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Tomé mi teléfono y suspiré al ver que era Veronica. —¿Hola? —Contesté.

— ¡Hasta que te dignas a contestar! —Reí. — ¡Deja de reírte idiota! ¡Por tu culpa casi me quise matar!

Traté de reprimir la carcajada. Pero fue imposible reírse. —Lo lamento, en serio. ¿Qué tan molesta estás?

— Una poderosa furia nivel Hiroshima fusionada con Nagasaki.

— Wow, Veronica... En serio, lo siento.

— Pero ahora entiendo porque no contestabas, pequeña sucia.

— ¡Veronica! —Gruñí al sentir un fastidioso cosquilleo en mis entrañas.

— Ay, Toni, ¡Por Dios! ¡Tuviste sexo con Cheryl Blossom! ¿Quién iba a decirlo?

— Lo sé, lo sé. —Suspiré. —No lo recuerdes.

— ¿Qué? —Chilló. —¡No me digas que te arrepientes!

— ¡No! —Negué inmediatamente. —Solo que... me cuesta asimilarlo.

— ¡Ay por el amor de Dios!

— ¡Veronica Cecilia... Lodge! Podrías ser menos abierta.

— Ya me conoces y aun así me amas.

— Cierto...

— ¿Recuerdas que día es hoy?

—No. —Me puse a recordar, pero fue inútil.

—Sábado, hoy tenemos que acompañar a
Betty para su perforación. ¿Recuerdas?

— ¡Oh! —Exclamé. —Sí, sí, sí. Ya lo recuerdo.

— Bien, Betty y Tabitha ya deben estar ahí, ¿Te voy a buscar o vienes por mí?

— Voy por ti, ayer por la tarde me entregaron el auto y aprovechamos a hacer algunas compras, ¿no?

— ¡Si! —Ella chilló causándome risa.

— Bien, en 5 minutos te veo.

— De acuerdo. Nos vemos.

— Bye. —Colgué y suspiré.

Me paré frente al espejo y levanté la camiseta divisando mi ombligo.

Tal vez, solo tal vez puedo seguir el consejo de Betty.

— Dios mío, ¿En qué carajos estoy pensando? —Me cuestioné a mí misma.

Reí al darme cuenta lo estúpido que era hablar con mi reflejo y tomé mi bolso para luego dirigirme a casa de Veronica.

*

— No lo creo, Ronnie —Dije bajando del auto. Cerré la puerta y activé la alarma.

— ¿Por qué no? —Dijo mientras me miraba. Comenzamos a caminar.

— Porque si ese pobre vagabundo hubiese tenido una vida, no se hubiese llamado 'vagabundo' —Hice comillas en la última palabra. Veronica se cruzó de brazos.

— Si hubiese tenido una vida, igual sería vagabundo. Porque ese es su destino. —Dijo y reí, por sus palabras. —Bien, ¿Dónde están las...

— ¡Al fin llegan! —Gritó Betty en la entrada del centro comercial. Tabitha estaba a su lado mirando su teléfono.

— ¿De qué vagabundo hablan? —Cuestionó Tabitha después de haber guardado su teléfono en su bolso.

— Nada, Tabs. —Reí. —Dejando al pobre vagabundo atrás, ¿Qué haremos primero?

Sexo Secreto (ᴄʜᴏɴɪ ɢ!ᴘ) |adaptación|Where stories live. Discover now