¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Agente secreto

Bakugou ____
Eiji: 13 años
Kazui: 9 años

—Vamos baby Bird te necesito, nadie más podría hacer este trabajo, solo la reina de la las infiltraciones— Insistió una vez más mi antiguo compañero de trabajo.

—He dicho que no, estoy demasiado ocupada en mi trabajo y en mi hijos como para hacer tus trabajos sucios Hawks, además no me llames "Baby Bird"— Y me negué por centésima vez.

—Pero siempre te encantaba que te llamara así— Comentó, siguiéndome el paso hacia mi oficina.

—Jamás me ha gustado, llamas así a todas las mujeres que te rodean para engatusarlas ¿Crees que no lo sé?— Respondí con la verdad 

—Vaya, realmente te has vuelto toda una señora— Dijo el hombre emplumado

—Cierra la boca, he sentado cabeza y tomó en serio mis responsabilidades como madre a diferencia de ti, por cierto ¿Cómo se encuentra Tenshi?— Pregunte

—En casa con su madre, él está bien y para tu información ya he sentado cabeza, realmente tengo algo bueno con Fuyumi— Se defendió

—Si, espero que sea así, no me gustaría ver tu cuerpo rostizado por algún Todoroki— Me burle, abriendo al fin la puerta de mi oficina y entrando en ella.

—¿Vas a ayudarme o no?— Cuestionó Hawks entrando a mi oficina igual.

—He dicho que no— Tome asiento en mi silla y comencé a tomar los documentos que me tocaba revisar el día de hoy, sin ponerle más atención a Hawks.

—Sé que te han negado la investigación sobre las raíces de tu hijo mayor por falta de información...— Alce mi vista hacia él al instante en que le escuché decir aquello.

—¿Qué sabes tú de eso?— Pregunté

—Ayúdame con esto y yo te ayudaré con lo tuyo, ¿Te parece un trato justo?— Entonces me extendió su mano hacia a mí, esperando a que la estrechara.

—¡Agh, bien! Pero no haré nada que sea ilegal ¿Entiendes?— Respondí sin otra opción, estrechando su mano, cerrando el trato.

Mis manos temblaban, podía sentir la adorada adrenalina que recorría por mi cuerpo a cada paso que daba, el sonido de la aguja de mi tacón hacia girar a cada persona que había a mi alrededor.

—Buenos días señorita— Asentí como respuesta

Mi suplantación de identidad parecía ser un completo existo, nadie parecía siquiera sospechar y eso me daba un poco más de tranquilidad. 

Camine sin detenerme, hasta llegar a las puertas del tan protegido elevador, tome la tarjeta que había robado y fue escaneada, la luz verde me dio un suspiro de alivio a cada uno de mis músculos tensos.

Entre al elevador y las puertas fueron cerradas, realmente lo había logrado, pero antes de agradecer al cielo las puertas abrieron una vez más, haciendo que tragara duro al ver a un hombre realmente intimidante.

—Señorita, aquí está el hombre que nos ordenó esta mañana como escolta personal, espero que sea lo que usted necesita— Comentó el hombre, señalando al imponente hombre que estaba a su lado.

—Bien, espero que sea lo suficientemente sensato y fuerte para mantener a salvo a alguien tan importante como yo— Trate de imitar la actitud arrogante y mal educada que representaba esta mujer con tal de seguir sin levantar sospechas.

Le escuché gruñir molesto por mi comentario —El ha superado todas las pruebas impuestas, su seguridad está totalmente garantizada— Explicó el empleado que se encontraba completamente tenso al ver nuestra fricción.