Entre El Deber y la Pasión: Libro 4 Serie de Amores y Matrimonios

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22. No soy una falda ligera. No soy una mujerzuela. Caí en una grave equivocación en el pasado. Eso no volverá a suceder. Tome mi cuerpo cuando lo reclame. Soy suya. Le pertenezco, lo tuve muy claro cuando acepté este matrimonio, pero no trate de corromper mi espíritu.

23. Un ejemplar como ese no debe ser devorado a la ligera. El maestro necesita que yo lea con atención cada palabra, que le dé a su narración el tono correcto y exacto que él decidió imprimir en sus composiciones. Ese libro ha de leerse con deleite, debe ser tratado con respeto y mimo. No merece algo precipitado.

24. ―¿Entre un hombre y una mujer solo debe haber seducción? ¿Acaso no pueden nacer la cordialidad, la naturalidad, la camaradería?

25. Un joven con la sesera llena de los grandes clásicos, hubiera sabido distinguir entre el disparate y la sensatez. No creo que Aristóteles, Platón o, ya puestos, Sócrates, viesen con buenos ojos que un hombre colocado en la tierra para lograr grandes cosas, acabase arruinando la reputación de una dama tan solo por ganar una ridícula apuesta cuando la sociedad no perdona las ofensas.

26. La atracción es un mal muy curioso,

27. No soy el mismo hombre de aquel baile, Grace, pero tampoco soy mucho mejor. No conseguirás amor por mi parte. ―No busco amor

28. ―No he conocido todavía a ninguna mujer que esté dispuesta a renunciar al amor. Solo quiero de ti que me permitas engendrar a mi heredero del modo en el que lo necesito hacer, que estemos en paz y haya concordia. No tengo derecho a pedirte más, no lo merezco y tampoco lo haré porque no puedo ofrecer otra cosa que lo expuesto. Eres mi esposa y mi marquesa, y tendrás mi protección. Yo cuido lo que es mío, Grace. Tómate un tiempo para ver si te satisfacen mis términos. No quiero que te apresures.

29. La seducción es libertinaje, no lo haré bien si no consigo que pierdas la razón y olvides incluso tu nombre.

30. ―Mejor que bien. ¿Cómo alguien puede vivir sin saber lo que existe entre un hombre y una mujer? ¿Sobre lo que supone desvanecerse cuando se tocan? Ni las letras de Shakespeare me han hecho sentir así de viva, vibrante.

31. ―Estoy aquí, Tristan, y estoy convencida de que jamás podré irme de tu lado. Así que si vas a dejarme, ten por seguro que partiré tras de ti. A donde quiera que vayas, ahí te seguiré.

32. ¿Felicidad? ―ironizó Elisie. ―Frustración. Es solo una muestra de mi infortunio por no haberme protegido mejor de él. Tu rosa ha pagado mi error. Lo siento.

33. ―No te disculpes. Me alegra que después de cuatro días encerrada en tu alcoba, hayas conseguido dejar de llorar y salgas al mundo.

34. ―No seas tan trágica. Esto no es Macbeth. Eres la marquesa de Winchester, eres bonita y es momento de que alces de una vez la cabeza.

35. ―Ha habido muchas cosas entre Tristan y yo, aunque los besos no han formado parte de nada

36. ―Es increíble ver el modo en el que haces que una frivolidad suene como un deber inquebrantable.

37. Ningún hombre quisiera que acusasen a su marquesa de ser grotesca en cuanto a su atuendo.

38. ―No me consideré nunca una mujer especialmente vengativa, pero a veces tengo ganas de darle a probar su propia medicina.

39. ―Por amor de Dios, Grace... ¿Qué me has hecho? No he sido capaz de estar solo sin ti sin echarte de menos a cada momento desde que te marchaste. No me hacían falta los celos para darme cuenta, pero, maldita sea, ¡me has embrujado!

40. Estoy en casa. Grace, no vuelvas a privarme de esto, te lo ruego. Si lo que pretendías era alejarme de ti y castigarme sin esto, lo has conseguido. Mi cuerpo te ha añorado tanto, que he tenido que contenerme para no dejarme ir en la primera embestida. Has conseguido doblegarme. No lo creí capaz, porque en siete años no le he otorgado a nadie autoridad semejante sobre mi persona. Tú la tienes. Soy tuyo para lo que desees. Un matrimonio sustentado en la fragilidad, pero con potencial para ser grande. La lujuria nos salvó, no lo negaré. Debes saber que soy tuyo, Grace, en cuerpo y alma...

41. ―¡Un conde es influyente, un duque es peligroso, un rey es mortal! Un señor Foreman es una hormiga en el zapato ―argumentó.

42. ―Por ti y por mi hijo, te juro que regresaré de entre los muertos si hace falta. No vas a perderme porque él no va a ganar.

43. ―Un beso es importante, Grace. No deseaba dártelo porque significa... todo. ―Dijiste que yo lo soy todo para ti.

44. ―¿Insinúa que supo desde el principio que ambos nos embelesamos aquella noche? ―Grace estaba perpleja ante algo como esto. ―Querida niña ―intervino Elisie―, la duquesa viuda nunca supone, ella sentencia.

45. Cuando se arrastra un pecado, en algún punto del camino se deben rendir cuentas. La valentía de aceptar un matrimonio para resarcir una injusticia puede deparar un infierno, pero si hombre y mujer son inteligentes y logran vencer los obstáculos, la unión podría garantizarse en términos de paz. Si no se consigue, se convivirá con el mismísimo Lucifer. Augusta Basingstoke, duquesa viuda de Pemberton. 

Frases del Olimpo. Vol 4Where stories live. Discover now