28. Más tatuajes

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Casi no dormimos, nos habíamos quedado bajo la luz de la luna hablando de todo lo que habíamos hecho en los meses que no estuvimos juntos.

-Adelgazaste.- me dijo pasando su pulgar por el contorno de mi estómago. Me tensé y contuve un jadeo, así que quité su mano con cautela pero me miró extraño.

-¿Tiene algo de malo?- pregunté desviando la acción.

-¿Por qué hiciste eso?

-¿Hacer qué?

-Nada.- sacudió levemente su cabeza y comenzó a jugar con mi mano.

-Encontré a Marie.- mencioné, Justin me miró con asombro y sonrió, me hizo sonreír.

-¿De verdad? ¿Dónde está?

-Ahora está dormida, es hermosa, no ha cambiado nada y...- Paré en seco cuando recordé su pequeño detalle. ¿Debería decirle que está embarazada? Mordí mi labio.

-¿Y qué?

-Y... cuidó de ti mientras estabas inconsciente.- tendrá que verlo el mismo.

-Que buena mujer. Espera, _______, ¿Ella sabe lo que ha pasado con nosotros antes?

-Si. Pero está bien, un poco confundida pero entendería.- jugué con su cabello un ratito. Nunca le había presentado un novio a mi mamá, (nunca tuve oportunidad) y hacerlo ahora, sinceramente da más miedo que cuando sabes que ya casi te va a llegar la regla.

-¿Qué entenderá?- me preguntó.

-Nada.

Estábamos frente a frente, Justin descansaba en un brazo su cabeza mirándome mientras yo yacía acostada sobre mi lado izquierdo; en esta posición podía observar que mientras me abrazaba, unos más tatuajes se asomaban por su brazo izquierdo. Eran nuevos.

-Nunca pararás. ¿Cierto?- me referí a sus tatuajes. Eran varios y sinceramente comenzaba a preocuparme de que se volviera adicto.

-¿Para qué hacerlo? Cada uno tiene un significado para mi.- habló sin dejar de mirarme, dejó de abrazarme para acomodarme un mechón de cabello detrás de mí oreja.- Es más, mira esto.

Se incorporó en la cama quitando toda sabana de nuestro cuerpo y se acomodó la sudadera subiéndola hasta el codo. Curiosa, me acomodé igual sin saber lo que me esperaba.

-Casi no recuerdo, pero entre tragos, borracheras y llanto estúpido, me acordé de ti y fui a una tienda de tatuajes donde me hicieran a ti.

Quedé sorprendida cuando me dijo eso. Al principio pensé que estaba loco, que tonto, se tatuó a la chica que le rompió el corazón. Y si, lo hizo, pero con una pequeña diferencia.

-Dime una costa, ¿estabas ebrio?- le pregunté.

-Sí, un poco.- Se encogió de hombros. Debió estar muy ebrio para no darse cuenta.

Miré por última vez el tatuaje y le dije:

-Justin, esa es Vanessa.

El resultado de su cara era todo de qué explicar. Un retrato de cuerpo entero de Vanessa estaba tatuado permanentemente en el reverso de su brazo izquierdo. Podía verse a Vanessa en un vestido justo con un escote profundo por delante, su cabello era largo y suelto y como adorno unas alas a los lados. Esto debería ser una broma. Una broma muy estúpida.

-La cagué ¿Cierto?- me preguntó. Yo asentí sin dejar de mirar su cara de Justin. Era indescriptible su expresión.-Soy un idiota, ¿cierto?- volví a asentir.- Voy a matar a arrancarme el brazo.

Solté una carcajada. No sólo por lo estúpido que se ha escuchado todo eso, ni por el tatuaje, sino por su ingenuidad que es y llega a ser. Me callé al saber que me reía muy fuerte y los demás podían oírme.

-Dios mío.- dije entre risas.

-Tendré que arreglarlo.- habló sin dejar de ver el tatuaje.

-Es un buen tatuaje.- comenté intentando hacerlo sentir mejor sabiendo que metió la pata. Justin me miró apenado.

-Lo siento, estaba ebrio.- Se disculpó.

-Sólo espero que si te has hecho más, sean los correctos y en los lugares apropiados.- seguí riéndome entre dientes.

En efecto, se había hecho más tatuajes. Bastantes diría yo. El brazo derecho adiós, una cruz adornaba su pecho, en su brazo derecho había una niña soltando un globo, un águila -mi favorito- y varios más. Pasé mis dedos por los detalles perfectamente delineados en su piel pálida, quise desistir por el atrevimiento pero no pude y planté un beso en el tatuaje. Sentí su cuerpo estremecerse bajo mis labios y pude deducir que sonreía.

-¿Qué haces?- me preguntó girando lo suficiente para ver su perfil griego. Perfecto.

-Nada.- contesté abrazándolo por el cuello aun estando detrás de su espalda.

Junté su mejilla izquierda con mi derecha provocando que su diminuta barba y patilla me dieran cosquillas.

- Deberías afeitarlo.- me burlé de su intento de bigote sobre su labio superior. Justin lo tocó y frunció el ceño.- Jaxon me dijo que te lo habías dejado hace...

Me callé cuando recordé que eso fue cuando lo dejé y me fui con Jack a Londres. Mordí mi labio.

-Lo dejo cuando me deprimo.- Se giró hacia mí y pasó sus dedos por mi barbilla y mentón, donde se acercó a darme un beso corto. Suspiré. Estoy enamorada maldita sea.- Y sólo lo he dejado dos veces en mi vida.

-Siento tener que ser la razón por la que te dejas esa cosa. Es triste y deprimente.- lo abracé por su cuello con mi barbilla en su hombro.- ¿Soy un problema para ti?

-Por supuesto, el más molesto de todos.- bromeó, pero yo me separé y lo miré perpleja.- Y el mejor de todos mis problemas.

Encuentro la habitación fría y solitaria, por un momento estoy desorientada al saber que algo pasa. Giré sobre la cama sintiéndola grande para mí, entonces algo me recuerda a lo que pasó anoche; Justin no está, y esta no es la habitación de anoche. Fruncí mi ceño e al pensar que todo pudo ser sólo un sueño. Quité las sabanas de mi cuerpo y palidezco totalmente al ver a Justin frente a mí, sin camisa, sin pantalones, con una toalla.

Madre mía.

-Pero qué...

-Ni siquiera me di cuenta cuándo te quedaste dormida.- se paseó por la habitación hasta llegar a mí y sentarse en la cama.- Buenos días.- con sus dedos acarició mi mentón mientras yo por dentro me moría.

-Buenos días.- mi vista se dirigió a otro lado, estaba avergonzada, roja seguramente.- ¿Por qué estás así?- se me escapó una risita nerviosa. Justin sonrió.

-Necesitaba ducharme.- no dejaba de acariciarme mi cara. Tomé el valor suficiente para al menos mirar a hurtadillas su torso desnudo donde se marcaba su tan famosa "V" ahí abajo por su camino feliz. Ignoré todo pensamiento sucio del diablo y miré su perfecto rostro, al parecer, ya afeitado.

-Sabes que pueden entrar y descubrirnos, ¿No es cierto?- temblé.

-Porque todo es mejor cuando es peligroso.- se burló y me dió un beso. Tal como lo predije, se escuchó que la puerta se abrió.

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Creo que en el capítulo anterior, algunas ni sabían que me llamo Emily :c

3. All That Matters [Segunda Temporada Part. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora