★CAPÍTULO 16

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"Hay dos tipos de cansancio: uno es de una extrema necesidad de dormir, y el otro es una extrema necesidad de paz."

ESTELA TESSIER

—¿Cuantos ataques has tenido esta semana, Estela? —preguntó la mujer de tez oscura con bata blanca sentada al frente de mí.

La psicóloga me observó, acomodando sus lentes mientras esperaba mi respuesta.

—¿Dos? —recordé los momentos en mi mente—. Si, solo dos —confirme.

Ella asintió haciendo un mohín, anotando todo en una pequeña libreta.

—¿Que días y horas sucedieron?

—El primero fue a las 3 de la madrugada, el viernes. Y el segundo a la hora de la cena, el domingo.

Estar aquí me da mucha paz interna, no lo sé, es tan silencioso y tranquilo, además huele bien. Maren es mi psicóloga desde que tengo 14, le tengo mucha confianza debido a eso. Aunque al principio es difícil, ya me acostumbré.

Fue principalmente la relación con mi padre que me dejó en terapia. Pensar en él hace que mi pecho se apriete y sienta ese vacío que en realidad nunca estuvo lleno.

Falta de atención, problemas familiares, eso fue el principal problema que se desarrollo en mi infancia.

Mi papá abandonó a mi madre antes de que yo naciera. Pero luego se reconciliaron, fue lo más estúpido que pudieron hacer.

Cuando era niña estaba muy sola, mi madre pasaba todo el día trabajando y mi padre el cual "debía cuidarme" no me prestaba atención necesaria, realmente no recuerdo algún momento que el me demostró cariño.

Ver a mis padres gritando y discutiendo en frente de mi me causo muchos problemas. Estrés. Solo era una niña con miedo a que se pudieran hacer daño gravemente.

La mejor decisión que pudo tomar mi madre fue mudarnos de país y dejarlo a él en el pasado.

—Bien. ¿Que hacías posteriormente en el primer ataque?

Fruncí mis labios. Si sabía a qué se debía ese ataque.

—Estaba...haciendo tareas. Y me estrese porque según yo...sentía que estaban mal, que debería perfeccionarla más —hablé esforzándome para que mi voz no decidiera romperse.

Me regaló una sonrisa cálida—. Deberíamos trabajar mejor esto de no auto presionarte. Tampoco te sientas mal debido a tu ansiedad, ya sabemos que no se manifestaba hace mucho pero es normal, ¿Okey? Que no los tengas no significa que se hayan ido completamente.

Sabía que no debía exigirme de más.

Sabía que eso me afectaba.

Y por mucho que lo intente, no podía dejar de hacerlo. Es automático.

—¿Como ha estado el día a día? ¿A cambiado algo?

—Normal. —Me encogí de hombros—. Pero, el día domingo cuando tuve ese "ataque" yo no lo sentí como un ataque, era...extraño. Me dolía el pecho, solo que no como si fuera ansiedad, acababa de llegar de fuera y estaba tranquila. Y no sucedió como los demás, no sentí algún otro síntoma de alerta antes.

Los post síntomas de ansiedad pueden variar en las personas. Puede que te suden las manos. Puede que te duela o sientas alguna molestia en algún punto específico. Puede que tú respiración comience a darte avisos de "Oh, creo que dejaré de funcionar bien por un rato".

Un beso bajo las estrellas ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora