~A dónde fuiste? ~

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Kurapika y Leorio llegaron a la casa en cuestión de minutos, la notícia de que Gon había vuelto ya había recorrido más de la mitad de la isla

-Gon! - gritó Kurapika luego de azotar la puerta y ver a su amigo sentado en la mesa

-Kurapika! Leorio! - el ojicastaña recibió gustoso el abrazo que sus amigos le otorgaron

-Dios, qué hacés aquí? Pensé que aún no eran tus vacaciones

-De hecho... Ya no puedo pisar el palacio hasta dentro de cinco meses...

-QUÉ!? - Gritaron al unísono los más grandes

-Por qué mejor no se sientan y permiten que Gon les cuente la historia? - dijo Mito mientras llegaba con galletas al comedor

Una vez todos sentados Gon tuvo que volver a explicar todo lo sucedido, ésta vez excluyó las inseguridadades y los súper detalles pero aún así contó la mayoría

-Esos malditos nobles! Cómo se atreven siquiera de desconfiar de esta carita!? - exclamó Leorio mientras acunaba las mejillas de Gon con sus manos

Un suspiro del rubio fue todo lo que tuvieron que escuchar para notar su molestia

-No lo puedo creer, y realmente creyeron que eras tú? A pesar de todo lo que sacrificaste? A pesar de que te jugaste la vida por uno de los suyos? Jamás entenderé a la realeza y tampoco quiero hacerlo. Por favor! Cinco meses es demasiado castigo para alguien que ni siquiera saben con certeza si fue el verdadero culpable, y además no le permiten despedirse del príncipe! Ahora podrían inventar cualquier tipo de excusa para dejar mal parado a Gon en frente de Killua. Aún así confío ciegamente en que el príncipe no dudará de Gon y buscara la forma de saber la verdad- una vez su discurso termino comenzaron a comer lo que Mito había traído

Entre tanta charla les había entrado el apetito.
Unas horas más tarde Leorio y Kurapika tuvieron que retirarse prometiendo volver al otro día. El pelinegro optó por acompañarlos hasta la casa del Kurta (lugar donde Leorio había estado alojandose la última semana) . Luego de acompañarlos y despedirse emprendió camino a su casa nuevamente, ya había caído la noche y el cielo estrellado iluminaba el lugar, hoy era luna nueva por lo que no se la podía ver.
Respiro ondo y pudo sentir el aroma salado del mar inundar sus sentidos, había extrañado este lugar. Se tomó la libertad de llegar un poco más tarde a su casa y se adentró en el bosque de la isla.
Pasados los minutos llegó a un lugar que le traía muchos recuerdos, aquél lago en el que había pescado junto a Killua la primera vez que se quedó en la isla, aquél lago en el que había descubierto la relación de sus amigos, y ahora, el lago en que se encontraba llorando por la nostalgia de aquellos días. Todo se había desmoronado, de un día para el otro, literalmente había sido hoy en la madrugada cuando todo comenzó, nunca hubiera creído que esto sucedería.
A veces las cosas no suceden como lo planeamos, pero jamás imaginaria algo como esto.
Se sentó en la orilla y se hizo bolita mientras las lágrimas caían, realmente se sentía raro, además, ahora tenía un brazo fracturado, perfecto, mentiría si dijera que no dolía pero era más doloroso pensar en su pareja, la cual se lamentaba de no haber podido proteger correctamente. En solo pensar en el cuerpo de Killua le hacía doler el pecho. Estába lleno de moretones y rasguños, tenía vendada la cabeza y había estado llorando por su culpa horas antes. Nada de esto tenía sentido, quién era el verdadero culpable y que quería ganarse con secuestrar a Killua? Acaso querían oro? O querían provocar desgracias a la realeza? Y si así fuera, por qué tendría que ser Killua? No hubiera sido más común haber secuestrado a Alluka? Después de todo era la menor y hubiera sido presa más fácil. De todos modos hubiera sido un desastre pero no podía comprender por qué esto le estába sucediendo a el.
Retrocedió en los hechos y comenzó a buscar al culpable entre sus recuerdos. Pensó en las personas que habían estado actuando extraño y solo pudo pensar en una persona, Lucy Montellbín, es decir, también podría haber mencionado a Hisoka, pero era mucho menos probable ya que el era la mano derecha de Illumi, el hermano mayor de Killua. Si, se llevaban mal, pero aún así no creía que el azabache sea capaz de hacerle algo como eso a su hermano menor.
En cambio, Lucy, quien le tenía un enorme amor al príncipe había estado actuando extraño todo el día. Lo que más pudo resaltar fue el momento de la búsqueda, Lucy estába tratando de alejarlo del bosque en el que Killua fue encontrado, por qué lo haría? Y si... No, era imposible, o tal vez... Y si por alguna extraña razón, la verdadera culpable del secuestro de Killua fue Lucy?
El castaño sacudió su cabeza, en qué estába pensando? Por qué siquiera intentaría eso? Killua era muy importante para ella y jamás dejaría que algo como eso le sucediera bajo su poder.
Se paró en su lugar y limpió sus lágrimas. Debía volver a casa o Mito se preocuparía.
Mientras volvía miraba el cielo estrellado, lo observaba con un sentimiento de vacío en su interior. Ya tenía dieciséis, estába bastante grande como para comenzar a lamentarse de algo por lo cual él no había sido culpable, y tenía la edad suficiente para averiguar la verdad.
Cuando llegó recibió un pequeño regaño de Mito por desaparecer y luego le deseo las buenas noches para por fin ir a descansar, el no había dormido absolutamente nada en las últimas veintidós horas, por lo cual, se encontraba bastante cansado. Apenas apoyó su cabeza sobre la almohada se quedó dormido, rogándole a los dioses que al despertar todo fuera un mal sueño, y que Killua aún estába a su lado.

Nuestro propio reino (hiatus)Where stories live. Discover now