Mientras Theo y la Sra. Dawson hablaban en su despacho, Lilith escuchaba a escondidas la conversación, ya que le había llamado la atención la descripción de aquel hombre y su forma de tratar a su mujer y a su hijo. Decidió abandonar su espionaje y caminó hacia su dormitorio. En un breve instante, se chocó con un chico y los libros que este sostenía, cayeron al suelo.
-Perdón, no te había visto -dijo Lilith recogiendo los libros del chico.
-No importa, ya se me han caído otras veces, soy muy despistado... -los dos rieron.
-¿Cómo te llamas? -preguntó Lilith.
-Soy Malkom Nimburg, ¿y tú?
-Lilith Brown, señor -hizo una reverencia mientras reía.
-Encantado, Lilith -le devolvió la reverencia-. Voy hacia la biblioteca, ¿quieres acompañarme?
-Claro, vamos -comenzaron a caminar hacia la biblioteca.
Mientras hablaban sobre sus primeras clases, no se dieron cuenta de que un individuo les observaba con pena y remordimiento, al pensar en los maravillosos valores de la amistad que él no poseía. Él solamente provocaba peleas y recibía insultos de su escasa familia al no querer cumplir con enorgullecerse por ser una especie destructiva.
Malkom y Lilith tomaron asiento en dos sillones en una esquina de la biblioteca. Malkom leía un libro cuyo título decía «Tritones y Sirenas de nivel uno» mientras fruncía el ceño mirando al techo y apuntando grandes párrafos en una libreta hecha a mano. Lilith observó detenidamente al chico. Su pelo castaño y de media longitud contrastaba con sus ojos verdes intensos. Se fijó en sus manos, repletas de garabatos de flores y rostros sonrientes dibujados a bolígrafo rosa.
-Así que, un ¿Tritón? -preguntó Lilith mientras señalaba el libro que Malkom leía.
-Se podría decir, pero no comprendo la filosofía de vida de los tritones. Todos los que conozco intentan ser lo más varoniles posibles -hizo una mueca de asco-. Por ejemplo, intentan conquistar a otras mujeres con piropos ofensivos, no lloran porque no es un acto de "hombres", solo valoran el cuerpo y otras más razones por las cuáles no me gustan los tritones.
Lilith apoyó al chico con su infravalorada opinión, ya que los Tritones tenían ese tipo de reputación en Mystcal y en el mundo místico. Los conocían como "Los cuadrados", al poseer un cuerpo demasiado trabajado.
-¿Y tú que criatura eres? -preguntó Malkom curioso.
-Un Hada de la Mente -exageró la primera "E" y movió sus manos en forma de terror.
-Pues si quieres saberlo, estoy pensando en comida - se tocó la barriga.
-¿Quieres ir al comedor? He mirado en el menú, hoy hay comida tailandesa -sugirió.
-Claro, reserva una mesa, tengo que recoger los libros -Lilith abandonó la biblioteca.
Mientras se dirigía de camino al comedor, escucho un sonido irritante, el de unos tacones de aguja. Al instante reconoció de quién se trataba.
-¡Eh! ¡Vidente! -Lilith se dio la vuelta-. Vaya, cada día estás más desgarbada, por favor un poquito de elegancia no vendría mal... -la miró de arriba a abajo con desprecio.
-Al menos mis padres escribieron bien mi nombre, ya que al tuyo le falta una "n" en la palabra "donna" -afirmó.
Belladona suspiró, y siguió hablando amenazadora.
-Vengo a advertirte, vidente. Que la muy imbécil de Dawson nos castigue si te hacemos algo, no significa que fuera de Mystcal la "inteligente y culta de Lilith Brown" esté protegida. Sé cosas de tu alrededor que nadie más sabe. Y me alegro de que tu mami muriera, así sabes cómo seguir sus pasos -susurró la última frase antes de retirarse.
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Hiraeth, el mundo oculto (Libro 1) (DISPONIBLE EN AMAZON)
Fantasy"Cuando sabes el final todo duele dos veces, ¿no?" La vida de Lilith Brown no era la mejor. Años después del fallecimiento de su madre, decide acabar con su miserable vida, pero algo interrumpe su misión. Lilith descubre que pertenece a un mundo mág...