Capitulo 14: Noche Vieja

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Enredo mis piernas en otras rusas. Una tarde llena de sexo y palabras calientes me ha robado todas las energías. Magreo su pecho mientras pienso en lo enamorada que estoy de este ruso. No podría separme de él, me quedaría vacía, hueca. Juega con mi cabello y eso me pone la carne de gallina. Su olor, su latir me enloquecen. Levanto un poco la mirada veo que esta ido, sus pensamientos no están con él en estos momentos. Sutil inquiero mientras acaricio su pecho.

— ¿En que piensas?

— Nada en especial.

Arqueo una ceja y ceñuda respondo

— A mi no me engañas..., dime ¿En que piensas?

Continúa jugando con mi cabello y su voz grave y sexy responde

— Megan, en una semana tengo que viajar a la delegación de Suiza. Estaré fuera unas dos semanas revisando unos asuntos en Ginebra.

Pongo los ojos como platos

— ¿Te vas? Pero... ¿Es necesario?

— Si Meg, tengo que estar físicamente allá para arreglar unos asuntos de importancia

Me siento cubriendome con la sábana y mirándolo con cara de susto progongo

— ¿Y si te acompaño? No quiero separarme de ti

— Meg, tu tienes que grabar tu disco. Tienes cosas que hacer acá. Serán dos semanas solamente

Hago pucheros y termino derramando lágrimas como tonta. ¡Me siento tonta! Seca las lágrimas con su pulgar mientras me dice

— Nena, no llores. Te llamaré todas las noches. Y si te asusta que estando lejos deje de pensar en ti, eso no va a ocurrir.

— ¿Lo prometes?

Dice que si con la cabeza

— Contrataré una niñera para Ninette, así que despreocupate de ella. No dará lata

— Mikhail, ¿Y si la cuido yo? Si, así podré pasar mas tiempo con ella y tal vez así me la logre ganar su confianza

Atónito por mi propuesta responde

— ¿En serio eso quieres? ¿Estas segura?

— Si, digo es solo una niña. Creo que puedo manejarlo

Dice que si con la cabeza y suelta un pequeño suspiro. Otra vez el silencio, ese maldito silencio que me hace sentir horriblemente incómoda. Aprieto los labios y cuando pienso hablar recuerdo aquella conversación que tuve con él en la suite del hotel el día de mi graduación. Al recordar sus palabras siento y me doy cuenta de que no sé nada de él. Amo a un hombre del que se muy poco. Busco y busco la forma de saber más de él, pero no me lo permite. Quisiera preguntar muchas cosas, pero sé que de esas casi ninguna obtendrá respuestas. Acomodo mi cabeza en su hombro y sutil y tímida abro la boca

— Mikhail..., cuando me dijiste aquel dia que solo te fuiste de mi lado para protegerme, ¿A que te referias?

Vuelve su rostro hermético y frío. Tuerce el gesto y serio responde

— Megan, olvida eso. Eso es pasado. No tiene caso traerlo al presente

— Para mi es importante saber a que te referias. Por favor no me evadas la pregunta

Se aleja un poco de mi con su típica frialdad y eso me bulle. Se cruza de brazos a la defensiva

— Megan, he dicho que se acabó el tema. Creo que he sido lo suficientemente claro como para que sigas insistiendo

Tuya Cuando Quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora