𝔬 𝔫 𝔠 𝔢

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¿qué hacemos aquí, Tony? -dijo, volteando a verme antes de sujetar mis manos.
Quería decirte lo mucho dije tratando de que la voz me sonara lo más  segura posible lo mucho que tú significas para mi, y que sin ti no puedo estar tranquilo, no puedo dormir pensando que algún día me dejes o alguien quiera alejarme de ti, no dejo de pensar en ese primer beso que tuvimos, de todo lo que he hecho por ti, para estar cerca de ti, tú eres mi perdición, Steve Grant Rogers, tú eres mi droga.

No obtuve respuesta, era un silencio que me estaba carcomiendo por dentro, y cuando pensé que era todo, él me besó.

Anthony Edward Stark, tú eres la persona más idiota que he conocido, la que me saca de mis casillas muy seguido, pero también la que me alegra el día con una de sus frases más estúpidas en el universo, y quiero que sepas que estaré siempre para ti, sin importar donde estés tú, o con quién, yo te amo, al igual que tú lo haces por mi.




Mientras tanto, en el mundo real, lejos de los sueños de Tony, un Steve preocupado por lo que le había pasado a su muy querido compañero vengador, iba en una ambulancia asustado, recordando que había pasado, cómo ese sujeto había disparado desde una ventana a Tony, quién recibió una bala en su hombro y una en su espalda.

—Mierda, Stark, ¿qué te han hecho? —dijo desesperado y en susurro Steve, poniendo sus manos en su rostro—juro que quien haya sido el desgraciado que te hizo esto, la pagará.
Se acercó un enfermero, quien al ver de la persona con la que tratarían dijo. —Bájenlo rápido, esta sangrando mucho, ¿cuántas balas recibió? —preguntó en dirección al rubio que lo miraba con angustia— ¡Vaya, cuántas habrá disparado el maldito bastardo!

Steve aún aturdido por lo sucedido bajo lentamente, adolorido también por lo incómodo que estaba sentado, decide sacar el IPhone que le regaló Tony por Navidad.
Le mandó un mensaje a Natasha y Clint diciéndoles en qué hospital estaban atendiendo a Tony, para que fueran todos si querían.

Se acercó a él un médico, con un expediente. —¿Steve Rogers? —le preguntó— ¿es usted Steve Rogers, joven? 

—Sí, soy yo. —Le contestó Steve—
El médico simplemente asintió, se colocó sus anteojos y le indicó. —Le haré una serie de preguntas sobre el paciente que están atendiendo ahora mismo en Emergencias, ¿correcto?

—Sí, está bien, no hay problema.

Empezó el doctor a cuestionar. — ¿es Familiar, amigo o pareja del joven Stark? — ¿pareja? Se lo pensó, es decir, Tony y él prácticamente no habían hablado de su situación «especial».
—Soy digamos que su pareja —contestó, un poco inseguro de su respuesta, pero decidido en no cambiarla
—Muy bien —anotó la respuesta en su expediente, que al parecer era de Anthony— el joven Stark está en una operación para sacarle los fragmentos de bala que tiene aún en su cuerpo, alguna cosa más lo tendré informado.

Steve quería que esta pesadilla acabará y rápido. 


No, te necesito||SuperhusbandsWhere stories live. Discover now