¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Sin sentimientos

Bakugou ____
Eiji: 20 años
Kazui: 16 años
Himari: 5 años

El ya se encontraba descansando sobre la cama, mi esposo.

Subí a la cama, gatee hasta que me posicione sobre el, quién estaba muy  adormilado y le dije un melódico: —Hey... bésame— 

—¿Ah?— Sonó cansado y un poco disperso

—Que me beses idiota, tú linda esposa se siente abandonada y sola— Me queje como una niña mimada.

Él sonrió de forma hermosa, levantó su mano, hasta llegar a mi nuca y me hizo acercarme a sus labios, para acatar mi petición.

Aún un poco dormido él se veía muy feliz y yo me sentía igual. Su rostro es tan perfecto y cálido que no podría sacarlo de mi cabeza nunca más, él era mi adorado esposo.

Todo había estado bien, hasta aquella noche.

Pasaban de las once de la noche y yo solo intentaba seguir despierta para recibirle en nuestro hogar, hasta que al fin la puerta de casa se abrió y cerró.

Me levante del sofá al instante —Bienvenido a casa— E intente recibirlo con ternura, muy agradecida de que llegara con bien a casa.

Algo no estaba bien.

—Ya estoy de vuelta...— Katsuki no llevaba ni una expresión, era como si llevara una máscara.

—¿Katsuki...?— Intenté preguntar, pero el mismo camino hacia a mí y me abrazo.

—No preguntes, solo... abrázame— Fue lo único que me pidió

Estaba claro que algo sucedió, su cuerpo se sentía frío, pero aún así podía sentir el latido de su corazón y por ello me sentí un poco tranquila.

No me dijo nada más, después de eso solo dijo que se sentía cansado y fue a dormir. A la mañana siguiente...

—Buenos días— Apareció el cenizo de ojos carmín a la hora del desayuno.

—Siéntate, ya está la comida— Y le recibí de la mejor manera.

—Gracias— Gire a verle notándose apagado y cabizbajo

—¡Buenos días!— Apareció Kazui, pero no le escuche a su padre responder

Sin embargo Kazui no le dijo nada en contra, así que creí que tal vez le había saludado solo asintiendo con la cabeza.

—Mamá ¿Has visto la chaqueta de mi uniforme?— Pregunto Kazui

—Está sobre la secadora, ¿Por qué no te sientas y almuerzas? Yo iré por ella— Me ofrecí

—Por favor— Y él aceptó, tomando asiento para tomar el almuerzo.

—Buen provecho— Les dije, pero nuestro hijo fue el único que me respondió, mientras su padre solo asintió.

—Cariño...— Intenté preguntar el porque se veía tan triste, pero el llanto de Himari lo impidió —Iré por ella y traeré tu chaqueta— Me retire, con la idea de que al volver retomaría mi pregunta.

Pero cuando volví, con nuestra pequeña más tranquila y aún adormilada, Katsuki ya no estaba en la mesa

—Dijo que tenía una emergencia, que volvería por la noche y que no lo esperarás despierta— Kazui pasó el recado de su padre

—Muchas gracias cariño— Respondí a mi hijo

—Me voy a la escuela, hasta luego mamá, adiós Hima— El también se despidió de nosotras, bese su frente y salió de casa.