~Sentencia~

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Tres hombres contra dos, solo que los últimos se encontraban en pésimas condiciones. ¿Cómo se suponía que iban a lograr ganar de esta forma?
Gon zapateo para asegurarse de que su último recurso siguiera ahí. Sonrió ladinamente al sentir el mango de la daga golpear con su tobillo.
Tenía un plan, pero para eso, debía de asegurarse de que el albino este a salvo, tenía que sacarlo de ahí de algún modo. Le dirigió una mirada rapida a los tres hombres y luego otra a Killua.
Si lograba crear una apertura le permitiría huir al ojiazul y así podría escapar.
Gon se puso de pie y comenzó a "calentar". La sangre que caía de su corte había dejado un rastro a lo largo de todo su brazo y el suelo, no aguantaría mucho.
Los tres soldados rieron ante la acción del pelinegro

-Realmente piensas luchar en ese estado niño? Ja, no me hagas reír...

-Bueno, yo creo que es una pelea algo injusta pero en la guerra todo se vale mis queridos amigos- vaciló Gon

Esta provocación resonó en los oídos de lo tres hombres, quienes cambiaron sus sonrisas socarronas y fruncieron el seño

-Hablas demasiado para estar en las ultimas, sabés?- informó uno

-Si si, lo que sea~- luego de esto Gon se puso en posición de ataque

Killua no lograba comprender de donde es que había sacado tanta fuerza, la herida de su brazo era realmente profunda y se infectaria en cualquier momento, sin olvidar el hecho de la cantidad de sangre que había perdido.
Miro al moreno con desesperación, no podía dejarlo pelear solo, debía actuar por su cuenta. El castaño le devolvió la mirada con una pequeña sonrisa, una que Killua supo leer. El albino nego con rudeza, no podía huir solo, debían hacerlo juntos. Gon suspiro y simplemente comenzó a correr en dirección a los tres hombres.
Lanzo un puñetazo al rostro del que aún se encontraba totalmente sano, aquel al que había espantado con una piedra, a este no se le dificultó ni un poco esquivarlo y con el canto de su mano golpeo la nuca del mas bajo. Gon cayó con fuerza al suelo y vio como la habitación daba vueltas, con algo de dificultad se levantó lo más rápido que pudo y se acercó a Killua para cubrirlo.
El ojiazul se conmovió al ver como Gon priorizaba su seguridad ante todo, verlo delante de el con un brazo herido y el cuerpo lleno de moretones le revolvió el estómago

-Killua...- dijo Gon sin dejar de ver hacia adelante- a la cuenta de tres correras a la salida sin mirar atrás, entendido?...

-Qué...?- estába desconcertado- y qué sucederá contigo?- preguntó con angustia

-No te preocupes por eso, estaré bien. Escucha con atención, estámos en el bosque que conecta el reino Zoldyck con el reino Montellbín, estoy seguro de que lo conoces bien, una vez que huyas de este calabozo corre hasta el camino que comunica los reinos y ve a cualquiera de los dos. Lucy y el resto están cerca, te pondrán a salvo enseguida y trataran tus heridas, comunicales en donde estoy y pide ayuda. Te lo encargo...

Killua no pudo evitar que las lagrimas salieran, esto era prácticamente un plan suicida, era obvio que Gon no resistiría y que luego de vencerlo irían tras el, pero aún así, incluso con ganar 10 minutos al albino le serían suficientes para salir del bosque y buscar ayuda. Qué debía hacer? Dejaría solo a Gon así sin más? Debía quedarse a ayudar? Qué se suponía que pasaria con él?

-Killua- el tono de Gon cambió a uno calmado- tranquilo, no debes llorar por esto, eres un príncipe fuerte, el mejor hasta ahora, créeme, debes sobrevivir y salir de aquí, después de todo yo soy tu mano derecha y mi deber es protegerte hasta el final- todo el aire que tenía abandonaron los pulmones del príncipe- y recuerda, no moriré hasta que te conviertas en rey, es una promesa- el pelinegro volteo a verlo y en su rostro se formo una enorme sonrisa, esa que Killua tanto amaba

Nuestro propio reino (hiatus)Where stories live. Discover now