběhy. Začni objevovat