9. Conozco El Lugar

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Advertencia: Sunburst siendo un chico adolescente cachondo que se da cuenta de que Starlight es una chica muy bonita y su cuerpo responde a los cambios físicos de su amiga, PERO no se deja llevar por sus impulsos, tranquilos.

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Desde que eran pequeños, Starlight tenía la habilidad de fabricar planes elaborados con el objetivo de irrumpir a lugares dónde no deberían estar.

Cuando ella se enteró que los parques acuáticos maltrataban a sus ballenas, tuvo la brillante idea de ir al acuario y liberarlos. Pero ella y Sunburst ni siquiera lograron cruzar la puerta principal antes de que su papá los atrapara. Si eso no los hubiera detenido, el hecho de que no había un acuario en su ciudad hubiera arruinado sus planes.

Los planes de Starlight se volvían más alocados a medida que crecían, y su deseo por cumplirlos aumentaron con el divorcio de sus padres.

Cuando Sunburst tenía trece y ella doce, Starlight tuvo la brillante idea de irrumpir a la panadería por unas donas porque ya no había. Sunburst le dijo que estaba loca. Starlight solo afirmó su lógica (no estarían robando si dejaban el dinero en el mostrador ¿verdad?). Sunburst protestó todo el camino, pero a pesar de sus quejas, terminaron enfrente del local, con él sujetando una linterna mientras Starlight intentaba violar los candados con un clip para el pelo como lo había visto en las películas. A pesar de todo, Sunburst nunca la dejó sola, porque si ella iba a la cárcel, él iría con ella.

Lo cual fue justo lo que pasó.

Por suerte, el padre de Starlight era buen amigo del panadero y decidió no levantar cargos. Desafortunadamente para ellos, sus padres estaban furiosos, especialmente porque tuvieron que levantarse en medio de la noche para recogerlos de la comisaría. Su hermana, Sunset Shimmer, jamás dejó que se olvidara del incidente, y solo lo hizo cuando ella finalmente se mudó de casa para ir a la universidad. Pero por dos años, los padres de Sunburst lo obligaron a que les diera un resumen detallado de sus planes para el día. Fueron sin duda los peores dos años en la corta vida de Sunburst.

Pero pasar una noche en prisión no impidió a Starlight en arrastrar a Sunburst en sus planes alocados cuando sentía la necesidad de hacer travesuras. Sunburst probablemente pudo haberla evitado con solo quedándose en casa o encerándose en su habitación, pero era Starlight quién lo buscaba. Su mejor amiga, la niña que arriesgaría todo por él sin preguntar, la niña que siempre estuvo ahí cuando sentía que el mundo se le venía abajo. La niña que jamás se burlaba o se quejaba cuando lloraba. Tenía que cerciorase de que nada le pasara; él le debía demasiado.

Es así como Sunburst terminó en esta situación: escalando la barda de la piscina pública en medio de la noche con Starlight dándole ánimos desde el otro lado.

El cabello largo de Starlight volaba detrás de ella como una estela mientras corría con el viento de la noche, girando cada pocos segundos para reír mientras se dirigía a la piscina. Era estimulante y liberador, emociones que no había sentido antes y una risa escapó de su garganta mientras el chico la seguía. La luna brillaba sobre ellos como un farol, una luz que iluminaba el espontaneo escenario y sus actores. Ella era el maestro de ceremonias, él su asistente, y sus espectadores eran otros inadaptados como ellos. Personas que necesitaban escaparse de la realidad porque el mundo real era sofocante.

Sus ojos azules se iluminaron cuando llegó al borde de la piscina y su sonrisa era embriagadora cuando lo miró. Starlight no perdió el tiempo, se quitó su camisa, sus shorts y pateó sus sandalias fuera del camino, dejándola solo en su traje de baño verde oscuro. Dio unos pasos hacia atrás y después corrió a toda velocidad para lanzarse a la parte más profunda de la alberca, creando una ola que mojó la orilla de la piscina y los pies de Sunburst. Pero él no le prestó atención a eso.

La Única ExcepciónWhere stories live. Discover now