~La condición de los Zoldyck~

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-. Pronto cumpliras los 16 Kill, debes encontrar a alguién con quien pasar el resto de tus días-. Decía la mujer sentada en el trono dirigiéndose a la persona parada frente a ella

-. Y si no la encuentro yo mismo, ¿Qué piensas hacer?-. Cuestionó Killua

-. Pues si no la eliges tú, yo misma me encargare de hacer un matrimonio con alguna princesa de otro reino

Al terminar de decir estas palabras al peliblanco le hirvio la sangre, y dirigió una mirada de odio hacia su madre

-. Kill, cariño, sé que no quieres casarte, pero es importante, es una condición que tienes al ser parte de los Zoldyck y-. Alguién los interrumpió

-. Discúlpeme por interrumpir su alteza, pero los cargamentos ya llegaron, oh~, amo Killua, no lo había notado-. Dijo un hombre vestido de mayordomo

-. Tsk, como sea-. El príncipe giró la cabeza dirigiendo su mirada hacia otro lado

-. Parece que dejaremos la charla aquí por hoy, tengo cosas que hacer-. La mujer se levantó del trono y se dirigió a las enormes puertas que se encontraban al fondo del lugar-. Pero recuerda, debes hacerlo antes del baile o yo misma la elegiré...

Las puertas se cerraron detrás suyo, dejando a un Killua con los pelos de punta, estába harto, que casarse esto, casarse lo otro, ya no lo soportaba.
Dentro de poco cumpliría los 16, y a esa edad, según la condición de los Zoldyck, tendría que encontrar una persona con la cual se casaría y formaría una familia, pero aún así, el no quería casarse, el estaba bien solo.

Una vez que se casara ya no tendría tiempo libre, ya no podría ir al bosque a respirar aire puro y... El bosque... Aquel bosque en el que siempre que estaba molesto iba y dejaba fluir su ira, ese bosque lo tranquilizaba como ningún otro lugar en el mundo.
Este se encontraba en la parte trasera del castillo. Había un gran parque y a lo lejos del edificio yacían varios pinos que daban la entrada al mismo.

Killua salió de la habitación en la que se encontraba y se dirigió a la guardia, donde estaba su corcel.
Cuando llegó, miró al hermoso caballo blanco; tenía el pelaje muy sedoso y con brillo, la melena era larga y del mismo color que su pelaje. Lo tomó por las riendas y salió. Se dirigió a la parte trasera del castillo y se subió al caballo para llegar más rápido a su destino.

Cuando comenzó a cruzar el parque notó como su madre empezaba a correr desesperada hacia él, a ella no le agradaba en lo más mínimo la idea de que su "niño" fuera al bosque, decía que no era el lugar para un príncipe de su clase. Killua le restó importancia, agarró las riendas y las agitó haciendo que el caballo comenzara a correr. Mientras entraba al hermoso bosque, podía escuchar de fondo los gritos de su madre diciéndole que volviera mas no le hizo caso. Se adentró al bosque, cada vez más y más profundo, hasta llegar a un pequeño arroyo.

La idea principal de este pequeño viaje al bosque era enfriar su cabeza, pero tal vez, las cosas no serían como él pensaba, ya que en unos minutos conocería a la persona que haría que su vida de un giro de 180° en tan solo unas semanas...

Nuestro propio reino (hiatus)Where stories live. Discover now