Esperando a que la reunión misteriosa entre los recién llegados y Shoyo acabase, Tobio y Yamaguchi se mantuvieron pacientes sentados en la cantina, atendiendo clientes cada tanto. De pronto Atsumu sale primero, seguido de Shiro.
–– Tobio–– Llamó Shiro.
— ¡Si!— Contestó Tobio, de pie en un segundo.
— Shoyo dijo algo de una estrofa que le cuesta trabajo. Ve a trabajar— Luego salió junto con Atsumu.
—¿Qué dijo?— Giró para preguntarle a Yamaguchi.
Entre risas él respondió — Significa que vayas con Shoyo. Anda, apresúrate—
Tobio, con ojos brillantes, mejillas rojas y el corazón felíz, fué rápido hasta la puerta, pero antes de abrirla recordó lo que pasó la última vez que lo hizo.
— Tengo que cambiar algunas cosas...—
Tocó la puerta, tres veces. Unos segundos después se abrió para dejar ver a Shoyo, que se veía vulnerable, pero no porque le faltara su arma en la mano, sino porque estaba llorando.
Tobio entró, cerró la puerta, tomó a Shoyo de la muñeca y lo llevó hasta un sofá delante de una mesita, dónde lo dejó sentado. Buscó el baño y la cocina con los ojos, para tomar papel higiénico y un vaso de agua. Con ambas cosas ya es sus manos, empujó la mesita con sus pies y se arrodilló en el piso, delante de Shoyo.
— Toma un poco, cuando lloras a veces pica la garganta— le tendió el vaso con agua y Shoyo la bebió. Esperó un poco más y después le ofreció el papel. Shoyo limpió su nariz y algunas gotas de lágrimas que quedaban en su mejillas o salían de sus ojos, mientras Tobio lo observaba con atención. No quitó sus ojos de Shoyo ni por un segundo desde que se quedó allí. Sólo esperó a que se calmara un poco.
— Si quieres decir algo, dilo. Yo te escucho— dijo Tobio, con toda seguridad.
Quería saber, qué fué lo que pasó ahí dentro, qué fué tan malo como para hacer llorar a Shoyo. Si le hicieron algo, si sólo hubieron palabras. Quería actuar, vengarse si hacía falta.
— Es un manager— dijo Shoyo, aplastando el papel usado en un fuerte puño.
Por el tono de su voz y el gesto con la mano, Tobio supo enseguida que ese llanto no fué para nada por miedo o tristeza. Shoyo estaba enojado, muy enojado.
— Papá quiere que sea un artista, un cantante— volvió a limpiar su nariz — Que sea famoso, y gane dinero. Como si fuera tan fácil—
— Se nota que no quieres eso—
— Para nada—
— Pero en el bar, al menos cuando yo te vi, parecías divertirte—
Shoyo suspiró y tomó otro sorbo de agua antes de seguir.
— Me gusta cantar. Me gusta hacer música con la banda—
— Tu papá, ¿No ve eso?—
— ¿Qué cosa?—
— Que también cantas... para él. Creo—
Shoyo miró a Tobio con sorpresa, e intentó ahogar la risa, pero no pudo, y al final se transformó en una carcajada.
— Aaah, eres tan raro—
— Me alegra verte felíz, me gustaría saber qué fué lo que dije para saber cómo hacerte reír de nuevo—
— JAJAJA—
Tobio se puso de pie y fué por una silla, la colocó delante de Shoyo, que seguía riendo, y tomó asiento otra vez.
— Me gustas Shoyo, aunque supongo que ya lo sabes— dijo Tobio, terminando la carcajada de Shoyo.
— ¡¿Qué?!—
— ¿No lo sabías?—
— ¡No!—
— Creí habértelo dicho la vez que me apuntaste con tu arma—
— Sólo dijiste que te gustó cómo canté, y que querías saber mi nombre—
— Oh, lo siento. En ese caso, me gustas. No te pediré que salgas conmigo porque es obvio que yo no te gusto, pero me esforzaré para hacer que también te enamores de mi, y para que tu papá no me mate—
Shoyo empezó a reír otra vez, por al menos dos o tres minutos más.
— Cómo puedes decir algo así con una cara tan seria. No pensaba reir tanto en tan poco tiempo—
— Si dices que debería ser comediante, serías la tercera persona en hacerlo—
— ¿Tadashi fué una?—
— Si—
Se quedaron en silencio un momento más antes de que Shoyo hable nuevamente.
— No es que no me gustes, ¿Sabés?—
Tobio, que estaba callado mirando sus manos, esperando que Shoyo diga cualquier cosa menos eso, casi explota. Su cara se puso roja y miró a Shoyo con tanto interés que él se vió obligado a seguir hablando.
— Aunque tampoco estoy enamorado. Pero, si sigues haciéndome reír así, supongo que querré pasar toda mi vida contigo—
Viendo a Shoyo sonreír, diciendo esas palabras que iban hacia él, Tobio fué quién se enamoró más.Para seguir con la mentira, Shoyo le enseñó un poco de sus trabajos a Tobio. Escribieron un poco, e incluso cantaron un algo y aunque Tobio lo hizo horrible, se divirtieron.
Antes de ir a casa, le dijo a Yamaguchi que hablarían los tres juntos cuando tuvieran un tiempo. Yamaguchi iba a explotar de curiosidad así que esa noche terminó yendo dónde Tobio.
—¡¿Un manager?!— Yamaguchi y Kenma alzaron la voz.
— Para mi fué un alivio que sólo era eso. Juro que estaba pensando en diferentes formas de deshacerme de un cadáver sin levantar sospechas—
— Pobre Shoyo... agh¡Esto es una mierda!— Envuelto en frustración Yamaguchi golpeó la mesa.
— Hey, cuidado con la taza, es de porcelana— Kenma tomó su taza entre las manos.
— Lo siento—
Lo más razonable que podrían hacer era convencer al padre de Shoyo que él no quería tener nada que ver con la industria del entrenamiento, con ayuda del diálogo y los buenos tratos.
— Pero estamos hablando del viejo Shiro...— dijo Tobio.
— Hay otra cosa que pueden hacer— acotó Kenma.
— ¡Escupelo!—
— Tobio, este tipo es agradable hasta que se pone así, por favor deja de invitarlo aquí—
— Yo jamás lo invité, él vino solo—
— ¡¿Podrías decirnos tu idea?! ¡Entonces me iré!—
— Hay que sobornar al manager. Pagarle y que le diga al viejo que su hijo no tiene lo que se necesita y que jamás lo tendrá—
— Es bueno—
—Si, es muy bueno—
— Ahora sí, me voy a casa. Pero hay que pensar mejor ésto. No es fácil sobornar a alguien—
— Para quién no sabe es así...— dijo Kenma por lo bajo, de piernas cruzadas antes de darle otro sorbo a su té.
— ¿Tu acaso eres experto?— Yamaguchi que estaba a punto de salir, cerró la puerta y volvió.
— ¿De dónde crees que saco el té y el resto de lo que como?—
Tobio, mientras tanto, era víctima de la presión que lo aplastaba en la habitación. Pero debía soportar si quería ayudar a Shoyo. Haría que estos dos estúpidos sean amigos o esposos si era lo que debía hacer.

YOU ARE READING
Our song
FanfictionMúsica country, armas, un pueblo dejado en el olvido y Tobio tratando de atrapar el corazón con la voz más bonita del mundo.