~Ups?~

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El barco estába en el viaje de vuelta, Gon sentía los hombros mas livianos, como si se hubiera sacado un enorme peso de la espalda. Dejaba que el viento chocara contra su cara y tenía una pequeña sonrisa en el rostro, giró su mirada levemente para observar a un peliblanco que se encontraba no muy lejos de el. A diferencia suya el albino no parecía feliz, en vez de sacarse un peso de sus hombros fue como si hubieran agregado otro más, tenía la mirada perdida y no hacía expresión alguna. Se acercó tímidamente hasta el y posó una de sus manos sobre el hombro del contrario. Las palabras no fueron necesarias, el simple contacto del moreno fue suficiente para hacer que el príncipe cayera desesperado en sus brazos, ahora el peliblanco lo abrazaba con fuerza mientras inundaba sus sentidos con el aroma de Gon

-Entonces... Vas a decirme qué te sucede?- preguntó el ojimiel con la voz calmada

Killua negó con la cabeza a lo que el castaño rió. Alzó su otra mano y comenzó a acariciar los cabellos platinados del mayor. Una pequeña gota de agua cayó sobre este, otra más, una más, las nubes grises de la mañana ahora estaban casi negras. La lluvia adornaba los alrededores provocando que la tripulación del barco entrara en pánico ya que las cosas abordo comenzaban a mojarse. Un guardia se acercó hasta los dos chicos y dijo:

-Está lloviendo, su alteza, deberían entrar o se enfermaran

-En un momento vamos- el ojicastaña notó como el albino apretó el agarre y se aferró con sus uñas a su ropa- no nos esperen-volvió a decir

El príncipe aflojó su agarre, el guardia asintió ante la respuesta y se metió en el interior del barco. Gon nunca lo había notado ya que desde que conoció a Killua jamás había llovido pero, a diferencia de que cuando había sol el cabello de Killua brillaba, cuando se mojaba este se ponía de un tono opaco, en un tono grisaseo metálico, aun así no le hacía perder el encanto a su portador, pero era un pequeño detalle que acababa de notar.
Estuvieron así un buen rato hasta que a lo lejos Gon pudo divisar el palacio entre las mini casitas que se veían

-Killua...

-Lo sé, solo unos segundos más... Por favor?...- el pelinegro le sonrió

-Claro...

Así, con este mismo silencio, Killua se maldecia internamente una y otra vez, se maldecia por dejar que Gon saliera herido, se maldecia por no poder protegerlo correctamente, las palabras de Mito (aunque no fueran intencionales) se clavaron en su pecho como estacas, tal vez si jamás se hubieran conocido el ojimiel no estaría pasando por esto. Chasqueo la lengua al aire frustrado y se separó del moreno, respiró ondo y giró levemente su cuerpo, estaban cerca del muelle, anclarian pronto. Agachó su cabeza para mirarse a si mismo, tanto el como Gon estaban empapados de pies a cabeza lo cual le generó cierta risita. Parecía que la lluvia no pararía hasta la madrugada del día siguiente, las gotas caían en un ritmo constante y ligero y las nubes no se separaban ni un poco.
El barco ancló y la tripulación bajó en dirección al palacio, los guardias cargaban las cosas de Gon así que el no hacía esfuerzo alguno, "así es la realeza?" Se preguntó a si mismo, parecía algo simple pero le pareció que el podía cargar al menos un bolso, no era mucho pero era un peso menos para los guardias, aún así ellos no lo dejaron agarrar nada. El príncipe quien lo observaba curioso preguntó

-Sucede algo malo?

-No, es solo que... Son mis cosas, yo debería llevar por lo menos alguna, ellos hacen todo el trabajo- el ojiazul rió

-Quieres llevar uno entonces?-cuestionó con incredulidad

-Sí!- el albino rió con más fuerza

Le pidió a uno de los guardias que le entregaran un bolso al castaño y uno para el, ahora todos llevaban algo

-Lo ves? Ahora todos llevamos algo y es mas equitativo- era una tontería pero para el ojimiel era algo agradable

Nuestro propio reino (hiatus)Where stories live. Discover now