Capitulo 3: Deseos

35 1 0
                                    

Era fascinante sentir el aire fresco golpeando suavemente mi rostro, la brisa despeinando mis cabellos, el olor a sal del mar a lo lejos.. Todo era tan perfecto como me lo había imaginado, porque en mis sueños también lo tenía sentado junto a mi.
_Aún no entiendo porqué no querías traerme antes_ musité con los ojos cerrados, disfrutando del calor del sol.
_Es que.. _dió un suspiro que me hizo abrir rápidamente los ojos y lo vi arrojar una pequeña piedra por el precipicio con gesto taciturno _No me resulta tan agradable este lugar como a tí.
_¿Por qué?_ me enderecé y busqué su mirada.
_No tengo muy buenos recuerdos, eso es todo_ me sonrió.
_Podemos irnos si no te sientes a gusto!_ dije mientras trataba de ponerme de pie.
_No!!_ dijo en voz más alta que antes y me sostuvo del hombro para que me vuelva a sentar_ No seas tonta, solo son cosas del pasado. Además, te había prometido hace mucho traerte por aquí, y.. yo cumplo mis promesas_ extendió una amplia sonrisa.
_Si_ Sonreí _Siempre lo haces.
Nos quedamos mirando fijamente a los ojos mientras mis manos comenzaban a sudar y se cubrían de un molesto rubor mis mejillas. Quería cambiar de tema, pero no me salían las palabras, estaba muda.
Parecía como si mi cuerpo fuera de metal y estaría siendo atraída por miles de imanes gigantes, llevándome peligrosamente hacia su cuerpo. Quería abrazarlo, tenerlo aún más cerca que nunca. Deseaba con todas mis fuerzas besar sus cálidos labios por primera vez, hundirme entre sus enormes brazos.. Pero él se apartó de golpe y se puso de pie.
_Tienes razón_ susurro con un penoso suspiro _¿Por qué no aprovechamos a cazar algo por ahí? _inquirió en voz más alta y aparentemente más alegre, dándome la espalda para correr hacia los árboles y convertirse en el camino.
_C.. claro_ tartamudeé avergonzada y corrimos hacia el bosque en busca de algún apetecible animal.
Pasamos toda la tarde juntos, compitiendo por la originalidad al escoger nuestras presas, aunque en realidad no tenía mucha sed.
Volvimos a la casa de mis abuelos en su auto antes de que llegue la noche. La tensión, los nervios y tantas aventuras me habían agotado en exceso y no tenía ganas de volver a pie.
Jake se había dado cuenta de mis intenciones, eso era mas que evidente, lo sentía muy distante y no volvió a mirarme a los ojos. Podía confirmar que claramente para él yo solo era una niña, nunca podría verme de la manera que yo deseaba, y eso me hacia sentir aún más culpable.
Aparcó el coche a un lado de la calle, no parecía querer entrar, y lo miré avergonzada para disculparme.
Necesitaba decile algo, aunque no sabía como hacerlo.
_Jake.. yo..
_Sería mejor que entres, pequeña_ me interrumpió aún mirando hacia adelante, pero manteniendo un gesto amable_ Hay algo allí adentro que te va a sorprender.

No fué necesario alcanzar la puerta para saber a qué se estaba refiriendo. Pude percibir sus encantadores efluvios que iban camino al umbral de la gran casa apenas salí del auto, así que salte de la alegría en mi fuero interno al comprender que el viaje había sido menor de lo que esperábamos, que mis padres estarían conmigo en solo segundos y no en días como creía.
Fué mi madre la primera en salir a recibirme, incluso antes de alcanzar el primer escalón de la entrada, y me arroje a sus brazos, feliz, mientras resonaban a mis espaldas unas llantas acelerando con vehemencia sobre el pavimento.
Se apartó de mi lo suficiente como para mirarme a los ojos y con una mirada confusa y llena de cautela, inquirió:
_Algo anda mal con.. Jake?_ y corrió su mirada hacia el auto oscuro que se apartaba cada vez mas de nosotras.
Sonreí incomoda y me encogí de hombros al no saber que decir, hundiéndome nuevamente entre sus brazos, escondiendo mi rostro y mi preocupación.

SatéliteМесто, где живут истории. Откройте их для себя