capitulo 23: Enfrentamiento

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Edward se giró con pura celeridad para golpear a Cecil mientras que mi madre se enfrentaba a Félix y Demetri, que la sostenían a ambos lados. Todo comenzó a revolucionarse, cada uno de los presentes se entremezclaba con los que tenía frente suyo, defendiendo su propio clan. Unos mas fuertes que otros, puras evasiones, parecía como si todo fuera una simulación, ya que los golpes raramente cumplían su objetivo, manteniéndose en un empate a cero.
Yo estaba en contra de un árbol, tapada con el pelaje rojizo de mi licántropo favorito, protegiéndome de cada uno que se acercara a nosotros, rugiendo de ira pero sin intenciones de apartarse.
Pude distinguir como Renata se mantenía pegada a Aro, a pesar de haber descubierto que sus poderes podían expandirse como sabíamos, al parecer no querían arriesgarse.
De repente, todos quedaron quietos y pude ver a mi madre inmóvil en el suelo y mi padre sostenido por Felix de los brazos, con uno de ellos alrededor del cuello.
La mayoría de los licántropos se habían apartado para no lastimar a los de mi familia, mientras que otros estaban malheridos entre los árboles.
Aún mis tíos seguían sometido a los poderes de Chelsea y Cecil, ya que Rosalie la sujetaba a Esme, Emmett a Carlisle, Alice a Seth y Embry apartados con un gesto irreconocible. Jasper había vuelto a ponerse frente a Aro, con la mirada fija en cada rincón a su alrededor, protegiéndolo.
_No nos hagas esto, por favor!_ le rogó mi padre casi sin voz. Aro rió negando lento con la cabeza.
_Ya lo hice!_ y se encogió de hombros.
Cuando estaban levantándolos para llevarlos, me traté de quitar de encima a Jake, dando un grito de desesperación para que no me alejaran de mi familia. No podía permitirlo.
Pero aun así se esforzó para que no me escape. Sabía que le dolía tanto como a mí ver como estaban destrozandonos de esa manera, pero él siempre me decía que su prioridad era mi seguridad y no existía nada en el mundo que lo haga cambiar de opinión.
Me largue a llorar con fuerzas, con las manos estiradas intentando alcanzarlos. Cada paso que daban era una daga un poco mas profunda en mi corazón.
De golpe todos quedaron inmóviles y miraron hacia el interior del bosque, unos mas asustados que otros.

_Estas cruzando la linea, Aro..Y nunca debiste haberlo hecho!_ se escuchó la voz ronca de un anciano.
Me puse de puntas de pies para ver de quién se trataba. Eran dos vampiros, uno de cabellos canos y el otro daba la impresión de ser el más viejo de todos, por su delicada y aparentemente fina y frágil piel apergaminada, tan parecida a la de Aro. Eran Marco y Cayo, dos de los tres pilares indispensables para sostener el equilibrio entre los dos mundos, que lentamente se unían al grupo.
_Son mas errores de los que esperábamos.. no podemos dejarlo pasar así nada mas_ dijo Cayo_ No hay excepciones en nuestras reglas, te creía mas inteligente!
Aro sonrió incómodo, haciéndole una fugaz mirada a Jane.
Esta solo hizo una pequeña sonrisa y se puso al lado de los recién llegados, llevando a su hermano consigo.
_Ya no respondo a tus ordenes, Aro! Ellos tienen razón..
El rostro del viejo se transformó cuando Renata también lo dejó de proteger.
_Lo siento!_ le susurró.
Corrió la vista hacia todos los allí presentes y se podía distinguir como rápidamente cada uno de los que estaban de su lado momentos atrás, desistían del plan.
Mis tíos parpadearon con rapidez cayendo de rodillas cuando Cecil dejo de hipnotizarlos y se fugó por entre los árboles. Chelsea al parecer también dejó de interponerse entre ellos y Demetri y Felix soltaron con pocas ganas a mis padres, colocándose con los brazos cruzados detrás de los demas.
Aro estaba con los ojos como platos mirando como poco a poco iba quedando completamente solo, siendo el único responsable de tal infamia.
_Amigos.. ¿por qué no volvemos a Volterra y lo discutimos mejor?
_No hay nada más que discutir, la decisión está tomada_ dijo Marco_ Félix.._ musitó.
Aro trato de frenar al gran vampiro, evitando que sus fuertes brazos lo atrapen, pero no pudo. Lo inmovilizó sujetándolo desde la espalda, dejándolo arrodillado y con la cabeza inclinada.
_Félix.. dejame ir!_ musitó, mientras ambos vampiros se le acercaban sin ninguna prisa_ Puedo ver como te sientes ahora, estas aterrado. Dejame ir y te aseguro un lugar mejor en Italia, serás mi mano derecha..
_No insistas Aro_ lo interrumpió Marco_ Rindete y será mas fácil para todos.
_Soy uno de ustedes.. me necesitan!! No pueden hacerme esto!!!!
_Ya no lo eres_ dijeron al unísono y con pura celeridad Cayo puso sus manos al rededor de su cabeza y Marco lo sostuvo de ambos brazos, arrancándoselos, dejando el eco del metálico ruido repetirse una y otra vez de forma macabra, rebotando en contra de las hojas de los árboles.
_Encarguense.._ les ordeno Marco para que terminen de trozar y quemar sus partes. Ambos se giraron hacia mis padres que seguían abrazados en el suelo, llenos de sorpresa y horror en sus rostros.
_Les ofrecemos nuestras disculpas, todo esto se nos ha salido de las manos. Les aseguramos que nunca mas ocurrirá algo parecido_ dijo Cayo_ Ya estábamos hartos de él y esto nos sirvió de motivo suficiente para ponerle fin.
_Su abuso de poder y su obsesión por encontrar nuevos ejemplares ya lo habían convertido en un ser irreconocible!_ aseguró Marco.
_Vayan en paz, mis queridos amigos_ dijo Cayo_Les agradeceríamos su discreción en el asunto. No nos gustaría que los demás empiecen a dudar de nuestra capacidad.
_Por supuesto que no se lo diremos a nadie.. Solo queremos volver a casa!_ dijo mi padre poniéndose de pie.
_Gracias por ayudarnos_ dijo mi madre, poniendo cara de pocos amigos a quienes tenían a sus espaldas.

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