Un Secreto Oscuro ©

Capítulo 26

4 meses después

Me encontraba en el aeropuerto con mi madre, Kate, Ángela y yo. Yo estaba de vacaciones en mi universidad, fue algo duro estudiar en dos días todos los exámenes, pero al final me fue bien. Kate traía una gran sonrisa en su rostro, Ángela se veía muy distraída y mi madre pensando en autos de carreras como siempre, Kate se ha convertido en un gran icono de la música de Rock en tan sólo 4 meses, ya sacó su primer álbum, ya aparece en televisión, le han hecho varias entrevistas, su música se escucha en varias partes del mundo. Y ahora Kate esta de gira con nosotras, ya que es nuestro último viaje, iremos a Seattle, excepto Nick, Richard y mi padre, Nick dijo que iba ser todo lo posible para ir a la gira de Kate, pero no es seguro, porque esta trabajando y Richard también. Pero mi padre es seguro que no va ir, no les gusta los conciertos, ni la música, ni los juegos, nada, lo único que le gusta hacer es el tenis, sacar esas bolsas horribles y siniestras de basura y mirar a la gente con perversidad.

— Gracias por venir— dijo Kate con una mirada sincera— No saben lo mucho que me alegran que esten aquí, para venir a mi gran gira.

—De nada — contestamos todas al mismo tiempo y soltamos una carcajada.

            ************

—¡Ya llegamos!— exclamó la azafata.

Abrí bien los ojos y miré a la ventana, sin duda alguna, ya habíamos llegado a Seattle, estábamos en el aeropuerto, mi madre se levantó, Kate y Ángela también lo hicieron. Recogimos nuestra maletas, y mi madre llamó un taxi.

—¡Estoy tan alegre hoy!— exclamó Kate emocionada.

—Yo también — dijo mi madre respondiéndole con una sonrisa.

—Todas los estamos— dijo Ángela doblando los ojos.

Llegamos al hotel, el hotel era color plateado, con negro, con lámparas chinas, y otras lámparas en piedras.

Mi madre se acerco al gerente.

—Hola, quiero 2 habitaciones — dijo mi madre.

— ¿Cuántos días se van a quedar?— dijo la gerente inclinando la mirada.

—Son sólo tres días, ya que es el último viaje— dijo mi madre

La muchacha se nos quedo mirando fijamente, sus ojos se abrieron como platos.

—¿Es usted Kate Jones?— dijo ella sorprendida.

Kate sonrió

—Si

—¿Puede darme su autógrafo?— dijo la muchacha buscando, papel y bolígrafo.

—Si claro. — dijo Kate dándole su autógrafo.

—Vengan les daré las mejores habitaciones. — dijo la muchacha con una sonrisa.

Subimos al elevador, vimos que nuestras habitaciones traía cortinas en vino tinto, con balcones, y unas mesitas con frutas y dulces con una vista genial en la cuidad de Seattle.

—Bueno pongase cómodas — dijo la muchacha.

—Gracias— respondimos todas.