SATURN © [#1 Cerises] ✔️ NUEVA VERSIÓN

Capítulo 25 - De propuestas y sorpresas

Quien puede decir cuanto ama, pequeño amor siente.

Francesco Petrarca

POV. Lorena Williams

02 de agosto 2015

Central Park, Nueva York, EE. UU.

Las luces se apagan de repente, sumiéndolo todo en la oscuridad. Pero la negrura es efímera, ya que pronto se ilumina el escenario con una tenue luz morada y azulada, enfocando un punto central.

Me llena de asombro y admiración la aparición de un grupo de bailarinas vestidas con trajes majestuosos de ballet y la música que comienza a sonar por los altavoces es Las Cuatro Estaciones, una de las piezas clásicas que más disfruto de Vivaldi.

Presto toda mi atención a la historia que se exhibe; el primer escenario es con una escenografía que representa la ciudad de Nueva York en años pasados, la pareja inicial son unos jóvenes universitarios que platican amenamente, y a lo lejos, está uno más que mira a la pareja con algo de inquietud, intentando acercarse, pero al final se arrepiente cuando ve que los otros dos se abrazan.

En el segundo acto, los dos universitarios hombres, se ven platicando, pero poco a poco se puede observar que ambos comienzan a alterarse, hasta que se emprende una disputa entre ellos, como si el primero le recordara al segundo algo que tiene prohibido hacer.

Para el tercer acto, el escenario cambia a uno de graduación, en lo que reconozco como la Universidad de Nueva York, el chico que siempre se arrepentía al momento de querer acercarse a la chica, ahora la mira con profundo sentimiento, mientras ella recibe su reconocimiento por la conclusión de sus estudios, al final, se ve como él simplemente se va, dejando con su mirada una promesa.

No puedo decir que no reconozco la historia.

Para el cuarto y último escenario, se puede admirar como sitio protagónico, la hermosa ciudad de Paris, en donde dos adultos, se encuentran en una cafetería, específicamente en Café de la Paix, platican, ríen, se miran de una forma que no sabría explicar.

Y con ese último acto, si es que en mi interior persistía alguna duda, ahora se ha disipado, dejando en claridad todo lo que ocurre con aquella presentación.

Antes de poder perderme en teorías que mi cabeza maquila, el lugar vuelve a sumergirse en la oscuridad, pero a diferencia de la primera vez, el tiempo para que la luz regrese es más largo.

El lugar se ilumina luego de lo que para mí es una eternidad, con luces amarillas, dando un ambiente relajado; un reflector da directamente a mi lugar y cuando visualizo mi entorno, noto que ahora no hay ni una sola persona de las que estaban.

Ni siquiera Hanna está a mi lado.

Lo único que veo, es que estoy rodeada de muchas flores, cientos, y si no son cientos, son miles de piezas de mis flores preferidas.