Que hacen los búhos o lechuzas cerca ni siquiera puedo divisarlas...

Estoy más allá de lo abrumada, siento que quiero vomitar, los sustos hundieron mi estómago.

Escucho risas, o ¿estoy ya alucinando?.

No, era unas ardillas jugando con algunas nueces. Si señores soy un caos de emociones

¡Cu Cuuu, Cu Cuuu!—nuevamente suena pero en otra dirección

—¡Cállate! —grito desesperada, un dolor se dispara en mi pierna.

Preocupada por los sonidos de mi alrededor, me había preparado para caminar con ambas piernas, pero al contacto con el suelo después de hundirse en la nieve mi pierna derecha,el dolor se apoderaba ahora de mi cuerpo, mi sistema nervioso reacciona y  le dice a mi cerebro que es inútil mi intento de huida. 

Lo peor...cuando me logro apoyar nuevamente en el palo que traía para girar y darme cuenta que no había avanzado ni media cuadra. Ahí podía ver esa cabaña del terror con la boca abierta esperando nuevamente a digerirme, ahí podía ver esos ojos convertidos en ventana que podían ver mi estupidez, como si se estuvieran burlando de mí.

Siento nuevamente un viento helado que me empuja, y que curiosamente llega a la cabaña y cierra la puerta, cerrando la boca de esa monstruosa cabaña y dejando a la vista una casa de madera llamada "suey" —¡está bien regresaré! —no puedo evitar limpiarme las lagrimas y regresar por las huellas que había dejado.

Al llegar nuevamente a la cabaña la cierro y empiezo a desvestirme con mucha dificultad, el dolor había regresado con mayor intensidad, nuevamente estaba en silencio escuchando mi respiración agitada, hasta que de un salto escucho mi celular. Pero era simplemente el sonido de la batería agotándose.

—¡Dios mío! ¿Que hice para merecer esto? Empiezo a llorar con todas mis fuerzas—Madre acaso estas poniéndome a prueba, ¿de qué? ¿Qué hice para molestarte?

Suena golpes del viento contra la cabaña, nuevamente me paralizo y lentamente giro...una de las ventanas estaba abierta y estaba golpeándose abriéndose y cerrándose.

Suspiro, al darme cuenta de la escena, pero mi corazón no deja de latir mas fuerte, estoy sola aquí y realmente es aterrador como nadie lo puede imaginar. A rastras me dirijo a la ventana y la cierro, empiezo a temblar por que me había quitado el traje de esquí que traía, y sentí como el frio entraba por mis poros a mis huesos.

Revuelvo toda la ropa de la extraña Lisa y encuentro una sudadera y buzo cómodo—huele tan bien...—hum mis sentidos se pierden un instante como si el olor de la ropa entrara en todo mi sistema respiratorio y pasara a mi sangre recorriendo a todo mi cuerpo y llegara a mi rostro esbozando una sonrisa de satisfacción, como el olor de la mejor comida del mundo.

Muevo la cabeza para los lados, quitándome la sensación extraña que sentí en mi estómago, como si se adormeciera, como si realmente estuviera disfrutando del acto y mi cara empezó a quemar concluyendo que era la primera vez en mi vida que huelo la ropa de alguien y mi cuerpo revelara la exquisitez de ese acto, que mi cerebro quería negar haciendo que rápidamente me pusiera las prendas.

Suena golpeteos en la puerta, y mi cuerpo de lo relajado que ya estaba, nuevamente se tensa.

—¿Lisa? —mi mirada se enfoca en la puerta. Nadie responde.

—Lisa no estes jugando, ¿eres tú?, ¡mierda te estrangularé lo juro! — levanto la voz dirigiéndome a la puerta saltando de un pie.

Se abre fácilmente la puerta, la verdad si alguien hubiese querido entrar lo hubiera hecho sin complicaciones, el frio nuevamente invade mi cuerpo, pero el ser observada por alguien me tiene mas tensa que antes, no había nadie, —¡nadie!— digo, mientras sigo retorciéndome de frio con el ceño fruncido siento la punzada en el pie nuevamente.

—¡Carajo! — cierro la puerta de un solo golpeteo y me aseguro que no vuelva a estar floja.

Doy una larga bocanada del aire, una, dos, tres veces para calmarme—este lugar me va a volver loca.

No lo pienso dos veces mas y voy a la cama, al acostarme y taparme con todas las cobijas prendo mi celular para iluminarme, por unos cuantos segundos antes de que pierda toda la batería y se apague. Con un poco de dificulta me coloco en estado fetal y me tapo los oídos.

—¡Donde diablos te fuiste LISA! —cierro los ojos perdiéndome en un pequeño sueño.

Escucho desde lejos un sonido que se acerca, me había quedado dormida, pero me levanto de un dos por tres apoyándome en el espaldar, otra vez siento el dolor en la pierna, pero no me importa. Cuando veo quien abre la puerta un suspiro que espero que ella no haya notado calma mi corazón.

Quien iba a decir que me alegraría volver a verla...estaba un poco agitada, respirando rápidamente como si hubiera corrido una maratón, pero ahí estaba con sus ojos grandes que era lo primero que notaba desde mi posición.

Te demoraste pensé...pero por fin estas aquí 

ACCIDENTE FORTUITO [corrigiendo]Where stories live. Discover now