🌼ANDREA🌼

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Jelou, bellezas tropicales. Les dije que les tenía unas sorpresitas para hoy. Esta es una de ella: Un capítulo de Andrea.

Se sitúa después de CDLCG y
🚨contiene un spoiler🚨

Disfrútenlo

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De pequeña soñaba con una boda de cuento de hadas:

Tendría un hermoso vestido blanco de princesa con una cola larguísima, que pareciera fabricado por las mismísimas hadas de la bella durmiente. Además, haría mi entrada triunfal en una carroza blanca, jaladas por dos purasangre negros.

Mi príncipe azul estaría esperándome allí, rodeados de cientos de familiares y amigos, con el corazón acelerado y lágrimas en sus ojos, contanto los segundos que faltaban para pasar el resto de su vida a mi lado… pero no tardé en descubrir que mi sueño era solo eso: un sueño.

Yo no soy una princesa, los vestidos de diseñador cuestan un ojo de la cara y no hay plata para eso, en Caracas no hay carrozas de ningún color (mucho menos hay caballos purasangre negros), y el imbécil de mi ex novio tiene de príncipe azul lo mismo que tengo yo de la princesa Diana, es decir, nada.

Pero una de joven vive en las nubes, volando tan alto qué es imposible escuchar a tu madre cuando te dice:

—Ese niño con el que andas no es serio. No te quiere bien, solo anda jugando contigo, y tú andas viviendo de ilusiones. Recuerda esto, Andrea: el que vive de ilusiones, muere de sentimientos.

En ese entonces, yo no hacía más que voltear los ojos y no hacerle caso ni a ella ni a mi papá. Al fin y al cabo, ¿qué sabían mis padres de amor pasional y romántico si ya tenían veinticinco años casados? Hace rato que habían pasado el enamoramiento.

Esa debió ser mi primera señal, si ellos habían durado tanto, por algo ha de ser, ¿no?

Pero, insisto, en plena adolescencia qué va a estar pensando una en hacerle caso a sus padres. Además, Harry me amaba, yo estaba segura de eso, y él me lo comprobó de una manera muy peculiar.

Acabábamos de entrar en la universidad. Habíamos estudiado juntos desde los quince años, y sabíamos que queríamos permanecer así. A pesar de no ser lo que yo quería estudiar, Harry me convenció de estudiar administración de empresas en el mismo centro de estudios. 

Sin embargo, por cuestiones de la vida, no quedamos en la misma universidad. Mi universidad estaba cerca de casa, en el centro de la ciudad, mientras que la de él estaba hacía el sur. Con horarios diferentes y las tareas acumulándose, pensé que nos alejariamos, pero, para desagrado de muchos y alegría mia, me sorprendió en nuestro cuarto aniversario de novios proponiéndome matrimonio.

Yo dije que sí sin pensarlo. El hombre que yo amaba me quería también. Sin mencionar que esa propuesta sirvió para callarle la boca a mis padres por un tiempo. Harry estaba demostrando ser más responsable de lo que ellos habían imaginado, y yo, como dije antes, estaba en las nubes. Sin duda, era una ilusa a los veinte años de edad.

Mi mejor amiga, Marisol, me apoyó en todo con la boda. Pasamos más tiempo juntas planificando todo que el tiempo que pasaba con Harry, a pesar de ser el novio. Yo no se lo echaba en cara, él había comenzado a trabajar medio tiempo en una empresa cerca de su universidad para costear los gastos de la boda y se iba para allá después de clases.

El pobre se la pasaba cansado, llegaba tan tarde a su casa que casi no podíamos hablar. Me dio completa potestad para decidir sobre qué hacer, lo que no me dio fue dinero para hacerlo, pero ahí íbamos, haciendo lo que se podía con lo que se tenía.

Pensé que las cosas mejorarían con el pasar de los días, pero poco meses después del compromiso comenzaron los problemas. Harry se volvió un celoso extremista. Quería revisar mis redes sociales y mi teléfono a cada rato, quería saber dónde andaba y con quién.

Marisol me decía que tratara de entenderlo, que el trabajo, los planes de boda y la universidad eran mucho para él. Yo quise creerle, pero ojos de loca no se equivocan, y en mi interior sabía que pasaba algo más, aunque no quería ni pensar en eso. No obstante, por ahí dicen que cuando no buscas la verdad, ella te encuentra a ti.

Mi mundo se derrumbó con la llegada de un mensaje en WhatsApp. Hasta el día de hoy no sé si amo u odio a la persona que me hizo saber lo que pasaba, pero sin duda se lo agradezco. Al abrir la imagen, todo lo que habíamos construido Harry y yo se explotó en mil pedazos. Allí estaba él, acompañado de una rubia hermosa, y en medio de ambos tenian a una preciosa bebé de cabello rizado y ojos azules. Era su hija.

El muy desgraciado me había estado engañando casi desde que comenzó a trabajar. Cuando lo confronté me dijo que "el matrimonio es una cosa y que el amor es otra cosa", y que conmigo se quería casar porque yo le daba estabilidad, pero que debía entenderlo, que yo había sido su primera novia y que no había conocido nada más a parte de mí.

Quise partirle la cara ahí mismo, pero preferí vender el anillo de compromiso, lo único que me había dado el desgraciado, y todo lo que yo había comprado para nuestra vida juntos, e irme de viaje en un crucero por Europa yo sola. No quería estar con nadie, no quería ver a nadie, mucho menos a mis padres. El semestre estaba terminando, así que mi escapada no me afectó en la universidad.

Para mí desgracia, no pude quedarme para siempre viajando. Tenía que regresar a la realidad. Volví a Caracas un mes después. Mis padres, mis adorados padres, me recibieron con los brazos abiertos. Les pedí perdón por ser tan tonta, y ellos no titubearon al perdonarme.

No tenía idea de qué haría de mi vida. Sabía que tenía que terminar la universidad, eso sí. A pesar de que no me gustara mucho lo que estudiaba, solo me faltaban dos años para terminar la carrera, y no me iba a dejar vencer por un idiota como él. Marisol quería abrir una floristería y necesitaba ayuda con la administración, por lo que me propuso ser su socia y juntas comenzamos el negocio.

Mi vida cambió de la noche a la mañana. Encerré en lo más profundo de mi corazón esos sueños ilusos de cuentos de hadas y guardé bajo llave mis sentimientos; nadie volvería a hacerme daño, nunca. De eso ya hacen casi seis años, y soy soltera desde entonces. Digo "soy" y no "estoy" porque para mí, la soltería no se convirtió en un estado transitorio sino en una decisión personal.

En la actualidad sigo trabajando con mi mejor amiga, Marisol, en la floristería. El negocio ha crecido bastante y eso me emociona mucho, pero, aunque soy feliz allí, siempre he querido viajar por el mundo, decir adiós a todos y recorrer cada rincón solo con un par de dólares en mis bolsillos y una mochila en mis hombros.

He estado ahorrando por años y creo que, ahorita que Marisol tiene novio, ha llegado el momento justo para tomar mis cosas e irme a conocer el mundo.

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Son las 6:50 p.m. (Hora de Venezuela) en 30 minutos subiré otro capítulo extra narrado por otro personaje, y más tarde el penúltimo capítulo de Cartas de la chica girasol 🌻

Cartas de la chica girasol - COMPLETA ✅Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz