"Cuando sabes el final todo duele dos veces, ¿no?"
La vida de Lilith Brown no era la mejor. Años después del fallecimiento de su madre, decide acabar con su miserable vida, pero algo interrumpe su misión. Lilith descubre que pertenece a un mundo mág...
Luke se quedó petrificado al oír tal comentario. Él sabía que no debía contarle el asunto a nadie, pero tenía tantas ganas de que Harry y Lilith saliesen juntos, que no pudo evitar la tentación.
-Eh...esto..., creo que debo irme -Harry le miró desconcertado-. Tengo que ir a vomitar, adiós -le dio la espalda a Harry.
-¡Luke! -el nombrado se dio la vuelta-. No se lo cuentes a nadie, por favor.
El castaño le miró con una expresión tranquilizadora, obviamente fingida.
-Pues claro, confía en mí.
Cuando Luke se disponía a caminar solo hacia el punto de encuentro de sus amigos, ya que Beckett y Marestia se habían ido del lago, no hacía nada más que pensar sobre lo que iba a hacer.
«Ya verás cuando se lo cuente a Lilith. Esos dos van a pasarse todo lo que les queda de vida comiéndose la boca. ¡Qué emoción! Vale, Luke, cálmate. Tienen quince años..., bueno, yo a su edad también pensaba en esos asuntos. Hace cuatro años me hubiese gustado tener un romance así.»
····
Ambos grupos estaban sentados en el césped, mientras contaban anécdotas y reían. Luke buscó a Lilith con la mirada.
-Lilith, ¿puedo hablar contigo un segundo? -la Menry se levantó, llevando el peso de las miradas de sus amigos.
Los dos se fueron a un lugar donde nadie los viese, para así poder hablar con normalidad.
-¿Qué pasa Luke? -dijo con un poco de desgana, ya que llevaba sin comer mucho tiempo.
Luke comenzó a sonreír y a ponerse nervioso. -Bueno, estaba en el bosque, buscando frutas y me he encontrado a alguien... alguien muy especial para ti... -dijo con una sonrisa pícara.
-Luke, ve al grano -insistió ella.
-Está bien... Me he encontrado con Harry -el rostro de Lilith cambio bruscamente-. Me ha hablado de ti, y bastante bien -volvió a sonreír.
-¿Harry? ¿P-Perkin? -tartamudeó sin querer-. ¿Qué ha dicho de mí? -habló con una actitud seria.
-Bueno, lo de siempre. Que lo siente mucho por la pelea y eso... ¡Ah! Y dice que está enamorado de ti, pero bueno, no importa, ¿verdad? -respondió quitándole importancia.
Lilith nunca se había sentido tan nerviosa. En su vida no había experimentado la sensación de gustarle a alguien, y menos, que el sentimiento fuese mutuo. No iba a dejar que eso le afectase. Para ella, el amor romántico no servía para nada, era una gran debilidad y estaba sobrevalorado. Pero pensó. Pensó en todas las ocasiones que se le había acelerado el corazón cuando lo veía, cuando se peleaban y sus alientos se mezclaban... Y llegó a la conclusión, de que ella sentía lo mismo que Harry sentía por ella.
Y era verdad, Lilith desprendía una energía negativamente agresiva. En realidad, no era su único sentimiento, pero sí el que ella consideraba más fuerte. La indecisión, la duda, e incluso el amor eran emociones débiles para ella.
Tomó las riendas de su cuerpo y mente y se dirigió hacia la ubicación de Harry. Sus extremidades flaqueaban de los nervios, al igual que su mandíbula, aunque ya tenía en mente lo que iba a hacer.
Finalmente, llegó a la zona del Bosque Diaboli donde Harry se encontraba. Al observar esa cabellera se le aceleró el corazón.
Al escuchar esos pasos cercanos, Harry se giró, dibujando una sonrisa en su rostro.
-Hola Lil...
El rubio no pudo acabar su saludo, ya que Lilith había agredido a Harry, pegándole un puñetazo en su mejilla izquierda.
-¿¡QUÉ NARICES TE PASA CONMIGO, HARRY!? -gritó Lilith-. ¿¡QUÉ SIGNIFICA QUE ESTÁS ENAMORADO DE MÍ!?
Harry se incorporó del suelo, tocándose la mejilla, angustiado.
-Brown, ¿qué estás diciendo? -preguntó con tranquilidad.
A Lilith le brillaron los ojos. El púrpura que habitaba en ellos se hizo mucho más visible.
-Escúchame bien, Perkin. No soy una de esas personas que le gustan las cursiladas de ese tipo. No debes enamorarte de mí. No está bien. Así que retira eso ahora mismo.
-Brown, yo...
Lilith avanzó hacia él, y le empujó fuertemente, hasta que Harry reposaba su espalda en un árbol.
-Perkin..., ¡no lo entiendes! Tú tienes tus amigos, tu novia... ¡Es inútil! -le pegó golpes en el pecho.
-Escucha...
-¡No puedes estar enamorado de mí! -dijo, a escasos centímetros de su rostro.
Lilith sintió un pequeño pinchazo en la espalda, pero no le dio importancia, ya que solo estaba pendiente de mantener la mirada clavada en Harry.
Sus alientos se mezclaban, como si ambos fueran uno mismo.
Harry y Lilith no despegaban los ojos del otro, que brillaban como nunca habían brillado. Esas profundas miradas se perdieron, cuando Harry le dirigió la palabra.
-A la mierda.
Sostuvo la mandíbula de Lilith con sus manos y juntó sus labios con los de ella. Lilith notaba el frío agradable de los anillos del chico, al igual que su tacto, que era casi gélido. Al principio, los labios de Harry no se movían, ya que tenía miedo de haber incomodado a Lilith. Pero fue ella quien los movió primero, aunque no tenía ninguna experiencia, porque ese era su primer beso.
La Menry hundió sus dedos en el rubio y sedoso cabello de Harry. Hubo muy pocos momentos en los que pararon para respirar, ya que ambos estaban disfrutando el beso.
-Esto no está bien, Perkin... -susurró entre besos.
-Lo siento... He sido impulsivo. No quería incomodarte, perdóname.
-No.
-¿No?
-No hables y sigue besándome, idiota.
Sus labios volvieron a juntarse, ahora con la seguridad de que los dos estaban de acuerdo con el acto.
Harry fue bajando sus manos y las posó en la cintura de Lilith, haciendo que a ella le diese un escalofrío, que recorría toda su espalda. Para ella, era una sensación desconocida. No sabía identificar que significaba querer estar con Harry todo el tiempo, y compartir su afecto con él.
Sus labios se separaron, y se dirigieron dos miradas cómplices, sin necesidad de hablar, porque en ese beso ya se habían dicho todo lo que quisieron decirse en cantidad de ocasiones.
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