10.

1.1K 117 39
                                    

──❀•❀──

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

──❀•❀──

—¡Mirad chicos, es Mando!

Peli Motto era una de las pocas personas a quien Din podía acudir si necesitaba cualquier tipo de ayuda. A diferencia de la gran mayoría de sus aliados, Peli no estaba presente para ayudarlo a luchar contra sus enemigos. Había sido como una niñera para el Niño, cuidándolo mientras Din se embarcaba en sus viajes, mientras que también trabajaba como mecánica para arreglar su nave. Sin embargo, lo que la hacía destacar era la personalidad hilarante que tenía. Peli aportaba una gran cantidad de humor con algunas frases divertidas de vez en cuando.

—¿A qué debemos ese honor? ¿Vienes a matar a otro dragón? ¿Persigues alguna presa escurridiza? —preguntó esta, deshaciéndose del polvo que tenía sobre los hombros.

—Necesito tu ayuda.

Después de haber aterrizado, Din había salido de su nave, dejando a la joven todavía dormida sobre el asiento trasero junto al Niño. El viaje no había sido largo, pero durante todo ese tiempo no pudo evitar mirar hacia atrás innumerables veces para comprobar si ella estaba despierta. Desafortunadamente se llevó una decepción detrás de otra al ver que no se había movido.

—¿Tienes dinero para pagarme? Porque esto no es un centro de caridad.

Por un momento Din había olvidado por completo dónde estaba, demasiado absorto por sus propias preocupaciones.

—Era broma, relájate —se burló Peli—. Como me caes tan bien haré una excepción. ¿Se trata de tu pequeño acompañante verde?

—No, de una mujer.

—No me digas que has encontrado a la mujer de tu vida, Mando —dijo con ironía—. Espero que me hayas invitado a la boda al menos.

Din suspiró debajo de su casco. No estaba de humor para eso. Estaba estresado, angustiado. Sabía que algo no marchaba bien y su instinto raramente estaba equivocado.

Dentro del Razor Crest, Elena abrió los ojos. Se los frotó y parpadeó lentamente para acostumbrarse a la luminosidad que había. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que el paisaje que tenía delante no tenía nada que ver con el que había visto antes. ¿Dónde estaba? ¿Y Din? Este ambiente no le era para nada familiar.

Se levantó del asiento, todavía aturdida, e intentó recordar qué le había pasado, pero lo único que le vino en mente fue la conversación con Din que habían tenido mientras miraba el cielo azul. Y luego todo se había vuelto negro, como si la tierra la hubiera engullido.

Salió de la cabina de pilotaje bajando la escalera y, una vez lo hizo, sintió una cálida brisa acariciar su piel. La escotilla estaba abierta y a unos metros más lejos vio al Mandaloriano. Estuvo a punto de gritar su nombre y precipitarse hacia él, pero cuando lo vio acompañado por una mujer con el pelo rizado se calló.

Polvo de estrellas || The Mandalorian [Libro I]Where stories live. Discover now