A través de ti [Mo Dao Zu Shi]

Capitulo 20

Artículo 20: Wuji.

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Sin esperar una respuesta positiva de su parte, Wèi Yīng fue jalado por el brazo a través del pasillo, hasta la oficina de la doctora Wēn. Las quejas de parte del redactor no se hicieron esperar y Wèi Yīng comenzó a preguntarse si Wēn Qíng en verdad quería hablar con él o desprender su brazo de su cuerpo.

En cuanto llegaron a la oficina, Wēn Qíng hizo que WúXiàn se sentará en la silla frente al escritorio y cerró la puerta a sus espaldas de forma brusca. A este punto era obvio que estaba molesta.

Realmente, Wèi Yīng no tenía ni idea de los que pudo haberla molestado, es decir, no sabía cuál de todas las cosas que sucedían en estos tiempos era la causante de su enfado.

Wèi Yīng, solo esperaba poder terminar con esto pronto. En ese momento deseaba poder estar a lado de Lán Zhàn. Aún, si el músico estuviera dormido.

De ninguna manera deseaba estar en ese lugar con su amiga enfurecida.

«Lán Zhàn, espérame» pensó rápidamente antes de fijar su mirada en los ojos chocolate de Wēn Qíng.

El invierno estaba por llegar, las fiestas occidentales recién adoptadas por los jóvenes de China, comenzaban a ser más tangibles con el paso del tiempo. Con el invierno, no solo llegaba ese ambiente festivo entre la nueva generación, si no también los fríos polares que se sentían en gran parte del país.

Aunque muy posiblemente, ningún frío era tan penetrante como la mirada de Wēn Qíng, luego de días sin dormir adecuadamente y sin la cantidad suficiente de cafeína en sus venas. Wèi Yīng sabía que le esperaba una gran reprimenda por parte de la doctora, y siendo realistas eso era poco, considerando el -muy probable- estado de ánimo de Wēn Qíng.

Eran esos días en los que debías mantenerte alejado de la bomba de tiempo en la que se convertía Wēn Qíng, sobre todo cuando tenía casos como el de Lán WàngJī que tratar y opciones escasas.

Wèi Yīng sonrió de lado en un intento por apaciguar la ira que pudiera comenzar a reverberar en el interior de la médico, anticipando desde ya, las palabras que soltaría Wēn Qíng para acusarlo de acoso a un famoso y tener la excusa perfecta de destriparlo vivo.

La joven mujer, llevó su mano derecha hacia su rostro y luego sobó el puente de su nariz con el dedo pulgar e índice. Por el ceño levemente fruncido, Wèi Yīng se dió cuenta del esfuerzo que su amiga estaba haciendo para no gritarle.

Aún cuando no tuviera una razón sólida para hacerlo.

Fueron solo algunos segundos, pero la tensión que se sintió en su entorno, hizo que percibiera el tiempo con una lentitud que podría compararse contra la velocidad de un caracol.