Capítulo 08

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Angus

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Angus

Estos días tuve el verdadero sufrimiento para un empleado, tuve que trabajar las 24 horas todos los días, ¿y eso por qué? Porque George se pidió una semana libre para remodelar su departamento, otra vez. En estos días me he cruzado con esa chica amante de los pilusos (ya que las veces que la he visto andaba con uno diferente), por lo que estuve viendo y llegue a esa conclusión, también la veo todas las mañanas en ese café, donde la vi por segunda vez, le encanta mucho los libros, siempre la veo con un libro diferente. Y no crean que la estoy acosando o algo parecido, claro que no, solo que esta es mi cafetería favorita y voy todas las mañanas a pedir mi desayuno para poder comerlo antes de entrar en mi universidad.

Por lo que puedo sospechar es que ella trabaja cerca de ahí, o capaz también sea su cafetería favorita. Hay dos opciones y las dos pueden acercarse a mis sospechas.

Aquí estamos de nuevo, entrando a aquella cafetería y ahí estaba ella de espaldas hacia mí, leyendo uno de los libros que estaba en la estantería y con su café. No voy a negar que ese perfil de ella me gusta, aunque desde ese día que la conocí, y que me haya devuelto mi buzo, no he vuelto a tener una conversación con ella ni tampoco cruzado en el edificio.

Suspiro moviendo la cabeza a ambos lados para quitar esos pensamientos y me encaminó hacía el mostrador y le pido a la empleada lo mismo de todas las mañanas, un capuchino con un croissant. Miro de reojo hacia ella y puedo ver que está muy concentrada en su lectura, sí que le gustan mucho los libros, ya cuando me dan mi pedido y lo he pagado, me volteo para ya irme de la cafetería. Esa caminata duro muy lento en mis pensamientos, como si en realidad caminara en cámara lenta, y no es el motivo o puede que sí, Ella es la culpable, dios que me está pasando realmente, no he pasado una situación como esta hace bastante tiempo y no quiero volver a caer de nuevo en eso, porque ya se cómo va a terminar esto, con un corazón roto.

Cuando salgo de la cafetería, sacudo mi cabeza tratando de sacar esa ridícula situación y me encamino, no me puede atraer alguien al que apenas se dé su existencia, me dirijo hacia la universidad a encontrarme con Camille, así desayuno con ella mientras esperamos a que suene el timbre de comienzo de clases.

Llegando a mi destinó visualizo a Camille sentada en las escaleras de la entrada, me acercó a ella y le doy un mini abrazo como saludo antes de sentarme a su lado.

— ¿Sigues molesto con George por haberte dejado trabajando estos últimos días? —pregunta mientras da un sorbo a su café.

—Algo sí, pero ya me las pagará, no se lo hago fácil ni gratis.

Ella suelta una carcajada que se me hace contagiosa y me río yo también.

— ¿Cuántos cambios quiere hacer en su departamento? —pregunta en un tono divierto y gracioso.

—A este paso se acabará su sueldo de cada mes —digo con gracia y niego a la vez mientras doy un mordisco a mi croissant.

—Algo te tiene distraído, hace unos días que andas con la cabeza en otro planeta y no creas que yo no me di cuenta-se queda pensando por un minuto y cambia su expresión a asombro-. Te atrae la atención una chica—dice confiada de sus palabras.

El chico irlandésWhere stories live. Discover now