¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Es su sueño...

Bakugou Katsuki
Eiji: 7 años
Kazui: 3 años

—Dynamite, parece que tus granadas están manchadas de ¿Pintura...?—

—¡Metete en tus propios asuntos!—

Con pesar termine limpiando las pequeñas manitas de mis hijos que estaban pintadas en los antebrazos de mi traje de héroe, calibraba algunos componentes de las mismas, cuando silenciosamente Eiji se sentó junto a mí, observando curioso lo que hacía, sabía que necesitaba algo, solo esperaría a que tomara el valor de decírmelo.

—Papá— Al fin hablo nervioso

—¿Qué?— Pregunte, aún poniendo atención en lo que hacía

—¿Crees que puedo ser un héroe?— Su pregunta me desconcertó, normalmente los niños a su edad no preguntan eso, sino aseguran que serán el número uno

—Por supuesto que si ¿Por qué lo preguntas?— Deje lo que hacía de lado, para ponerle atención a las incomodidades de mi hijo.

—Bueno... es que no puedo usar mi don, me duele. Yo quiero ser un héroe tan increíble como tú, pero ¿Qué puedo hacer?— Así que de eso se trataba

—Escucha tú puedes lograr lo que quieras, si deseas convertirte en un héroe lo harás, tú madre y yo vamos a ayudarte, así que no tienes nada de que preocuparte ¿Entendido?— Asintió con sus ojos esmeralda volviendo a brillar, motivado.

—Bien, ¿Por qué no vas con tu madre y piden pizza para cenar?— Entregue un par de billetes al niño

—¡Si, pizza! ¡Mami!— Se levantó emocionado, en busca de su madre.

Después de una escandalosa cena y ver una película para niños, ya era hora de dormir, después de acostar a los niños, fui a la habitación que compartía con mi esposa, quien ya estaba recostada, leyendo un libro.

—Llevemos a Eiji con un especialista— Dije mientras me ponía la pijama

—¿Un especialista?— Hizo a un lado su lectura, para poner su total atención en mi.

—Quiere ser un héroe y para eso debemos tratar su don, buscar una forma de que no lo lastime cada vez que lo utiliza— Entre a la cama con ella, quien me recibió con un corto beso en los labios.

—Así que se trataba de eso... mañana temprano haré una cita— Respondió

Me recosté, solo observando el techo, intimidado de lo que sea que un médico podría decirnos, mi terror más grande era escucharlo decir que no podría haber una solución.

—Tranquilo, estoy segura de que podrá arreglarse— Ella había notado que estaba divagando

—Eso espero— Dije, atrayendo su cuerpo hacia el mío, dando un beso húmedo, ella sabía lo que buscaba y parecía estar bien con ello.

—¡Mami!— En el instante en que ese grito y la puerta fue azotada, yo estaba del otro lado de la cama, apunto de caer, ella me había aventado lejos, acomodando disimuladamente su ropa.

Kazui subió a la cama y gateó hasta llegar a los abrazos de su madre, lloraba y se veía asustado.

—¿Qué pasa cariño?— Pregunto, acariciando sus cabellos y sobando su espalda, tratando de calmarlo.

—Hay algo debajo mi cama— Dijo entre lloriqueos

—Tranquilo bebé, papá ira a ver qué es ¿Si?— Ella me giró a ver