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《 El día de la TaeGyu-fuga.》

Hablar a solas con alguien era algo relativamente simple, aunque claro, dependía mucho de con quién fuese tal charla.

Desde que Choi había llegado de la nada al salón de clases y se había sentado frente Kang, la mente del menor había hecho cortocircuito.

Primero que nada, por el hecho de llevarse el susto más grande de su vida al punto de que se le murieran un buen par de neuronas, segundo, ¿por qué es que todos los problemas se le juntaban ese día? lo único que TaeHyun realmente estaba deseando ese día, era desaparecer, mucho más teniendo en frente a BeomGyu y sin saber que diablos decirle sin ser tan evidente en su gay-panic.

Hubo silencio por unos segundos, y estuvieron en el interior del aula por poco más de tres minutos. Luego TaeHyun no supo cómo, pero las cosas se habían salido de control y ni siquiera BeomGyu podía explicar exactamente como es que habían llegado hasta ese punto.

Lo cierto es que desde aquello habían pasado casi cuatro horas. TaeHyun nunca había corrido tanto en su vida y mucho menos, en compañía de alguien tan guapo que de bonus era ridículamente rápido.

¿Qué por qué corrían? Bueno, eso habría que preguntárselo al malamute que se encontra siguiéndolos después de haberse soltado del patio en el que se encontraba encadenado.

Habían saltado una cerca, cruzaron la calle sin mirar a los lados, a BeomGyu se le había caído el celular del bolsillo trasero de sus pantalones y TaeHyun había perdido uno de sus zapatos. Se cayeron un par de veces, gritaron mucho y ninguno de los dos sabía en que rincón del país se encontraban. Pero habían logrado perder de vista al enorme perro y estaban felices por ello.

Hechos mierda, pero felices.

-¡Te dije que no corrieras!

TaeHyun fue directo y empujó al más alto por el pecho, ambos estaban riendo, pero ninguno tenía la mente tranquila después de aquel susto.

Ateque de risa post-casi-muerte.

-¡Tú gritaste cuando el perro corrió hacia nosotros! -reprochó, sonriendo ampliamente al ser contagiado por el menor- Y además, cuando me decías que no corriera, tú ya estabas haciendolo y estabas como a cuatro metros de mi.

-¡Entré en pánico! -chilló. Y de sólo recordar el sonido de las cadenas rompiéndose y los ladridos del gran can, sintió un escalofrío. BeomGyu negó con la cabeza mientras reía por lo bajo, sus hombros sacudiéndose levemente al compás, y sus alborotados cabellos oscuros meciéndose por causa de la vaga brisa. Ese día sus ojos tenían un brillo especial y TaeHyun vio la imagen en cámara lenta.

¿Por qué aquel chico desprendía tanta belleza? ¿Era tan siquiera real?

-Hicimos algo de ejercicio, al menos. -hablo Choi, haciendo que el menor parpadeara algo confundido al no escuchar lo que el contrario había dicho por haberse quedado observando su alborotadora belleza. El alto elevó una de sus cejas y sonrió al notar aquello. TaeHyun le parecía de lo más adorable con cada segundo que transcurría, y eso comenzaba a dolerle. Era demasiado para su pobre y enamorado corazón- Por favor, deja de mirarme así. Me vas a sonrojar.

Y al contrario de las palabras de Choi, el que terminó con el rostro teñido en carmín, fue Kang, quien de inmediato bajó la mirada sintiéndose verdaderamente avergonzado, y a lo cual no ayudaba en nada que de fondo estuviese flotando la risa meliflua del mayor.

-Oh, vaya... perdí un zapato -musitó.

El menor apenas se había percatado de aquello, y ante su mirada sorprendida y descolocada entremezclada con un deje de diversión, las carcacajadas del azabache se hicieron más fuertes.

Hola, te amo. | C.BG + K.TH | OBRA CANCELADA Where stories live. Discover now