Su primo la miró con miedo, asustado, preocupado y con mucho arrepentimiento.

-Preciosa... - susurro tratando de acercarse a ella.

Aleidy retrocedió instintivamente de su toque y lo miró dolida, Alfredo se quedó inmóvil.

-Tu no eres el Alfredo con el que crecí - susurro Aleidy bajando la mirada.

Sin dejar que él hablara se dio vuelta y corrió dentro de la mansión sin mirar atrás.

Camino con rapidez en el interior de la mansión, las lágrimas traicioneras se deslizaron sobre sus mejillas y bajo la mirada limpiándolas con sus manos.

Sin mirar al frente choco contra el pecho duro de alguien, haciendo que casi cayera al piso, pero unos brazos las tomaron de la cintura atrayéndola al cuerpo ajeno.

Aleidy levantó la vista y los ojos azules de Dominik la recibieron.

Ella volvió a bajar la mirada, evitando que Dominik mirara sus ojos llenos de lágrimas y fue cuando se dio cuenta de que la camisa del ruso estaba desabotonada, su pecho estaba al descubierto dejando ver su  piel llena de tatuajes.

Aleidy se sonrojo ante esto.

-¿Qué tienes? ¿Estás bien? - cuestionó el ruso.

-Si, si - respondió limpiando sus mejillas.

Dominik la tomó de la barbilla levantando su rostro, donde nuevas lágrimas había en el, con el pulgar Dominik las limpió.

-Dime que tienes - exigió saber mirándola.

-Nada - susurro Aleidy alejándose de su toque.

Intentó irse del lugar pero Dominik la tomó del brazo evitando que se fuera, pasó su brazo por su cintura.

Aleidy miró al piso con los ojos llorosos y mejillas rojas

-Me soltarías por favor - pidió sintiendo el nudo en su garganta nuevamente.

-No hasta que me digas que tienes o quien te puso así - respondió Dominik con molestia.

Aleidy se removió tratando se soltarse del agarre de Dominik.

Hasta que una voz dura y demandante resonó tras de ellos.

-¿Qué pasa aquí? - La voz de Alexander sonó fría y demandante.

Dominik lo miró con una ceja alzada, los ojos de Alexander que fulminantes miraban su agarre en su prometida.

Por lo que el ruso de mala gana la soltó, Aleidy corrió hasta el magnate, donde se permitió llorar contra su pecho mientras esté la abrazaba frunciendo el ceño furioso.

Si su pequeña lloraba, alguien iva a pagar el precio por cada lagrima que ella derramará.

Por lo que miro a Dominik exigiendo respuestas.

-La encontré llorando en el pasillo - dijo Dominik cruzándose de brazos.

Alexander bajó su mirada a su prometida, beso su cabeza y regalo caricias a su largo cabello castaño.

-¿Mi amor, que tienes? - preguntó Alexander preocupado.

Entonces entró un consternado Alfredo y miró a su prima entre los brazos de su prometido.

-Preciosa por favor - suplico el chico.

Entonces Alexander y Dominik lo miraron fulminantes.

-¿Qué ha pasado? - cuestionó Alexander con tono duro mirándolo.

MAGNATE AMADOWhere stories live. Discover now