—Yo…

—Sin objeciones —se sitúa delante y toma su pene en su mano, guiándolo a mí —. Abre la boca y si te atreves a morderme juro que lo pagarás caro.

La abro sin objeciones, no estoy en una buena posición para hacerlo. Las náuseas me inundan cuando entra con brusquedad. Tira de mi pelo mientras sigue deslizando todo su miembro por mi garganta. Trato de ignorar sus asquerosos gemidos.

Por dentro lloro al escuchar los gritos de Kilian, mi bebé no debería de estar viendo esto. No es su culpa.

No sé si pasan minutos u horas cuando él acaba dentro de mi boca, Lyon la cierra para que me trague su semen.

Toso y mis ojos lagrimean. Le pregunta a Nahuel si también quiere follarme la boca, pero por suerte se niega.

—Bueno, no está nada mal, aunque seguiré con mi plan.

—¿Qué? ¡No! Dijiste…

—Haré lo que quiera, yo tengo el poder, Kaela. Nahuel, tráelo aquí.

Kilian se retuerce en los brazos de su captor, mientras que lo amarra en la silla en la que estaba sentado Lyon.

—Ruega, Kaela —ordenó con frialdad —. Arrodíllate y ruega.

Desde mi posición me arrodillo como puedo, sin pensarlo dos veces.

—Por favor, te lo pido. No le hagas nada, por favor. Lyon —inclino mi cabeza en sumisión —D-déjalo vivir, te lo ruego —digo tratando de no romperme.

—¡Quiero a mi mamá! —solloza fuertemente.

Mi mente se nubla, las venas de mis brazos se tornan ligeramente negras, un extraño zumbido molesta mi oído.

—Son lindos tus ruegos, solo deseaba escucharlo. Lo bueno es que no estarán separados por mucho tiempo —coge la daga y hace la primera cortada en su estómago.

—¡No! ¡Basta! ¡Para!

Su sangre moja la camiseta que lleva y me mira mientras llora. Sus gritos se mezclan con los míos.

Duele, que pare, por favor.

Por favor…

—Delicioso. ¿Sabes que nos alimentamos de las almas? —Otro corte y no puedo soportar mirar. Nahuel se para detrás de mí, tirando de mi pelo, obligándome a observar la escena frente a mí.

El zumbido se hace más fuerte ya no puedo escuchar los gritos, únicamente puedo ver sus labios moviéndose con desesperación.

Ni siquiera puedo escuchar mis propios gritos ¿estoy gritando? Mi cabeza retumba, parece que Nahuel me golpeo, ya que sangro.

—¡No! ¡Vuelve! Por favor… —Suplico. No me importa desgarrar mi garganta —¡No! —retumba en todo el lugar mientras veo como despega la cabeza de su cuerpo.

Me encuentro flotando en una bruma de dolor, la habitación se llena de oscuridad, rodeándonos. El agarre de Nahuel se desvanece y mis manos traspasan las cadenas sin ningún problema, ni siquiera las rompe.

Una esencia negra me envuelve, sonrío sin motivos y me ayudo a pararme con mis manos. El cuerpo de Nahuel se encuentra atravesado por varias lanzas y cuando miro a mi alrededor, en toda la habitación hay lanzas filosas y negras flotando; como si esperaran una orden.

—Veo que sacaste el poder de tu madre —se mueve con lentitud y fijo mi mirada en él. Queda paralizado por unos segundos observando mis ojos y luego se recompone.

—Has matado lo que más amo, ¿sabes que toda acción tiene consecuencia? —Unas enormes alas negras parecidas a las de un murciélago cubre mi espalda. Parece creada por la misma esencia negra de mis manos y las lanzas.

—No puedes contra mí, apenas eres un bebé delante de toda mi experiencia —gruñe hasta que sus propias manos aparecen garras afiladas.

—No tengo que tocarte para matarte, Lyon —sonrío sin humor desde mi lugar —. La bestia ha despertado y está deseosa de tu sangre.

Se mueve con sigilo, pero antes de que me toque muevo una lanza a su pierna, con un ligero movimiento de mano.

—¡Perra! —la herida se le cierra rápido y vuelve a atacar. Dejo que se acerque lo suficiente para usar mis garras y cortar unos de sus brazos.

¿Yo hice esto? Se siente como ver a otra persona en otro momento, me veo tan fuerte, pero aquí adentro todo se encuentra roto con los sonidos de agonía de mi bebé, torturándome.

Hago que me mire y cuando lo hace, vuelvo a recrearle la escena de mi madre matando a su mujer e hijo, una y otra vez.

—¡Basta! —me grita enfurecido. Con toda la calma me agacho a su altura sin tocar el piso, las alas me mantienen flotando y desgarro su cara con lentitud. Disfrutando sus gritos.

—Siempre has sido un monstruo, Kaela. Al igual que tu madre, al igual que yo —se ríe con dificultad. Yo no me detengo y atravieso su pecho hasta tocar su corazón.

Late a ritmo acelerado bajo mis dedos y se siente tan bien.

—No, Lyon. Tú acabas de crear a este monstruo.

¡Hola! Espero que este capítulo les guste

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


¡Hola! Espero que este capítulo les guste. ¿Cómo se sintieron?

También me gustaría aclarar algo, sé que quizás a algunas personas no le gusto la muerte de Alex, pero en vez de decirme que dañe el libro por su muerte, simplemente dejen de leer.

Y aunque Alex estuviera "vivo" lo que llego a desarrollar Kaela hacía él fue síndrome de estocolmo que no es nada romántico. Acuerdense que Alex casi nunca repetaba el no de Kaela, a pesar de que ella se sintiera confundida. Eso no es nada sano en ua relación, al contrario, es tóxico.

Gracias por leerme, por gustarles lo que hago y por darle tanto amor al libro.

Instagram: March_libros.
Twitter: maryoris_baez.

Las amo, March.


Eres mía© [#1]✔Where stories live. Discover now