Me rodea la cintura con sus brazos, pasa una de su mano por debajo de mi rodilla y me alza. No digo nada, apoyo mi cabeza en su pecho. Los latidos de su corazón me entretienen, su aroma es como si fuera un afrodisíaco y su sangre una droga.

Empuja la puerta de mi habitación con los pies y la cierra del mismo modo. Soy dejada en mi cama con delicadeza y él desaparece al baño.

Miro el techo como si fuera lo más interesante de mi vida, me siento tan

vacía que duele. ¿He sido tan mala en mis otras vidas para sufrir tanto? La muerte siempre me persigue, llevándose lo que quiero. Mi mejor amiga, Kilian y Alex. ¿Quién será el próximo?

Ayrton sale del baño, me carga estilo nupcial y me lleva a la bañera. Se encarga de quitarme la ropa ensangrentada hasta dejarme desnuda.

Quizás es mucha confianza, pero es lo que menos me importa ahora. Solo quiero dejar de pensar y cerrar mis ojos para no abrirlos nunca más.

Me ayuda a entrar al agua que preparó con algunas esencias y mi jabón de baño, coge la esponja y comienza a lavar mi cuerpo con extremada delicadeza. Seguro cree que en cualquier momento me romperé.

—¿Alguna vez te has sentido solo a pesar de estar rodeado de personas? —cuestiono, girando la cabeza para mirarlo.

Nuestros ojos se encuentran, la intensidad de los suyos me transmiten tranquilidad y al mismo tiempo un huracán de emociones. Me altera y me tranquiliza.

La culpa me embarga, Alex murió y yo pensando en lo que me hace sentir Ayrton. Aparto mi mirada de él sintiéndome molesta conmigo misma.


—Muchas veces, pero llega un punto en el que te acostumbras a sentirte así —toma mi barbilla y me hace mirarlo —. Tú no te encuentras sola, nos tienes a todos nosotros que con solo una palabra tuya estaríamos dispuestos a poner el mundo a tus pies de ser necesario.

—No necesito el mundo, únicamente quiero a Kilian —musito sin dejar de verlo.

—Y te lo daré, dije que lo haría y eso haré. Sé que no confías en mí, soy un extraño en tu vida, sin embargo, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para complacerte —lo dice con firmeza y sin dudarlo un segundo.

—La odio tanto —hace una mueca de confusión, se ve tierno —. A mi madre, si ella no lo hubiera jodido en el pasado, nada de esto hubiera pasado. Kilian y Alex estuvieran vivos. Alex era inocente, Lyon se hizo pasar por él y murió de forma injusta. Si pudiera revivirla, la mataría. Juro que lo haría.

Se inclina y besa mi frente, cierro los ojos, queriendo aferrarme a él, pero no lo hago.

—El odio solo nos destruye de manera lenta, aunque dolorosa. Te lo digo por experiencia.

—Justo ahora lo que me mantiene cuerda es aferrarme a ello.

—La vida se resume en soltar, no podemos aferrarnos a aquello que nos hace daño, pequeña luna. Ella ya está muerta, sería lastimarte por alguien que ya no vale la pena.

No respondo y él tampoco dice nada más. Lava mi cabello con paciencia, cuando termina me envuelve con una toalla, vuelve a cargarme y dejarme en la orilla de mi cama.

Observo sus ágiles movimientos mientras busca algo que ponerme. Encuentra un piyama y bragas. Se arrodilla para ponérmelas, levanto mi trasero para que pueda subirla.

Eres mía© [#1]✔Where stories live. Discover now