Capitulo 12

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                       Angus

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                       Angus

23 de abril
Levantarte temprano e ir a la cafetería, ya es una rutina de toda la semana, más ahora que veo a Rose casi todos los días en el mismo lugar. Siempre la veo leer el mismo libro, supongo que es su favorito del lugar y los clientes de la cafetería me lo pueden confirmar.

Al llegar, me pedí lo mismo de siempre y cuando me di la vuelta para buscar un lugar, con mi pedido en una bandeja, ahí estaba ella releyendo el mismo libro. ¿No estará mal que me siente con ella, o sí?

Doy un largo suspiro, decidiendo si acercarme o no, pero sin darme tiempo a reaccionar, mis pies ya se están moviendo hacia su dirección.

No la cagues, Angus.

Gracias por la motivación eh

De nada

Me acerco a un lado de la silla que esta e frente de ella y como no ha notado mi presencia por el libro, carraspeo un poco para que alce su vista hacia mí, cosa que logro con éxito.

—¿Hay un lugar para un chico más? —pregunto mirándola con un poco de gracia al ver su cara de desconcertada.

—Mm... Claro si, siéntate—dice dejando su libro a un lado y tomando un sorbo de su taza de café.

—¿Cómo estas, Rose? ¿Qué tal te va yendo en la editorial? —digo dejando mii bandeja en la mesa, mientras me siento en frente de ella.

—Estoy muy bien y me está yendo de maravilla, amo lo que estoy haciendo y ya hice amigos dentro de la editorial, por ejemplo, mi compañero, Noah.

Con que amigo ehh

No empieces.

—Es bueno escuchar eso, por lo menos en donde trabajas es un lugar seguro y lindo, no un infierno como el mío.

—No te desanimes así, Angus. En un tiempo podrás trabajar en lo que más te gusta.

—Eso tendrá que esperar unos años, pero, en fin. Escuche que hoy es un día espacial, con algo relacionado a lo que te gusta.

Ella mira el libro a un costado y se le escapa una sonrisa.

—Si, hoy 23 de abril es el día del libro, amo esta fecha. Generalmente en esta fecha se regala un libro acompañado con una rosa, pero como nunca recibí ninguna de las dos cosas, así que me conformo comprándome yo misma un libro.

—Eso suena un poco triste, ¿no crees?

—Si, suena triste, pero es mi triste realidad—suspira un poco triste y vuelve a agarrar el libro.

—Ya veo... ¿Qué es lo que tanto te gusta de ese libro? Veo que lo lees siempre aquí. —digo cambiando de tema automáticamente.

—Mmm... una pregunta difícil, ¿no crees? —dice mirándome—. A ver... me encanta como el chico guitarrista le dedica canciones a la protagonista, pero no es cualquier canción, si no que le confiesa su sentimiento hacia ella en esas canciones, también toca canciones que los defina a los dos y me da mucha ternura como pasan el tiempo juntos... —para por unos minutos, dándose cuenta de algo y me mira—. Perdón, supongo que estas cosas no te interesan mucho. Cuando cuento de algo que me gusta, no puedo parar de hablar —dice tímidamente.

El chico irlandésWhere stories live. Discover now