Capitulo 23: Descubriendo los limites de lo prohibido

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Bajamos al vestíbulo del hotel. Amanda se ha puesto su vestido holgado verde manzana y parece excitarle la situación. En cambio yo siento que de cualquier brisa se me levantará el vestido y se me verá todo. Joder, ¿A quien se le ocurre salir sin bragas y en un vestidito como este en ¡invierno!? Solo a este par de locos. Subimos al coche y veo que Amanda lleva en el bolso condones como si fuera a rifarlos en el pleasure.

—¿Los usan?

—No, en realidad, pero ya es costubre llevarlos por si acaso se necesitan.

— ¿Y ya han ido a estos sitios?

Sergey me escucha e interviene

— No preciosa, en realidad hemos tenido encuentros privados en hoteles o actividades privadas.

— Sergey me había comentado sobre el encuentro que tuvieron en Seattle los tres y pensé que como ya se tienen confianza pues será mejor ir los cuatro al club de intercambio.

Suelto un suspiro, ¡¿y esta loca?! Habla con tanta tranquilidad del sexo que hasta llega a asustarme. Llegamos al lugar donde pueden pasar dos cosas.

La primera: Salgo traumada de este sitio donde el morbo y el sexo reinan y nunca en mi vida vuelvo a coger.

La segunda: Le agarro el gusto a las prácticas de sexo alocado en grupo y la Megan sana se acaba de morir de una buena vez.

Creo que mi morbosa se inclina por la segunda. Mikhail deja el coche con el valet y entramos al sitio este. Al entrar veo a mi alrededor. La verdad parece un bar normal, común y corriente. Gente charlando y tomando socialmente. Me extraño. Me esperaba algo no sé, mas fuerte. Mikhail me agarra de la mano y me lleva hasta una mesa al fondo. Sergey hace lo mismo con Amanda. Los cuatro nos sentamos en la misma mesa y Sergey pide una botella de brandy. Trago saliva, no entiendo nada.

— Esto no parece un club de intercambio —Comento

Sergey curva la comisura

— No, aquí no. Esta es digamos la fase donde conoces a otras parejas. Aquí puedes venir simplemente a pasarla bien. Tomar dos o tres copas e irte como puedes quedarte y pasar a lo que nosotros hemos venido, la segunda fase.

Rápidamente Amanda pregunta

— ¿Y que hay en la segunda fase? —Inquiere curiosa

— Si decides pasar a la segunda fase debes estar dispuesto a que te vean con otros ojos. Allá dentro no disimularán, pues tienen entendido que buscas lo que todos, sexo. —Responde Mikhail

Vale Megan que aun estas a tiempo de correr, ¡Corre! Me siento como una total idiota, todos hablan normal de sexo y yo aun me ruborizo. Sergey nos sirve el brandy y me doy el primer trago. A ver si esto me quita los nervios alocados. Uno tras otro y siento que los nervios ya se me han disipado dando paso a una peculiar felicidad.

— Y esta noche, ¿Será entre nosotros cuatro? Es decir, ¿No conoceremos a mas nadie? — Pregunta Amanda

— Si ustedes están de acuerdo si. — Responden Sergey y Mikhail al unisono

Se quedan callados y todos apuntan sus ojos en mi esperando una respuesta. ¡Joder!

— Vale, ¡ya que si esta bien! —Respondo

Tomo otro trago y guiño los ojos ¡Fuerte!

— Vale, pues creo que es hora de hablar de lo que les gusta en la cama y lo que no — Señala Amanda

Mikhail me mira y con tono posesivo y jodidamente amedrentante responde

—Respecto a Megan, su boca y sus pechos son intocables. Son mios, y solo yo puedo tocarlos

Tuya Cuando Quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora