Error#41: El infierno de los espejos

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El pelinegro mira con una expresión en blanco y con la mirada llena de aburrimiento el gran espacio negro rodeado por un infinito de imágenes en movimiento que parecían ser partes de la escuela, mientras que la mano seguía jalando de su muñeca.

En un inicio esto fue emocionante, era como un simulador del espacio en donde tu cuerpo no estaba ligado a la ley de la gravedad y lo dejabas flotar en el vacío sin riesgo de chocar con algo.

Y la increíble cantidad de cristales que reflejaban las diferentes partes de la escuela solo lo hacia que la vista fuese el tiple de emocionante.

Pero después de un rato se volvió tedioso e incluso si miraba por mucho tiempo las imágenes te podías marear por el constante movimiento.

- ... ¿Falta mucho? – Se atrevió a preguntar Amane en un tono cansado, esperando que la mano le respondiera.

Esa cosa ya demostró tener boca, así que no estaba lejos de sus límites.

Sin embargo, esta no le respondió y solo siguió jalándolo a donde sea que le estuviera llevando.

Amane alzo su mirada hacia arriba, ¿o era su derecha?, para ver el largo brazo de la mano fantasmal que seguía sin querer soltarle.

Paso un tiempo hasta que el final del brazo se ilumino en una brillante luz que lo dejo segado por unos instantes. Parecía que habían llegado a su destino después de hacer un largo recorrido en este extraño limite.

Cuando el humano estaba por cruzar por aquel rectángulo luminoso que parecía ser la fuente de luz no pudo evitar expresar lo que se le vino a la mente en el momento que vio las manos fantasmales sobresalir del escritorio de Tsuchigomori-sensei.

- Tch, traicionado por el mejor amigo del hombre – Le reclamo Amane antes que su cuerpo desapareciera por aquel rectángulo luminoso.

- Tch, traicionado por el mejor amigo del hombre – Le reclamo Amane antes que su cuerpo desapareciera por aquel rectángulo luminoso

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El otro lado de aquel rectángulo fue un largo pasillo oscuro sin salida con varios espejos rotos por las paredes.

Parecía que él estaba entrando por la pared que cortaba el corredor, la mitad de su cuerpo ya había traspasado por aquel rectángulo.

El otro lado de aquel rectángulo o ahora que lo pensaba bien podía tratarse de un espejo como el de las paredes, parecía que si estaba ligado a las leyes de la física porque cuando todo su peso ya estaba por este lado, la gravedad hizo su trabajo.

- ¡Kyaaa! – Exclamo Amane al caer desde tan alto.

Su caída solo fue amortiguada un poco por el agua que rodeaba el límite, pero por el nivel no fue suficiente para que no saliera herido.

El humano apretó en línea recta sus labios mientras contaba hasta diez en su cabeza, después de un rato soltó un suspiro y se dio la vuelta para quedar acostado de lado.

Había sido secuestrado por segunda vez en este mes y no le hacía mucha gracia.

Si fuese por él ni siquiera se levantaría del suelo cubierto de agua, se quedaría ahí como algún tipo de oruga hasta que alguien viniera a buscarlo.

Sin Margen De ErrorWhere stories live. Discover now