Un beso bajo las estrellas ©✓

★CAPÍTULO 23

"Mi padre rompió mi corazón en miles de pedacitos, y ahora cada pedazo se enamora de un chico diferente."

ESTELA TESSIER

Sentirme así de desestabilizada no era algo normal en mi naturaleza. Siempre sabía lo que hacía, lo que sentía, lo que necesitaba, absolutamente todo.

Y ahora es como estar en un pozo donde estás tan confundida que no puedes ver con claridad.

—¿Tienes miedo? Luces nerviosa.

Observé a mi madre por el reflejo del espejo donde también me veía a mí. Ladee mi cabeza un poco y la moví, negando.

—¿Por que tendría miedo? Tampoco estoy nerviosa.

Ni yo me la creo.

Hades me había invitado a una feria donde habían juegos mecánicos, iríamos a cenar en los restaurantes de ahí y comeríamos un helado. Son cosas que los amigos hacen, normal.

La mujer castaña se rió a carcajadas mientras me veía bien al espejo de cuerpo completo en mi habitación: tenía puesto un top turquesa, una chaqueta de cuero negra y un jean básico que abajo era algo acampanado.

—Estela, no está mal que te guste un chico. Él tal vez no va a ser como los demás.

Inhale por tantas veces que lo ha repetido.

—Lo sé, pero prefiero no hacerme ilusiones. —Caminé a ella—. ¡Pero mira! —junté mis manos sobre mi vientre—, los otros no parecían "ser como los demás" y terminaron siendo la misma cosa.

Que jodido es tener miedo de enamorarse, ¿No?

—Vamos —hizo un movimiento con su cabeza, señalando a la puerta—. Se hará tarde.

Provoqué un sonido aprobatorio con mi boca y salimos del cuarto para subir al auto.

Y carajo, estaba muy nerviosa.

Lo cual no debería ser así porque ya he estado a solas con él pero nunca me había invitado a algún lugar así. La última vez que recuerdo haber salido con chico que no era Axel terminó muy mal, fue hace unos años.

—Cuidado con lo que hacen y no vayan a otro lugar —me advirtió.

Reí entre dientes, acomodando mi cabello hacia atrás—. Tranquila, no me iré al otro lado de Canadá.

—Y recuerda que en lugares así siempre venden drogas infiltradas —siguió con su discurso.

A través de la ventana podía observar los carros de diferentes colores y modelos pasando. La nieve ha parado y lo único que se siente es el frío que pronto se irá.

El atardecer caía cuando baje del auto. Lo primero que captó mi vista fue todos los colores llamativos que dominaban ese lugar, era hermoso y yo ni sabía que esto existía en mi ciudad. Mi visión se llenó de todos esos juegos mecánicos con colores explosivos y las luces no se quedaban atrás, estaba ansiosa por ver cómo se vería de noche.

Edevane eligió un buen lugar, eh.

Saqué mi celular y revisé los mensajes. Se suponía que íbamos a encontrarnos en la entrada a las 5:30 pm pero, yo no veía a nadie que tuviera una camisa negra. Tal vez me esté quedando ciega, quién sabe.

Y en ese recorrido rápido que dio mi mirada lo encontré. Él estaba viendo algo en su teléfono con la espalda recostada en una de las paredes con un grafiti precioso. Portaba una camisa negra conjunto un pantalón del mismo color que hacía un perfecto contraste con lo pálida que es su piel.