35. Pánico

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Congelé la imagen. Casi me da un infarto cuando vi perfectamente su maldita cara de idiota bajo aquella máscara dorada. Es un Goldied. Un maldito traidor. ¿Qué voy a hacer? ¿Debería gritar a Preston? El computador comenzó a parpadear y su luz empezó a bajar.

-No, no.

Di golpecitos con el dorso de mi mano al monitor intentando reanimarlo, en la pantalla se mostró un cuadro que la cubría diciendo "Error en sistema" hasta que el computador se apagó por completo. Llevé mi cabeza hacia el respaldo. ¿Cómo pudo engañarnos tan fácil? Él era el idiota que les decía todo a ellos, así es como nos encontraron en la casa cuando salíamos de Nueva York, así es como sabían de nuestros viajes y planes, así es como escapaban tan fácil.

Era Derek. Derek era el traidor. Derek se los decía todo.

Escuché que el tintineo de un cristal. Parpadeé. No estaba sola. Me giré rápidamente apuntando al lugar con la lámpara. Ahí estaba el desgraciado sirviéndose un Martini colocando una aceituna.

-¿Quieres?- me ofreció educado. No dije nada.- ¿Te comió la lengua el gato? Se dice "No, muchas gracias".

-Maldito idiota.- maldije por no tener ahora mi arma.- ¿Cómo pudiste traicionar a tu propio hermano? ¡Eres un hipócrita!

-Oh, cállate pendeja.- agitó su copa y dió un trago.- Aquí la hipócrita eres tú. Yo no fui de sucia zorra con otro mientras ya tenía novio.- me callé.- Señorita puta.

Cada vez me decepcionaba más este intento de humano. Justin quedará devastado.

-Eras tú quien escribía esas cartas.- hablé.- Derek, por Dios, ¡Le propusiste a Paris irse juntos! Esto la va a matar.

-Shh.- puso un dedo en sus labios.- No si no lo sabe.- sonrió igual que Justin mes antes. Malévolo y tenebroso.

-Tengo pruebas.

-He fundido todo lo electrónico querida.-sacó del bolsillo de su pantalón un aparato negro con un pequeño foco rojo.- Ese computador está tan vacío como tu vientre.

Mi corazón dió un vuelco y dejé de respirar un minuto. Sentí un odio profundo a él, deseaba golpearlo, arrojarle el computador a la cara o castrarlo. ¿Qué le han hecho a este idiota?

-Fue divertido escuchar como Justin te odiaba hasta el último segundo aquél día. Por esa cosa dentro de ti. Créeme, es mejor así. Aunque Harries debe de dolerle cómo lo engañaste con Justin.

-Él lo sabe, imbécil.

-No pierdo nada con recordárselo.- se encogió de hombros comiendo la aceituna.- Acabemos esto de una vez.

Comenzó a acercarse a mí con rapidez. Entré en pánico. Tenía que pensar en algo rápido o era chica muerta.

-No te me acerques.- retrocedí hasta chocar con el computador.

-¿O qué?

-Gritaré.

Busqué con discreción algo en el escritorio para darme tiempo y huir.

-Eres tan estúpida ______.- se rió sin dejar de acercarse.- Pero... a mi hermano y a mí nos gustan las mismas cosas.- llegó a mí y pasó los dedos por mi cara. Temblé. Yo era pequeña y él me ganaba por una cabeza. Me podía tirar a los libros si quisiera.

-¡No me toques! - ignoré todo dolor en mis manos; cogí rápidamente la linterna (que no era tan pequeña, era del tamaño de mi cabeza) y la estampé en su cara, justo en la nariz. Derek retrocedió y cayó al suelo gimiendo, sin embargo, no me quedé para verlo, tenía que escapar y buscar a Sharon, Preston o a alguien, pero todo estaba obscuro.

Mientras corría fuera de la biblioteca, tropecé con un mueble donde había una lámpara, se cayó y se rompió. Eso había hecho ruido pero no ayudaba. La casa era grande, pero la conocía muy bien, Preston debe tener un arma escondida en algún lugar.

