Como dijo Kenma: chantajear no es fácil. Es algo que debe hacerse bien, más en su caso al no conocer casi nada a su objetivo. El peligro se esconde detrás de cualquier pequeño error.
–– Aprecio que tú y Tadashi quieran ayudarme, pero hablaré con papá cuando esté menos ocupado––
Tobio habló con Shoyo acerca del plan, o idea de lo que sería el plan.
Sentados en el piso estaban, mientras Shoyo le enseñaba a Tobio algunas de sus letras.
Por un momento Tobio pensó que quizá estaba metiéndose de más en la situación. Shoyo ya era grande después de todo, ¿O no?
— Shoyo, ¿Cuántos... años tienes?—
Lo tomó por sorpresa.
— Diecinueve, ¿Por qué?—
Cinco kilos de peso por culpa cayeron de los hombros de Tobio. Se sentía hombre nuevo.
— Por nada, sólo curiosidad. Por cierto, yo tengo veintidós—
— ¡Oh, no! Y yo te eh estado tratando como a un señor mucho mayor—
— Si, lo noté—
Varias veces Tobio pasó por eso. A primera vista creían que se trataba de un adulto de entre veinticinco y treinta años. Tampoco le agrada a los niños pequeños a causa de su expresión siempre seria, acompañada por su viejo sombrero marrón. Fiel compañero.
— Yo también tengo curiosidad— Shoyo rasgaba su guitarra.
— ¿Sobre qué?—
— Sobre ti, ¿Por qué viniste a Karasuno?—
— Ah, eso. Es un poco complicado—
— Quiero escuchar—
Por su expresión, Tobio supo que Shoyo estaba realmente interesado. Sería muy malo dejarlo así.
— Vengo de Kitaiichi. Vivía con mi abuelo y mi hermana, pero mi abuelo enfermó y falleció—
— Lamento eso—
— Gracias... Después de eso tuve una pequeña discusión con mi hermana, así que decidí ir a Shiratorizawa para buscar trabajo. Tengo un amigo ahí que creí podría ayudarme. Karasuno sería sólo un paradero para descanso pero...—
Pausó su relato para mirar a Shoyo, que lo veía atento, a espera de que continúe.
— Entonces te ví, y te oí cantar—
Shoyo cambió al tono de su guitarra, hasta las orejas.
Tobio sonrió, muerto de amor por la hermosa y divertida reacción de Shoyo.
— De verdad no entiendo, y creo que nunca sabré, cómo eres capaz de ser tan directo—
Shoyo tapó su rostro con ambas manos, apoyando los codos sobre su guitarra.
— Lo siento, si eso te incómoda dejaré de hacerlo—
— ¡No, para nada!— descubrió su cara para sucudir sus manos — En realidad... Es lindo que lo hagas. Me gusta eso de ti—
Tobio cerró sus ojos y cayó de espaldas al suelo, cubriendo él su cara esta vez.
Las expresiones de Shoyo eran tantas, una más bonita que la anterior, eso sumado a sus dulces palabras y angelical voz. Tobio se sentía como en el cielo, no, se sentía como en otro universo. Parecía haber descubierto un sentimiento mucho más fuerte que la felicidad o el amor. No sabía si podría ser capaz de expresar con palabras lo que sentía siempre que tenía a Shoyo cerca. Pero para resumirlo, o ponerlo más simple, bastaba con decir que estaba enamorado.Para sacarlos de su burbuja, Yamaguchi entró.
— Shoyo, ¿Tobio te habló del plan?—
— Si, pero ya está resuelto. Yo hablaré con papá y el manager. Dijeron que me darían hasta hoy para pensar lo que quiero hacer—
Yamaguchi y Tobio se miraron cómplices, asintiendo en un "Está bien, entendemos".
— Hablando del rey, los dos estaban hablando en la entrada. Así que Tobio, será mejor que vengas—
— No, todavía no—
— ¿Qué?— Dijeron Yamaguchi y Tobio.
— Sería bueno que Tobio esté aquí cuando hable con ellos. Me dará seguridad saber que tengo a alguien de mi lado—
Yamaguchi estaba conmovido — ¿De verdad alguien como Tobio impactó tanto en Shoyo?— pensó.
Suspiró, y se dijo mentalmente, que si Shoyo encontró una manera de sentirse más fuerte entonces la estupidez de Tobio no podía ser del todo en vano.
— Bueno, sigan escribiendo canciones. Yo iré a atender borrachos— se despidió y salió.Poco después Shiro y Atsumu entraron. Este último con varios papeles en las manos.
Cuando Shiro vió a Tobio sentado al lado de Shoyo cambió la cara en un segundo, pero no dijo nada.
Tomaron asiento delante de ellos y Atsumu hacía comentarios como "Qué bonito el día de hoy" o "está más frío que ayer".
— Bueno, tenemos cosas de que hablar. Señor Tobio, ¿Podría por favor salir?— Pidió Shiro.
— Él se va a quedar— Con una sonrisa natural, pero recto, Shoyo defendió.
— Pero—
— Él me ayuda a escribir canciones después de todo, tiene todo el derecho del mundo a estar aquí—
—... Bien, como quieras. A quién si le pediré que se retire, es a usted—
Tobio y Shoyo se vieron sorprendidos, cuando Atsumu miró en dirección a Shiro, haciendole hervir la sangre.
— A no ser que tú, Shoyo, quieras que él también se quede—
Shoyo, no fué lento ni estúpido y aprovecho la situación a su favor.
— Puedes salir papá, creo que vas a aburrirte—
El viejo se paró de mala gana y salió de la habitación. Haciendo sonar cada pisada como una advertencia de que salieran de su camino.
Solos con el manager, Tobio y Shoyo se lanzaban miradas de "¿Hablas tu o hablo yo?"
— Primero les hablaré del trabajo que eh hecho hasta ahora, para que me conozcan mejor en el sentido profesional—
Shoyo no aguantó más.
— Por favor, no sé moleste—
— ¿Eh?—
— No quiero ésto—
Tobio sonreía orgulloso, al ver a Shoyo enfrentarse a este desafío.
— Ah, ya veo. No tienes idea de lo que dices, niño—
La cara de Atsumu era la misma pero algo en su voz cambió y el ambiente se tornó tenso e incómodo.
Dejó sus papeles a un lado y se inclinó hacia delante, sobre sus rodillas.
— Miren, ahora que no está ese pesado, les diré la verdad. Tú — apuntó a Shoyo— tienes lo que quiero. Lo único que debes hacer es cantar música country, con ropa adorable y tu guitarra, entonces cuando estés nadando en dinero sabrás que definitivamente ésto es lo que quieres—
— Hablas como si supieras algo sobre mi. Tu eres quién no tiene idea— Dijo Shoyo, enojado y ya de pie.
Atsumu, ante el notable reto, también se puso de pie y comenzó a caminar despacio hacia Shoyo.
— ¿Crees que eres el primero que dice saber lo que quiere?, ¿Conoces a Kunimi Akira? ¡Yo soy su manager! Él empezó gracias a mi—
— ¿Kunimi?—
— Si, él era igual que tú. Desbordaba talento pero al ser tan jóven no sabía lo que quería, hasta que lo tuvo— Acabo de pie frente a Shoyo — Hasta que yo, se lo di— e intentó poner una mano sobre sus hombros.
Tobio, rápido, como un reflejo, dejó su lugar para apartar a Atsumu y su brazo lejos de Shoyo.Éste re río bajo antes de seguir
— Yo no haría un viaje de más de cien kilómetros por un viejo que me contó sobre su hijo bendecido, ¿Crees que el día que llegué fué la primera vez que te vi? Te conozco desde que eras un niño, te busqué desde entonces, investigué muchísimo, y entonces un día, me entero que el padre de ese niño estaba en mi ciudad.
Crees que tu padre fué quién te insistía con ser famoso, pero no, ¡Siempre fuí yo!—
Tobio, delante de Shoyo, estaba asqueado con cada palabra o sonido que saliera de la boca de Atsumu. Y al mirar a Shoyo, que estaba tan asqueado como él, pero también asustado, sentía que debía hacer algo. No matarlo, pero, algo para callarlo, y terminar con todo de una buena vez.
La lamparita se encendió en su cabeza, pero si quiera antes de pensarlo mejor, al menos una segunda vez, lo dijo.
— ¡Un duelo!—
— Disculpa, ¿Qué?—
— ¡Dije que te reto a un duelo!—

KAMU SEDANG MEMBACA
Our song
Fiksi PenggemarMúsica country, armas, un pueblo dejado en el olvido y Tobio tratando de atrapar el corazón con la voz más bonita del mundo.