¿Cómo criaría a un Bakugou? (Bakugo Katsuki)

Final feliz

Bakugou Katsuki
Eiji: 20 años
Kazui: 16 años
Himari: 5 años

—Buenos días...— Esa sonrisa, esa dulce y preciosa sonrisa apareció, haciéndome ver que aunque hayan pasado tantos años, mis sentimientos por ella estaban intactos.

—Buenos días— Y el momento era mío, era nuestro.

—¿Estas listo para lo de hoy?— Pregunto más que emocionada, había tanta alegría en su rostro que me hacía sentir morir.

—Si, por supuesto— Dije para extender mis brazos hasta ella y atraer su pequeño cuerpo hacia el mío.

—¡Papá, papá levántate tienes que llevarme a peinar!— Himari entro corriendo a la habitación, subiendo a la cama y saltando como loca.

—¡Mamá! El florista llamó pregunta si las flores deben ser azul cielo o celeste— Preguntó Eiji, entrando tras su hermana, preocupado con el teléfono en la mano.

—¿Hay una diferencia?— Cuestione indiferente.

—¡Hey viejo! Dijiste que me llevarías a comprar zapatos— Y por último apareció Kazui

—¡Te dije que lo hicieras ayer Kazui!— Le regañe por su irresponsabilidad

—Meh— Pero él solo alzó los brazos sin importarle mucho.

Mi esposa inhalo profundo y exhalo lentamente —¡Bien!— Ella se levantó de la cama —Llamaré al florista para arreglar esa duda, Katsuki ¿Podrías llevar a Kazui a comprar sus zapatos? Yo me llevaré a Himari para el peinado y hacerme cargo de vestirla—

—Si, como sea— Respondí

—Haré el desayuno ¿Qué desean comer hoy?— Preguntó saliendo de la habitación

—Solo quiero café— Pidió Kazui

—¡Panqueques!— Exclamó Himari

—Aún quedaba una rebanada del pastel de papá ¿No?— Y por último Eiji

Los tres salieron de la habitación tras de su madre, dejándome solo.

Cuando baje solo se podía sentir la prisa que había en todos ellos.

—Himari trae tu cepillo para que tu hermano desenrede tu cabello ¡Rápido, cariño que se hace tarde!— Le mando su madre, haciendo que la niña subirá corriendo a su habitación.

—¿Ya están listos para irnos?— Pregunte, entrando a la sala donde estaban todos.

—Si, en dos horas es la cita con el peinado y maquillaje, pero quiero tener lista primero a Himari para que Mitsuki pueda llevársela, ya sabes como se pone cuando se aburre, no hay quien la apague— Río

—¿Eso significa que ya no nos veremos hasta la ceremonia?— Pregunte con serenidad.

—Eso creo— Dijo

—Mamá, ya es hora de irnos— Apareció Eiji, quién parecía ser el que las llevaría en su auto.

—¡Si!— Exclamó ella, bebiendo de un solo sorbo lo que le quedaba de café —Vamos princesa, es hora de irnos— Le llamó y extendió la mano a nuestra niña de cabellos negros.

—¡Si!— Exclamó Himari dando un salto del sillón y corrió fuera, hacia el auto.

Salimos de casa con todo lo que necesitábamos.