Error#37: Extiende tus manos

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- Hey Tsuchigomori-sensei, no has visto donde deje mi cuaderno de asistencias – Hablo Nagisa al entrar a la sala de ciencias.

Lo primero que esperaba ver al entrar era la cara malhumorada de su compañero por haber entrado sin tocar, sin embargo, fue otra escena lo que vio al entrar.

- Shhhh – Silencio el profesor de ciencias para no despertar a su alumno.

El cual no era nada más que Amane.

El pelinegro se encontraba acostado dándole la espalda en el único sofá capitoné del salón con una manta blanca que le cubría hasta los hombros y una almohada de aspecto suave para que descansara mejor.

- ¿Qué le pasó? – Pregunto lo más bajo posible Nagisa entre tanto se acercaba al misterio escolar con preocupación.

- Vómito en educación física y la enfermería está alborotada por unos casos de gripe de tercero – Dijo Tsuchigomori en voz baja. – Lo mandaron acá ya que la enfermera no quería que se contagiara -

- ¿Comió algo en mal estado? – Volvió a preguntar Nagisa acercándose al alumno para ver si no tenía fiebre o sudor.

- Por lo que tengo entendido es dispepsia – Respondió el ex quinto misterio mientras seguía calificando las tareas de sus alumnos. – Al parecer salió con su hermano el fin de semana y termino comiendo de más –

El humano asintió en comprensión y se agacho a un lado del chico para revisarlo mejor.

Cuando lo hizo noto algo peludo entre los brazos del muchacho.

- No es este el gato que cuidamos aquí en la escuela – Dijo en lo que señalaba al 'gato' que se encontraba dormido y abrazado por Amane.

Y por supuesto, hablamos de nada más que Yako.

El ex número dos de los siete misterios escolares, o al menos temporalmente.

El espectro se giró y noto que efectivamente se trataba del echinococcus que tenía de compañera, no había notado que estaba con él en el salón hasta que el humano lo señaló.

Incluso tiene el descaro de ser usada como peluche por su "otouto".

- De verdad, yo sigo pensando que se trata de una civeta – Dijo en tono frío el espectro al ver como su dolor de cabeza dormía plácidamente en su sofá.

Nagisa que ya no escuchaba lo que decía su compañero de trabajo, tomó un extremo de la manta para tapar al 'gato' y con la otra mano checaba la temperatura de su alumno.

Parecía que no tiene fiebre, aunque no sabía si era por el aire acondicionado del salón.

Por si acaso él llevará un justificante para las próximas clases.

Cuando el timbre que marcaba el almuerzo sonó por toda la academia, casi todos los alumnos salieron de sus salones para comer, mientras que el resto se quedó para sacar su comida y disfrutarla con sus compañeros de clases

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Cuando el timbre que marcaba el almuerzo sonó por toda la academia, casi todos los alumnos salieron de sus salones para comer, mientras que el resto se quedó para sacar su comida y disfrutarla con sus compañeros de clases.

Fue entonces que dos amigos se dirigieron al salón de ciencias para comer junto con Amane, el cual les había avisado que se encontraba en el salón de ciencias por un accidente que tuvo en la mañana.

Kou llevaba su bento junto con un medicamento para la indigestión, por otra parte, se hallaba Nene con su almuerzo y un álbum de fotografías de su club.

- Realmente espero que Tsuchogomori-sensei sepa cómo deshacernos de esas manos – Dijo Yashiro dando un suspiro cansado por su inusual situación.

- Es una pena que no nos hallamos topado con Teru-nii para preguntarle – Hablo Kou con un suspiro igual de cansado.

A pesar de sus suspiros, ambos tenían una sonrisa en sus rostros.

Esperaban que Amane se hubiera divertido todo el fin de semana con su hermano gemelo y que tuviera hermosos recuerdos en sus salidas con Tsukasa-kun.

- Aun no puedo creer que nos mandara esa foto de él y su hermano aun lado de ese tanque de tiburones – Dijo Kou ya unos metros de la puerta del salón de ciencias.

- Yo aun no puedo creer que se compró siete peluches de ballenas por qué habían de diferentes colores – Comento Yashiro por la forma en que el menor derrochaba su dinero sin preocupación.

- En realidad fueron como doce peluches en total – Dijo Kou algo coincidido por el anterior comentario de su senpai.

La peliblanca se detuvo enfrente de la puerta y se volteó hacia el exorcista con los ojos abiertos como platos de la sorpresa.

- ¿Cuánto dinero gasto así? – No pudo evitar preguntar Yashiro, no más bien la verdadera pregunta a esto era ¿Por qué Amane-kun necesitaba tantos peluches?

¿Era acaso un pasatiempo suyo que no conocían?

El Minamoto se paró a un lado de su senpai y se rasco la mejilla izquierda con nerviosismo entre que hablaba con un tono conmovido. – Dijo que nos traería recuerdos del acuario, solo lo sé porque me pregunto, si te gustaría un peluche de delfin rosa –

De inmediato dejó de rascarse la mejilla y se volteo hacia la albina en pánico.

- No le digas que te dije – Le suplico en desesperación.

Había arruinado la sorpresa de Amane por error.

Yashiro sonrió por el detalle.

- Yo no escuche nada – Dijo Nene fingiendo por el bien de su amigo.

Tocaron la puerta hasta que en el otro lado se escuchó el "adelante", los dos pasaron para de una vez comer y darle el medicamento al pelinegro.

Amane que aún encontraba acostado en el sofá con una Yako aun dormida en su regazo, los saludo con una sonrisa y un movimiento de mano.

- Oh, que bueno que vinieron – Hablo el menor en lo que buscaba aun lado del sofá la bolsa con los peluches que trajo. – Aquí tienen los dos – Les entregó a cada uno un peluche distinto.

A Kou le entrego un tiburón de color amarillo y a Yashiro un delfín rosa con un moñito de un tono fucsia en el lado izquierdo de su cabeza.

Eran los últimos que faltaban, ya le había entregado a Tsuchigomori su regalo que era un pulpo morado y a Yako-neesan el de un cangrejo rojo.

El primero en recibir un peluche de su parte fue su gemelo, que fue una tortuga grande de color morado.

Quien de inmediato fue bautizado como dango.

El primero en acercarse a él fue Kou para darle su medicamento.

- Cara de araña-sensei nos dijo que te diéramos esto cuando te despertaras – Dijo el rubio dándole la pastilla junto con una botella de té verde.

- Muchas gracias – Agradeció Amane al exorcista y tomo la pastilla para después tragarla en seco.

Fue entonces que su vista posó en el álbum que traía Yashiro-senpai.

Lo que no noto fue la mirada de asombro de sus senpai por su acto.

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Curiosidad que mata#38

El chiste de la civeta proviene en el extra de Houkago Shounen Hanako-Kun capítulo 14.

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