XIII

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El salón era extremadamente lujoso y grande, algo que los ojos de Midoriya nunca imaginaron presenciar, aunque, a decir verdad, era algo innecesario, ya que no serían muchas personas las invitadas a esa fiesta. Las paredes del salón tenían aplicaciones de oro y uno que otro detalle hecho de cantera, haciendo que se vea de una manera espléndida. Era muy probable que ese haya sido el recinto más lujoso de Panem, ya que era el salón principal de la alcaldía, el lugar con más recursos y privilegios de todo el país.

Ambos chicos avanzaron lentamente a través de aquel enorme salón, sintiendo las miradas de todos y cada uno de los tributos sobre ellos. Había un pequeño grupo de músicos en una esquina del salón tocando una canción que Midoriya no conocía. No tardó en divisar a Bakugo, estaba con un chico de cabello rojo, supuso que era el chico del que había hablado la noche anterior, Kirishima.

En el salón había seis mesas, y en cada una había cuatro sillas. Estaban repartidas por Distritos, el 1 y el 2 iban juntos, el 3 y 4 igual, y así sucesivamente, por lo que a los tributos del Distrito 11 les tocó sentarse en la mesa de Shoto y Toga, la chica de chonguitos que se le acercó mucho a Izuku en el elevador días atrás.

— Hola. — saludó Izuku, en general, mientras dejaba caer su peso sobre una silla. — ¿No han servido la cena aún?

— No. — contestó Todoroki, fríamente.

— Hola Izuku. — murmuró la chica rubia frente a él. — Hace mucho que no te veía.

— En realidad, hace dos días que-

— Para mí fue mucho tiempo. Mucho tiempo sin ver esas bellas pecas en tu rostro...

Ella extendió su brazo, levantándose un poco de la silla, dispuesta a tomar con su mano derecha el bello rostro de Izuku. Uraraka, que estaba junto a ella, la tomó del pecho y la regresó a su asiento, haciendo que la silla resbalara un poco hacia atrás. Un hombre vestido formalmente —haciendo suponer a todos que era un mesero, o algo parecido—, se acercó por un lado del peliverde y sirvió un poco de vino en la copa que tenía frente a él. Hizo lo mismo con todos los miembros de aquella mesa, y, cuando ya todos tenían su copa llena de vino, Toga tomó un pequeño sorbo de aquel líquido que Izuku nunca había tenido la suerte de probar.

— Te desataste en las entrevistas. — mencionó Todoroki, por fin. — Nunca se había visto un comportamiento así. Lo sabías, ¿No? Si mueres misteriosamente en la arena creo que todos vamos a saber por qué.

— Lo sé perfectamente. — el pecoso levantó su copa de vino recién llenada, para después tomar un trago. — Nunca leí un comportamiento similar en los libros de historia del 11.

El sabor era fuerte. Muy pocas veces había probado las uvas en su vida, y ese líquido obscuro era algo parecido, pero con el sabor muchísimo más intenso. Frunció un poco el ceño debido al sabor, para después continuar hablando y conversando con Todoroki.

— ¿Y tú que me dices de Dabi? No sabía que se apellidaba Todoroki, como tú.

— Ese es un pasado muy extraño de mi familia. — Shoto agitó suavemente aquella copa en sus manos, para después llevarla a su boca. Pareció que no le hizo ningún efecto. — No creo que lo entiendas.

— ¿Por qué? — preguntó Izuku. — Créeme, se lo complicado que puede ser la familia a veces. En especial cuando te mienten durante toda tu vida. — dijo esto último entre dientes, sin intenciones de que el bicolor lo escuchara.

— En resumidas cuentas, mi padre lo forzaba para que diera el máximo poder de su don cuando entrenaba. Entrenaba en las afueras del Distrito, donde las autoridades no lo pudieran ver. — Shoto tomó otro sorbo de su copa, parecía un mafioso contando su plan maligno. — Mi padre, al notar que Touya se hacía daño con sus llamas, le dijo que parara de entrenar, pero él no lo hizo. Siguió y siguió entrenando, hasta que casi muere calcinado en aquella montaña en la que entrenaba. Obviamente mi padre se enfadó con él y lo corrió de casa, haciendo que Touya, o más bien Dabi, buscara alojo en los demás Distritos.

𝚑𝚞𝚗𝚐𝚎𝚛 𝚐𝚊𝚖𝚎𝚜 - 𝚋𝚗𝚑𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora