-Extra -

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Toji dejó salir un largo suspiro, al momento de adentrarse a aquella sala en la cual se realizaría la clase.

Sorpresivamente y para la gracia de Satoru, se había decidido a tomar clases de cocina. Sabía que era un desastre al momento de cocinar, con suerte podía preparar tostadas con huevo, teniendo que constantemente pedir comida en restaurantes.

Pero después de plantearselo, cansado de la aburrida comida que solía comer, decidió dejar de lado la pereza después del trabajo y tomar las estúpidas clases.

Al menos así podría comer algo decente y sorprender a Yuuji con una romántica cena, terminando con una buena follada en su dormitorio. Era una idea estupenda, de sólo pensarlo un brillo de lujuria se reflejaba en sus ojos.

Mierda, si que estába enamorado.

La voz de la persona a cargó de la clase, lo sacó de su burbuja de lujuria para comenzar a presentarse y explicar la primera receta que llevarían a cabo.

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La primera semana fue un desastre, había quemado la mayoría de las preparaciones.

En la segunda semana, notó un pequeño avance, pero seguía causando desastres en aquélla cocina, hasta que alguien sintió pena por él y decidió darle una mano.

Toji gruñó fastidiado al escuchar que le hablaban, por lo que se giró para observar al dueño de dicha voz, fijando su vista en un adolescente bastante alto, de cabello rojo de puntas oscuras y unas extravagantes cejas.

Cuando había llegado ese mocoso ahí, no tenía idea. Por supuesto no era el único tratando de aprender a elaborar un plato de manera decente...

Toji se encontraba tan fastidiado que no se había tomado el tiempo para observar a las personas que se encontraban en aquella sala, mucho menos aquel chico que estaba detrás de él y las mujeres que lo devoraban con la mirada.

Después de intercambiar algunas palabras con el chico, el cual se presentó con el nombre de Kagami Taiga, se dio cuenta que aquellas clases, eran para personas avanzadas.

Sintió su cabeza palpitar y un gruñido fuerte salió de su boca, siendo escuchado por todas las personas que se encontraban elaborando un postre de Tiramisú aquella tarde. Prometió romperle la cara a Satoru, pues él , se había encargado de gestionar su inscripción en dicha clase.

No todo fue malo, pues Kagami le ofreció su ayuda, aunque notó al mocoso aguantar la risa, mientras le daba unas palmaditas, al momento de escuchar sus quejas.

Tras hacer una rápida llamada e insultar a Satoru, decidió volver a la clase.

Estaba dispuesto a demostrar que nada lo superaba, ni mucho menos un maldito postre de Tiramisú, luego se encargaría de la rata albina por su pequeña broma.

En una de sus clases, recuerda hablarle de Yuuji a Kagami. El pelirrojo le había mencionado que la cocina era su especialidad, después del baloncesto.

Pudo notar un pequeño sonrojo en el chico, cuando hablaba de un tal Aomine, que no solo era su rival en aquel deporte, sino que también era su novio.

Cuando cumplio un mes, en aquellas clases, que por supuesto le ocultaba a Yuuji, pues no quería arruinar aquellos planes que involucraban; cenas y sexo, había logrado un gran progreso. Ya podía dominar a la perfección la preparación de algunas recetas, incluyendo ese condenado postre de Tiramisú.

Sorprendiendo a Kagami y chocando puños con el chico, en modo de celebración.

Pasado los dos meses, podía seguir bastante bien al chef que impartía la clase, ganándose elogios por su parte, suspiros de aquellas mujeres y miradas de molestia de algunos hombres presentes.

I Know What You Want | TojiItaWhere stories live. Discover now