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—Me veo ridículo. —gruñó Kang, maldiciendo a Huening en todos los idiomas que conocía.

¿Qué por qué TaeHyun estaba molesto?

Pues bueno, ¿por dónde empezar?

Digamos que Kamal le había prestado uno de los trajes más a su medida, pero que para el gusto de TaeHyun era demasiado anticuado y horrible.

¿Quién en su sano juicio tenía trajes color café claro? O mejor dicho, ¿por qué precisamente Huening tenía algo tan horrible como eso en su guardarropa? ¿Es que acaso lo había heredado de algún bisabuelo o algo por el estilo?

Y eso no era todo, porque además de sentirse como un vejestorio andante, TaeHyun había sido abandonado por Kamal, y que antes de desaparecer lo último que le había mandado, había sido una ubicación por mensaje de texto.

Ubicación que lo había terminado conduciendo a una calle vacía.

No había ni un solo auto, ni mucho menos alguna persona. Solo edificios y una larga calle desierta con muchas farolas.

Honestamente, si Kang no estuviese completamente solo, quizá hubiese pensado que aquella calle era similar a la de los dramas, donde los personajes iban de la mano y las farolas los alumbraban mientras que se sonreían y se miraban con amor.

Ridículo.

Porque él no tenía a nadie con quien hacer eso, sino que al contrario, estaba que se moría del miedo de tan desierta que era el área. Incluso parecía que nadie vivía por ahí de tan limpio que se veía.

TaeHyun suspiró, logrando que el vaho saliera de su boca en forma de nubecita. El clima había cambiado ligeramente y ahora ya no era tan agradable. Hacía frío, y sin más que hacer, Kang volvió a revisar su celular.

Llamó a Kai, pero no hubo respuesta alguna.

Volvió a revisar la ubicación, y si, estaba en el lugar correcto.

¿Quizá Huening se había equivocado?

—Voy a enterrarlo vivo. —masculló, gruñendo nuevamente y guardando su móvil.

¿Que si estaba molesto? Si. Pero él sabía que en ese mismo instante, eso de nada le servía. Así que simplemente optó por calmarse.

Ya estoy aquí, ¿qué más da? Se dijo a sí mismo, mirando hacia el cielo.

Habían muchas estrellas. Ninguna nube y la luna estaba brillante e hipnótica como siempre.

Caminar un poco le pareció buena idea.

Eso siempre servía para bajarle los nervios, el enojo o la tristeza.

Pero también daba rienda suelta a su mente, que aveces pensaba mucho más de la cuenta.

Y entre tanto y tanto, TaeHyun terminó recordando lo que últimamente le venía carcomiendo la cabeza.

BeomGyu.

Inconscientemente sonrió, recordando el rostro definido y marcado del castaño, sus facciones finas, aquellas pestañas largas y tupidas, sus labios tan... perfectos, no eran ni finos ni gruesos, eran simplemente... uhg, los labios de BeomGyu tranquilamente podrían ser el estándar, pues malditamente sí representaban la perfección.

¿A qué sabrían los labios de Beom?

Se veían rosas y brillantes siempre, y de sólo recordarlos TaeHyun se relamía sus propios labios, sintiendo en la punta de su lengua un pequeño cosquilleo a causa de la anticipación de su imaginación.

Hola, te amo. | C.BG + K.TH | OBRA CANCELADA Where stories live. Discover now