2. Reflexiona

260 24 2
                                    

Se acobarda en el último segundo y regresa a su casa, la cuál estaba justo al lado, para calmarse. 

Sentado en la esquina de su cama, Sunburst oculta su rostro entre sus manos y se regaña a sí mismo una y otra vez por ser tan idiota. 

¿En qué estaba pensando? Starlight no lo quería, no de esa manera. Lo que ella sentía por él no era más que simple amistad. Eran incontables las veces que ella le dejó en claro que solo lo veía como un amigo y nada más. Solo tenía que pensar en los novios que Starlight tuvo durante la preparatoria ¿Porqué haría eso si tuviera sentimientos por él?

Con un suspiro, se deja caer sobre el colchón, mirando al techo con sus pensamientos tormentosos. Esta duda que sentía no era bueno para él, tenía que calmarse y pensar con racionalidad. Se trataba de Starlight al fin de cuentas. 

Starlight, la chica con un corazón de oro debajo de su caparazón de niña mala. La chica que hacia amistad con los introvertidos y los inadaptados porque de cierta manera ella entendía lo que se sentía no encajar, y veía lo bueno en las personas aunque ellos mismos no lo notaran. Esta era la Starlight que conocía por años, y está pensando las cosas demasiado.

Necesita ser racional y no meter la pata en esto.

—Ugh, tranquilízate, Sunburst. No lograrás nada si sigues con esto, —murmuró el chico.

Continúa observando el techo, como si las respuestas estuvieran escritas sobre el yeso, intentando convencerse en seguir con su plan. 

Decirle a Starlight lo que siente por ella: que estaba locamente enamorada de ella, que se ha sentido así desde la preparatoria, y que era un idiota y cobarde por no contarle antes. Probablemente era la única forma en que ella le creería ahora. O hacerla reflexionar sobre sus sentimientos hacia él. 

Tal vez la ayudaría en hacer su rechazo mas gentil, y mitigar los malos sentimientos entre ellos.

—Tu puedes hacerlo Sunburst. Eres mejor que esto. Solo ve ahí y dile que la quieres. Deja que las cosas sigan su curso natural.

Pero era  más fácil decirlo que hacerlo.      

La Única ExcepciónWhere stories live. Discover now