~Una visita~

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Era temprano, muy temprano, pero Killua ya se encontraba despierto. Se cepillaba los dientes mientras se peinaba el cabello, se dirigió hasta su enorme closet y se puso la ropa que acostumbraba a utilizar, se miró al espejo por unos segundos, algo no cuadraba, su ropa... Sería lo adecuado ir vestido tan formal? Tomó una bolsa y se dirigió al armario nuevamente, de ahí tomó unos pantalones cortos de color gris, una camiseta azul, una camiseta de mangas cortas color blanco y unos zapatos casuales. Metió todo en la mochila y agregó algún que otro bocadillo, tal vez la ropa de la realeza no era necesaria para la Isla Ballena, pero de algún modo le serviría para el viaje.
Caminó silenciosamente por entre los pasillos del castillo, no podía salir por la puerta principal ya que lo descubrirán, tampoco por la trasera, su madre de seguro se encontraba allí, solo había una salida, el calabozo. No era de sus lugares favoritos del palacio, era oscuro y sombrio, además tenía un olor repugnante y había demasiada gente malvada allí, desde mayordomos que se revelaron hasta criminales, como asesinos o estafadores.

Tragó seco y se dirigió hasta el fondo del palacio.

Una puerta con varias cerraduras yacía al fondo del lugar, Killua abrió todas y comenzó a bajar por las escaleras. Mientras más bajaba menos luz había.
Al bajar por completo, se encontró con una puerta pesada y de hierro, tenía muchas cerraduras también, la abrió y la cerró nuevamente, ahora, se encontraba dentro del calabozo. Ese lugar le daba muy mala espina. Caminó un rato hasta llegar a la parte de las celdas, cuando pudo divisarlas empezó a correr lo más rápido posible, quería evitar a toda costa cualquier tipo de contacto con la gente que estába ahí. Logró cruzar y llegar hasta otra puerta igual a la anterior, la abrió y volvió a cerrarla. Subió por las escaleras y se encontró con la última puerta, miró por el cerrojo para confirmar de que no hubiese nadie, cuando vió que todo estába despejado salió, respiró profundo y se dirigió hasta el muelle.

Mientras se dirigía allí, la gente hacía reverencias al verlo, las mujeres de su edad chismoseaban y le daban cumplidos, realmente no estába interesado en ninguna de ellas, no le llamaban la atención y no tenía mucho tiempo. Se apresuró a llegar, y cuando por fin lo hizo lo vió, ahí estaba, el barco que Kurapika tomaba tanto de ida como de vuelta. Corrió hasta el barco y se acercó al capitán

-Buenos días Capitán

-¿Eh? ¡Oh! Buenos días su alteza, ¿Qué lo trae por aquí?- exclamó el dueño del barco acomodandose el sombrero

-Iré a Isla Ballena

-¿A Isla Ballena? ¿Acaso tu padre te pidió que les des algún tipo de orden?

-No, de hecho, estoy yendo a ver a un amigo...- Killua sonrió delicadamente

El capitán abrió los ojos con sorpresa, le parecía extraño que un miembro de la realeza tenga un amigo, y aún más si era en Isla Ballena, ya que se encontraba en el medio de la nada.

-Pues entonces sube, con gusto lo llevaré

-Muchas gracias- El peliblanco subió al barco y se sentó en un pequeño banco que estába por ahí

Estába yendo a ver a Gon, no quería admitirlo pero estába nervioso, muy nervioso, ¿Y si Gon no vivía ahí y su suposición había sido erronea? ¿Y si a Gon no le agradaba que el lo fuera a visitar? ¿Cómo lo encontraría? Ni siquiera sabía donde estába su casa. Sacudió la cabeza hacia los costados, se estába cuestionando demasiado, él y Gon eran amigos, y a Gon le alegraría verle, sí, así sería... O al menos eso esperaba...

Estuvo alrededor de media hora en el barco, cuando a lo lejos pudo divisar una pequeña mancha en el medio del mar, cada vez estaban más y más cerca, y esa mancha empezaba a tomar forma de una ballena, ¡estaban llegando a la isla! 10 minutos después llegaron y el bajó del barco, se despidió amablemente del capitán y se fue.
En el pueblo no había mucha gente, en realidad, en la isla no vivían demasiados pueblerinos, así que supuso que le sería facil encontrar a Gon. Se acercó hasta unos pescadores que estaban allí y habló

-Buenas tardes, disculpen podrían- no pudo terminar de hablar ya que los dos hombres que estaban ahí se pararon inmediatamente e hicieron una reverencia

-Su alteza, ¿Qué lo trae por aquí?

-¿Es la primera vez que viene cierto?

Killua notó el nerviosismo en las voces de los ciudadanos así que con el tono más calmado posible dijo:

-Sí, es mi primera vez aquí, por eso necesito de su ayuda. De casualidad, conocen a un chico llamado Gon?

-¿Gon? ¿Hablas de nuestro Gon?- el otro pescador le dió un golpe

-Claro que habla de nuestro Gon idiota, disculpelo príncipe, sí, sí conocemos a Gon, qué necesita de él?

-Pues veran, necesito saber dónde vive

-¿Acaso se metió en problemas?- preguntó el pescador a quien habían golpeado recientemente, el cual fue golpeado de nuevo por su compañero

-No se preocupen, no se metió en problemas, de hecho somos amigos, es por eso que lo vine a visitar

Los pescadores quedaron boquiabiertos, Gon amigo del príncipe? Era algo extraño, pero no imposible...

-Camine recto hasta el fondo, encontrarar una pequeña colina, allí se encuentra la casa de Gon

Killua hizo una reverencia en muestra de agradecimiento y se marchó. Empezó a adentrarse por la isla, caminó y caminó, era interminable, por un momento penso que lo habían engañado hasta que pudo divisar a lo lejos la pequeña colina de la que los pescadores le habían contado. Corrió hasta subirla, se acercó a la puerta, tomo aire y dió tres suaves golpes a esta. Estaba muy, muy nervioso, y si esa no era la casa de Gon? ¿Y si a él no le agradaba su visita? Y si... Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose.


Me voy a dormir, tengo mucha tarea y mañana hay colegio, los dejo con la duda JAJAJAJJAJA, bais♡'・ᴗ・'♡

Nuestro propio reino (hiatus)Where stories live. Discover now