-______, ven acá.- escuché la voz asquerosa de Derek saliendo de la biblioteca ahora con la linterna y un arma. Me escondí detrás de una columna, lejos de las escaleras, y si aún pudiera llegar a ellas, me vería y sería mujer muerta.

Derek fue al salón, me escabullí con la columna doblada hasta la cocina. Tomaría el teléfono y llamaría a emergencias.

«Si llamas, llevarás a la cárcel a Preston»

Cuando colgué, giré mi codo y tiré un vaso de vidrio que obviamente se rompió.

Estúpida, estúpida. Te va a encontrar. La linterna traspasó la cocina y me agaché. Tapé mi boca para que ningún jadeo se me escapara y llamara la atención de Derek. Venía para acá, sus pasos eran estruendosos en la madera. Mi corazón comenzaba a latir con rapidez y casi podía escucharlos.

-Nos vamos a divertir.

«Dios mío. Dios mío.»

Estaba escondida detrás de un gabinete, y podía sentir los pasos de Derek detrás de éste con mi boca casi sumida por mis manos. Lloraba. Esta aterrada. Me va a matar, oh peor, me va a violar y luego a llevar con los demás. Tengo que pensar en algo. Hace un minuto fue un golpe de suerte que atrapara a Derek distraído, pero ahora está armado y puede que me dispare antes de que lo golpee o algo.

La luz de la linterna cada vez se acercaba más; el corazón me golpeaba tan fuerte que podía romperme el pecho. No hay salida, me tiene justo donde quiere. Cerré los ojos y espere a que me encontrara.

-¿Derek?

Nunca había amado tanto la voz de Jack como en este momento. La linterna se desvió.

-Jack.- parecía sin entender qué estaba haciendo él aquí, para él, Jack debería estar en su hotel.

-¿Qué haces?- preguntó Jack confundido.- ¿Qué te pasó en la cara?

-No es nada, creí escuchar un perro... oh una perra.- casi pude sentir que me lo decía en mi oído.

Me asomé sólo un poco, Jack estaba de espaldas a mí y Derek frente a él. Retrocedí de inmediato.

-Estás loco. Vamos, puedo ayudarte con eso.

-Adelántate, voy enseguida.

Volví a asomarme, Jack regresaba a la puerta pero Derek cargaba el arma detrás de él. Santo dios. Lo va a matar.

Salí de mi escondite.

-¡Jack, cuidado!

Fue demasiado tarde. Derek le disparó a Jack en el cuello, al instante cayó al suelo sin poder amortiguar la caída.

-¡Bestia!- grité. Quise correr hasta el cuerpo de Jack, pero Derek me tomó del brazo con fuerza tapando mi boca evitando cualquier sonido que quisiera emitir.

Me acostó brusco sobre la isla de mármol, hice el intento de levantarme moviendo todo mi cuerpo pero lo único que logré fue golpear un segundo su cara, jalar su camisa y algo que se botó al suelo y que me apuntara con la pistola en mi garganta. Estaba acorralada y no tenía salida.

-Quieta.

-Eres un maldito monstruo.- sollocé. ¿Cómo es que nadie escuchó mi grito?

-¿Te sorprende? Quizás te sonará tu arma especial... asesina. Cobarde. No podías ni siquiera disparar un arma de verdad sin que tu conciencia te dijera lo maldita que fuiste.

Quedé pasmada y mi valentía (o al menos lo poco que tenía) se esfumó. Derek sabía que supuestamente había matado a Alan, Robbie y su otro hermano James.

La pregunta es... ¿Cómo carajos supo?

-No tienes idea de cuánto quiero este momento.

-Eres un bastardo.- apenas pude decir.

Se detuvo.

-Muy bien, es suficiente.- quitó el arma de mi garganta para después golpear mi cabeza con ella.- Haz sido una chica muy mala _____, muy mala.

La cabeza me bombeaba, sentí la sangre en mi sien, no pude mantenerme despierta, así que me desvanecí sin problemas hasta no saber más de mí.

3. All That Matters [Segunda Temporada Part. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora